¿Cómo llegamos a esto? Puede ser la pregunta para Desquiciados. Los vertiginosos cambios que impulsa la extrema derecha, un texto colectivo que compiló el antropólogo social, Alejandro Grimson, del que participan investigadores e investigadoras del Conicet y la universidad pública. A través de diez capítulos, el trabajo indaga cómo y por qué los desencantos e incertidumbres de la democracia derivan en dinámicas políticas que la conjuran. Ahora que la derecha ya está entre nosotros, como advierte Pablo Semán, el libro, con la cabeza desmelenada y feroz de un león de ojos brillantes en su portada, da claves para entender.
“El libro analiza dimensiones de la política, la economía, de la cultura, qué pasa cuando hay altos niveles de polarización política en una sociedad, cuando surge una nueva fuerza política por el desencanto con las tradicionales, cuando hay crisis económica y cuando cambian las subjetividades, es decir las maneras en que las personas sienten y perciben el mundo”, enumeró Grimson en charla con Suma Política. Justo el día después del aval del Congreso al veto del presidente Javier Milei, contra los jubilados: un desquicio que bien cuadra en el leiv motiv del texto que, en la Feria del Libro de Rosario, colmó la Sala Beatriz Guido en el Centro Cultural Fontarrosa .
“Me interesa la temática y es un referente de primera, lo he visto varias veces en la televisión y como son tiempos muy difíciles, todo el que traiga posturas críticas como Grimson, me interesa”, sintetizó Alicia en primera fila, casi portavoz de opiniones similares de un público en su mayoría adultos, en la presentación del libro que organizó el Centro de Estudios Latinoamericanos Che Guevara (CelCHE- Municipalidad de Rosario). “Es necesario un relevo, que haya nuevas voces, que se multiplique la polifonía, a la derecha se la derrota con una coalición de voces polifónicas y democráticas”, cerró Grimson entre aplausos.
Antes había explicado que en 2023, cuando ya no había razón para continuar, dejó de asesorar al gobierno de Alberto Fernández. Y sin pasar por alto la falta de sintonía de la centro izquierda en aquel momento para con problemas acuciantes para la sociedad, remarcó la necesidad de abrir nuevas formas de imaginación política y social para que surjan ideas potentes que lleguen al corazón de los más humildes, con credibilidad de nuevos liderazgos, ya que la derecha, “gobernando o no, permanecerá por mucho tiempo en escena”.
¿Quién se desquició? ¿El mundo?
Según Grimson, desquicio remite a Shakespeare, a quien considera el primer autor de ficción política, cuando pone en boca de Hamlet ¡el mundo está fuera de quicio! La versión vernácula discepoleana casi diría lo mismo cuatro siglos después, en cada momento de la historia, siempre pasan cosas que mueven los andariveles y algunos se convierten en naufragios. En su introducción, el libro anota una génesis paradigmática: el 10 de diciembre de 2023, el mismo día en que se celebraban cuarenta años de democracia, asumía un gobierno de extrema derecha; el país capital de los derechos humanos se convertía en capital americana de la derecha radical. Javier Milei derrotaba en las urnas al peronismo con más del 55 por ciento de los votos y modificaba el mapa político. El experimento se ponía en marcha con situaciones amenazantes y desquiciantes para muchas áreas de la vida social.
—¿Qué nos trajo hasta acá?
—Estamos todos un poco fuera de tono, es un mundo muy difícil, repleto de incertidumbres, la pandemia, la inflación, el cambio climático, en este país tan polarizado el desquicio no es algo del otro, sino que de alguna manera lo compartimos. El libro analiza los planes y las políticas que tienen en este momento la derecha extrema tanto en Argentina como en otros países del mundo, un plan de desquicio, un plan de comunicación para impedir que haya debates públicos sobre los grandes temas que interesan a la gente.
Por ejemplo, qué pasó con la historia argentina reciente, los últimos 40 años fueron los mejores en convivencia democrática, con menos represión y muertes por el Estado, sin proscripciones ni fraudes. Pero los últimos 50, de la dictadura para acá, fueron los peores en la economía, esa contradicción la analizamos en el libro y vamos mostrando qué implicancias tiene. La gente no se pone a analizar y dice bueno: la democracia no resolvió los problemas. Lo cual es cierto, hay unas deudas de la propia democracia para cumplir con ese horizonte social de bienestar, progreso y movilidad social ascendente.
—¿Qué rol tuvo el Estado?
—El Estado ayudó a generar incertidumbres con inflación, con políticas económicas equivocadas, sobreendeudamiento, entonces surgió el desencanto con la política tradicional. El plan económico de Macri fracasó, el de Alberto Fernández también, inflación y pobreza, y eso generó una gran deslegitimación de las fuerzas tradicionales y abrió el camino para que surgiera un liderazgo carismático que se apoyara en frases fáciles como que la motosierra lo resuelve todo, pero la motosierra la aplicó a las víctimas. Esto no quiere decir que la gente vaya a reaccionar masivamente en el corto plazo porque el nivel de frustración con la vieja dirigencia política hace necesario que aparezcan nuevas ideas, horizontes y liderazgos para que pueda haber procesos de movilización social de otras características capaces de detener a los de estas características.
