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Sociedad

Un “último viaje de ajuste” que promete ser el primero de los trenes de cercanía por venir

El aroma de un blend de sofisticados perfumes flotaba en los andenes de la estación ferroviaria de Cañada de Gómez. Desde las 9 de la mañana había comenzado a congregarse allí más de un centenar de funcionarios nacionales y provinciales, legisladores, intendentes y presidentes comunales de ciudades y localidades vecinas.

La ocasión ameritaba el buen vestir (todos y todas impecables) y el perfume en trajes de hombres y mujeres: en pocos minutos más, a las 10, se anunciaba la partida, desde allí, del “último viaje de ajuste” del tren que unirá —se dice que en los próximos meses— Cañada de Gómez con Correa, Carcarañá, San Jerónimo, Roldán, Funes y Rosario. Uno de los tantos y prometidos trenes de cercanías que empezará a vincular Rosario con su área metropolitana.

El 18 de diciembre de 1977, hace 45 años, una formación de Ferrocarriles Argentinos recorrió por última vez el trayecto Cañada-Rosario. En noviembre de 1983, en la recién nacida democracia, se anunció la restitución del servicio; apenas un mes después, en diciembre, su cancelación. Nunca más volvió a correr.

Dos coches para pasajeros, uno comedor, una locomotora Diesel y un furgón de abastecimiento integraron la formación que el miércoles 4 de mayo de 2022 partió a las 10.13, repleta de funcionarios y periodistas, desde la estación de Cañada, rumbo a Rosario. 

El secretario de Transporte de la Nación, Diego Giuliano y el presidente de Trenes Argentinos Operaciones e Infraestructura, Martín Marinucci, prevalecieron en el inmenso lote de funcionarios y allegados a la hora de hacer declaraciones en el soleado andén de la estación cañadense. No faltó nadie a la cita y hasta viajaron concejales rosarinos, como Lisandro Cavatorta y Silvana Teisa. 

En sus declaraciones, Giuliano —a más de decir: “estamos recuperando no sólo el pasado sino el futuro del tren”— agradeció una y otra vez al presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Sergio Massa, por la confianza “y el presupuesto”.

“Este tren tiene una importancia simbólica, porque fue el primer tren de proximidad fuera de Buenos Aires en el siglo XIX y porque nos viene a decir que no hay una sola metrópolis en la Argentina. Por eso decidimos con el ministro Alexis Guerrera tener ocho trenes de cercanía en toda la Argentina, equiparando a los ocho que tiene la ciudad de Buenos Aires”, dijo Giuliano. Informó además que se ejecutaron 700 millones de pesos, de un total de 1.000, para reparar vías.

Las preguntas de la multitud de periodistas que inundó el lugar fueron tan recurrentes como coincidentes: ¿cuándo se restituirá este servicio de pasajeros? Oficialmente, Marinucci respondió que eso podría ser posible dentro de treinta o cuarenta y cinco días, para la segunda quincena de junio, arriesgó. Extraoficialmente, otros que se consideran entendidos en el tema fueron más allá: a fin de año.

Fotografía: Kevin Dolce

Apenas el tren comenzó a moverse, exactamente a las 10.13, el ambiente festivo se apropió del interior de los coches. En medio de un abundante servicio gastronómico —que incluyó jugos, gaseosas, café, medialunas, sándwiches diversos y torta—, el ansia de los periodistas, empeñados en atrapar el presente y dar cuenta del mismo con sofisticados aparatos digitales, contrastó con la velocidad del tren: treinta kilómetros por hora.

Esa será, por ahora, la velocidad a la que correrá este tren de cercanía cuando comience a circular para unir los 70 kilómetros que separan Cañada de Rosario. Trenes Argentinos no define la velocidad, algo que por ahora corre por cuenta de Nuevo Central Argentino (NCA), empresa concesionaria del corredor hasta fin de año.

