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Fotografías: Guillermo Buelga (Secretaría de Deporte y Turismo)
Fotografías: Guillermo Buelga (Secretaría de Deporte y Turismo)

Sociedad

Clubes de barrio en jaque: tarifas descontroladas, ayuda casi nula y reorganización para resistir

“Los hermanos sean unidos, esa es la ley primera”. Una frase inmortalizada por José Hernández en el Martín Fierro. Una frase que se puede adaptar a cualquier necesidad. Y en este contexto, necesidades sobran. Los despiadados tarifazos le pegan directo a la gente, que retrocedió a la etapa de no darse ningún gusto para sostener los servicios básicos. Los clubes de barrio son de los más afectados por esta situación y tienen que convertirse en magos para llegar a fin de mes. Por eso definieron organizarse bajo la Red de Clubes Rosario para buscar soluciones transitorias ante un panorama que, lejos de cambiar, los despierta con una mala nueva cada mañana. 

Rosario tiene 391 clubes distribuidos en toda la ciudad. Algunos grandes, como Central o Newell’s, que tienen una masa societaria capaz de no poner en riesgo la tesorería. Pero hay cientos de historias que no se conocen, de pequeños clubes de barrio, que funcionan con la única finalidad de reunir a los vecinos en alguna actividad, de sacar a la juventud de los vicios de la calle o de ser un espacio para tener un rato de alegría y distracción entre tantas pálidas. 

“Yo coordino una diplomatura de gestión deportiva en la UNR que es cursada por quienes manejan clubes de barrio y están todos muy aquejados por el aumento de las tarifas. Pero no sólo eso, también está el problema de la morosidad. A la gente cada vez le cuesta más pagar la cuota societaria. Y los clubes quedan en jaque porque no pueden pagar los tarifazos ni aumentar las cuotas porque pierden socios”, cuenta Javier Gañán, docente y coordinador del Observatorio del Deporte de la UNR.

¿Qué es el Observatorio del Deporte? Es un equipo conformado por docentes, graduados y estudiantes de la UNR que promueve e impulsa el desarrollo de los clubes de la ciudad y la región. “Defender el rol de los clubes como asociaciones civiles que promueven el derecho al deporte”, es su gran bandera. 

Un informe que elaboraron en 2022 muestra que en aquel momento existían 27 programas de fortalecimiento para los clubes de barrio: 8 a nivel nacional, 10 de la provincia y 9 de la municipalidad. De más está decir que la mayoría ya no quedan en pie y fueron discontinuados por las actuales gestiones.

Sin esta ayuda, los clubes ya no pueden paliar los últimos aumentos tarifarios que perjudican su normal desarrollo, los vacían estructuralmente y en equipamiento, perdiendo sustentabilidad, actividades y lo más importante: a los vecinos que los acompañaron toda la vida. 


Distribución de los clubes de barrio en Rosario. [click para ampliar]
Programas de fortalecimiento de clubes en 2022. La mayoría ya no existen desde 2024. [click para ampliar]

La Red de Clubes, un bastión


El club Estrella Azul de barrio Belgrano fue clausurado el sábado 21 de septiembre por la Municipalidad por “ruidos molestos”, cuando organizaban un evento para recaudar fondos para la institución. “Lamentamos informar que el club ha sido clausurado por Control Urbano de la Municipalidad de Rosario debido a una denuncia por ruidos molestos. Esto sucedió durante un evento que organizamos con mucho esfuerzo para recaudar fondos con el objetivo de construir un baño para personas con discapacidad, algo que creemos fundamental para la inclusión”, comunicaron desde el club, que fue recuperado por los propios vecinos del barrio en 2021. 

En el Estrella Azul pasaron de pagar una factura de la EPE de 26.000 pesos en febrero a 117.000 en septiembre; un 350 % de aumento en sólo siete meses.



Un relevamiento hecho en otras instituciones deportivas de la zona oeste, principalmente infantiles, muestra cifras cercanas a los 200 mil pesos de luz en dos cuotas, lo que representa el 75 % de los gastos de esas instituciones. 

La que también colabora con los clubes es la Red de Clubes Rosario. Los dirigentes de varias entidades barriales se organizaron en mayo de 2016 para resistir la política energética del macrismo, cuando el entonces ministro de Energía, Juan José Aranguren, anunció el fin de los subsidios en luz y gas. En 2023 fueron más lejos y se constituyeron como asociación civil, casi vaticinando lo que iba a ocurrir poco después. 

“Ahora el gran desafío es solventar los altos costos que están teniendo los clubes. Para ir en simultáneo con el gran ajuste que se está haciendo, se tiene que aumentar dos o tres veces la cuota. Esto reduce la cantidad de socios y te pone en la disyuntiva de no saber qué hacer o tomar la decisión de no aumentar tanto para no perder socios. Está muy caro vivir y está muy caro mantener una institución. Se utilizan los eventos para recaudar fondos pero tampoco te viene mucha gente y la poca que viene no consume demasiado porque no le alcanza. Está pasando eso”, le contó a Suma Política Esteban Ortega, presidente de la Red de Clubes. 

El directivo se refirió a la clausura del club Estrella Azul: “Clausurar un club es clausurar un pulmón comunitario a partir del cual respira la cultura y el deporte. Desde la Red de Clubes nos oponemos al criterio de clausura total de una institución de estas características, ya que se quedan afuera cientos de personas que practican deporte o que hacen actividades culturales y participativas, además de decenas de profes y talleristas”.



Una situación que se replica. Basta con mirar las redes sociales de cada club de barrio de Rosario. Todos tienen alguna publicación en la que avisan que están organizando un bingo, una venta de pizzas o empanadas, un recital, un sorteo, todo con la única finalidad de recaudar dinero para pagar deudas. No les alcanza. 

Las soluciones vienen siempre por el mismo lado, con la organización ciudadana. La Red de Clubes asiste a las instituciones asociadas con beneficios importantes para estos momentos: convenios con entidades bancarias, acceso a sillas para utilizar en eventos, asesoramiento legal y contable para obtener subsidios municipales, provinciales y nacionales, convenios con comercios y beneficios en indumentaria y elementos deportivos, entre otros. Todo con el afán de no dejar a los clubes solos. 

La Argentina de hoy es eso: que la gente se arregle como pueda, que los incendios se apaguen solos, que los baches se tapen solos. Un país donde iban a bajar impuestos y ya van camino a las nubes. Donde cierran un club por querer subsistir. Si María Elena Walsh viviera, estaría feliz de que su Reino del Revés se hizo realidad.


Esteban Ortega, presidente de la Red de Clubes, en una de las reuniones con directivos de instituciones.

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