—Los procesos de desencantos generan crisis de representación…
—La subjetividad desquiciada por las incertidumbres se aferra a pequeñas certidumbres que prometen los demagogos. Implica la emergencia de otras racionalidades a las que no estábamos acostumbrados, que están vinculadas al resentimiento, la ira. Todo esto plantea un nuevo escenario político. Estamos en la sociedad más individualista de la historia, donde el fracaso de proyectos políticos previos implica una crisis muy grande en la noción de resolver cosas en común, y eso termina plasmándose en sálvese quien pueda, esa es la base cultural para la derechización.
La derechización no está consolidada, porque si bien se tradujo en un voto, no siempre se traduce en una identidad o ideología más abarcativas, no es que hay mayoría sociales ya establecidas para eliminar los grandes avances de derechos en la Argentina, en los últimos diez o veinte años, esa será la gran disputa de Milei, si logra algunos objetivos económicos.
La ultraderecha es un fenómeno global, gobernó Estados Unidos, Brasil, Polonia gobierna El Salvador, Italia, Hungría, Países Bajos, cogobierna Suecia, está presente en todos los Parlamentos europeos, estamos en una nueva época histórica. Milei tiene un mandato de cuatro años pero la extrema derecha es un fenómeno global que representa una etapa histórica de la humanidad, que es la etapa cuando termina de consolidarse la frustración vinculada a las promesas de globalización, de que con capitalismo y democracia se iban a resolver todos los problemas de la humanidad.
—Frente a estos procesos de derechización, más que interpelantes, cómo surge un libro.
—Empezamos a ver este proceso tanto en lo electoral, cuando Milei es electo en la Ciudad de Buenos Aires, su repercusión nacional, como los cambios en los jóvenes y en la sociedad. Comenzamos con estudios diversos y en 2023 nos reunimos y armamos este proyecto colectivo para analizar las distintas dimensiones de la crisis de la democracia, como cuáles son los riesgos de una alta polarización política, los riesgos de considerar al adversario como enemigo, los riesgos de la inflación sostenida, así como los cambios en las subjetividades y cuáles son los procesos institucionales que amenaza la extrema derecha en distintos países del mundo.
Trabajamos intensamente y colectivamente durante un año y el libro es fruto de ese trabajo donde no sólo se discute el caso argentino, sino también se lo compara con otros casos relevantes para poder comprender mejor de qué se trata todo esto y así poder diseñar mejor el mapa y entender mejor la situación en la que estamos, que es la condición sine qua non para poder transformar. Para generar la polifonía de voces sobre los grandes desafíos que tiene el campo democrático, a favor de la justicia social, que es la distinción que hago, de lo que se contrapone a la derecha, que la considera una aberración. Para nosotros la justicia social es ética que hay que defender, la reducción de la desigualdad, una distribución justa del ingreso, una sociedad sin inequidades brutales, sin gente durmiendo en la calle y con hambre. No estamos dispuestos a renunciar a esa idea. Si bien es un libro que es implacable en las críticas tanto a las derechas extremas, como a los últimos gobiernos que son los que fueron parteros de esta derecha extrema, también es un libro que al situar las cosas donde están busca generar las primeras bases, para que haya una nueva esperanza.
Desquiciados por dentro
En el armado del libro, a la introducción de Grimson, “La extrema derecha y los desafíos para la democracia”, le siguen “La Argentina en perspectiva histórica. El siglo XX y la última dictadura como punto de inflexión”, de Marina Franco y Daniel Lvovich; “Las derechas políticas y la democracia en la Argentina”, de Gabriel Vommaro; “100% blanco y villero. Conservadurismo rebelde, libremercado y derechas populares”, de Ulises Ferro y Pablo Semán”; “La extrema derecha y los dilemas de la batalla cultural. Moral, individualismo y sentido de pertenencia”, de Sergio Caggiano; “Derecha en movimiento. Dinámicas de la conflictividad en la Argentina del siglo XXI”, de Julián Rebón y Agustina Súnico; “La reacción cultural y la cuestión de género” de Andrea Torricella; “Milei y los horizontes de lo político. Crisis de régimen y anhelo de clausura de la incertidumbre democrática” de Tomás Borovinsky, Martín Plot y Daniela Slipak”; “De la posconvertibilidad a la pospandemia. La economía política y la derechización de la agenda económica” de Leandro Sowter; “El final del pacto del Nunca Más, nuestro mito contemporáneo” de Marina Franco; “Las derechas radicales y las políticas de la crueldad” de Ezequiel Ipar, y un epílogo a cargo del propio Grimson; “Inundar la zona de mierda”.