Similar a la del viaje de prueba, la formación que unirá Cañada con Rosario estará integrada por una locomotora Diesel, tres coches (todos de pasajeros, no habrá coche comedor) y un furgón de abastecimiento. La misma tendrá una capacidad de transporte de 216 personas sentadas, más una tolerancia de un 10 por ciento de ese total para pasajeros parados, según adelantaron a Suma Política voceros de Trenes Argentinos.

El material rodante es de procedencia china y corresponde a la infraestructura de ese orden que ingresó al país en 2014. Son coches de primera clase (no Pullman), climatizados y con asientos reclinables.

Fotografía: Kevin Dolce

Mirar por la ventana

El ansia del periodismo, entonces, fue aplacada por esa velocidad cansina de treinta kilómetros por hora, que permitió a los viajeros más distantes de la algarabía poder entregarse a la felicidad que concede mirar por la ventanilla del tren: observar el paisaje que, como un celuloide del mundo del cine, viaja hacia atrás.

El silbato del guarda antes de que la formación dejara cada estación y la inhóspita llanura otoñal hurgaron recuerdos de algunos que, décadas atrás, viajaron en tren. Otros cuadros de esa pampa santafesina, singulares, removieron también ese rescoldo: algo así ocurrió cuando el tren cruzó el río Carcarañá y se pudo observar, a la vera del río, el edificio del Molino Semino junto a los vestigios de un antiguo tajamar.

En las sucesivas estaciones donde paró (Correa, Carcarañá, San Jerónimo, Roldán y Funes), el tren fue saludado por unas decenas de pobladores cargados, otra vez, de ilusión.

Cálculos extraoficiales estiman que unas dos mil personas, aproximadamente, se movilizan a diario en el corredor Cañada-Rosario por diferentes razones. Así, el pleno funcionamiento del tren —aunque esto es apenas una conjetura— vendría a descomprimir el tráfico de esa gente en rutas y autopistas.

Este tren tendrá dos servicios diarios, de lunes a viernes: uno que saldrá de Cañada a las 5.30 de la mañana y otro que regresará desde Rosario Norte a las 18.30. En tanto, habrá uno sólo desde Cañada los días sábados. Se estima que el tramo Cañada-Rosario será cubierto en 2.05 horas, mientras que el regreso será en un tiempo mayor, en 2.30 horas. Los tíckets se venderán de manera electrónica y en boleterías de las cabeceras y, al día de hoy, costarían 120 pesos para el tramo total. Funcionarios de Trenes Argentinos adelantaron a este medio que se analiza un servicio adicional para los días domingos.

La puesta en funcionamiento del servicio dependerá de cómo avancen las obras de reparación de vías. Desde Trenes Argentinos se adelantó que trabajan en la adecuación de 70,3 kilómetros de vías entre Rosario Norte y Cañada de Gómez. La obra —apuntaron— se dividió en tres sectores que trabajan en simultáneo, sin interrumpir la circulación de los trenes de carga por este ramal. Se establecieron tres obradores: en San Jerónimo Sud, Correa y Funes. Las tareas consisten en el recambio de durmientes, fijaciones y rieles.

Este “último viaje de prueba”, llamado Marcha Blanca, llegó a la Estación Rosario Norte pasadas las 13. Allí lo esperaba también, con sus brazos abiertos, el intendente rosarino Pablo Javkin, para quien la restitución de los trenes de cercanía fue uno de los ejes de su campaña para llegar al Palacio de Los Leones. 

Aún andando a treinta kilómetros por hora, uniendo las estaciones de punta en ciento veinte minutos aproximadamente, este tren Cañada-Rosario, de ponerse en marcha en los próximos meses, será algo más que la mera restitución de un servicio. Será, sobre todo, el triunfo de la esperanza en que el transporte ferroviario de pasajeros regrese, aunque a cuentagotas, para conectar pueblos y ciudades del interior del país.

De ser así, la propaganda y la autocomplacencia de la dirigencia política argentina —expresadas con exageración en cuanto andén el miércoles 4 de mayo de 2022— habrá tenido sentido.  

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