El presidente Javier Milei instó a invertir en una criptomoneda sin liquidez y sospechada de fraudulenta y quedó atrapado en una verdadera tormenta política. La consecuencia más evidente es que el legislador socialista Esteban Paulón y el bloque Unión por la Patria presentarán sendos pedidos de juicio político en la Cámara de Diputados de la Nación.
Pero no fueron los únicos que se manifestaron. El bloque Encuentro Federal, que preside Miguel Pichetto, emitió un comunicado exigiendo explicaciones. “El presidente Milei debe responder por el escándalo del Token Libra”, advierte en el título. A ellos hay que sumarle a numerosos dirigentes del radicalismo —entre ellos el presidente del partido Martín Lousteau— que cuestionaron en duros términos el accionar del mandatario, ya sea por complicidad o negligencia.
El involucramiento del presidente con la cripto Libra lo dejó en una posición, al menos, complicada. El Token de Libra fue creado tres minutos antes de la publicación de un posteo de Milei en X. “La Argentina Liberal crece!!! Este proyecto privado se dedicará a incentivar el crecimiento de la economía argentina, fondeando pequeñas empresas y emprendimientos argentinos. El mundo quiere invertir en Argentina”, tuiteó Milei y fijó la publicación en su cuenta. Cuatro horas permaneció el posteo hasta que el presidente decidió eliminarlo y explicar que, en realidad, cuando lo hizo no estaba interiorizado de Libra.
Lo cierto es que miles de usuarios decidieron seguir al presidente e invirtieron en la cripto. De acuerdo a las estimaciones de especialistas en el mundo cripto, las cuatro horas que permaneció su posteo permitió drenar más de 80 millones de dólares provenientes de unos 40.000 inversores a billeteras virtuales de unas pocas personas físicas, hasta ahora desconocidas.
El otro hecho de suma gravedad es que entre el 70 y el 80 por ciento de las tenencias de Libra estaban en manos de un puñado de personas.
El presidente no retuiteó la publicación o el anuncio de la empresa —lo cual ya de por sí es cuestionable— sino que fue él mismo quien anunció el proyecto. De hecho la empresa publicó algo recién a las 3 horas cuando ya era un escándalo. Milei incluyó la dirección del contrato inteligente de la criptomoneda (sería como dejar el CBU) porque al ser nueva no estaba listada para comprar en ningún lugar. La publicación sigue las técnicas de publicidades o publicaciones pagas de este tipo de tokens.
La aparición de Milei impulsando la cripto hizo que muchos militantes libertarios —incluidos los tuiteros más conocidos, como el Gordo Dan— anunciaran que iban a invertir en Libra. Otros, como el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, y José Luis Espert, repostearon el X.

La empresa detrás del proyecto es Kip Network Inc, que está registrada en Panamá. En esta criptomoneda los fundadores tenían aproximadamente el 70 % del circulante de la moneda (lo usual es el 10-15 %). La moneda valía U$S 0,000001. Cuando Milei la publicitó, la gente empezó a comprarla, y llegó a U$S 5,20.
Cuando hubo suficientes inversores que pusieron dinero, los fundadores “tiraron de la alfombra”, como se dice en la jerga cripto, y provocaron una abrupta caída en su cotización, que llegó a más del 85 % y dejó el valor cercano a cero. Las estimaciones de las ganancias se sitúan entre los 70 y los 100 millones de dólares.
Borrón y cuenta nueva
Algunos militantes libertarios más avezados en el mundo cripto salieron a decir mientras todavía se mantenía el posteo en X del presidente, que su cuenta había sido hackeada. Pero la jugada se desvaneció en cuestión de instantes: la diputada Lilia Lemoine dijo que el posteo había sido hecho por el presidente. Algo que se confirmó más tarde cuando el propio presidente borró el tuit —la primera vez que hace algo así—, intentó escapar de la tormenta y dijo que no se había interiorizado. Ya era tarde. El desastre se había consumado y miles de inversores fueron estafados.
Fiel a su costumbre, el presidente atacó y descalificó a quienes habían cuestionado su accionar. “Hace unas horas publiqué un tweet, como tantas otras infinitas veces, apoyando un supuesto emprendimiento privado del que obviamente no tengo vinculación alguna. No estaba interiorizado de los pormenores del proyecto y luego de haberme interiorizado decidí no seguir dándole difusión (por eso he borrado el tweet). A las ratas inmundas de la casta política que quieren aprovechar esta situación para hacer daño les quiero decir que todos los días confirman lo rastreros que son los políticos, y aumentan nuestra convicción de sacarlos a patadas en el culo. VLLC!”, posteó Milei en la red social X.
Hace unas horas publiqué un tweet, como tantas otras infinitas veces, apoyando un supuesto emprendimiento privado del que obviamente no tengo vinculación alguna.
— Javier Milei (@JMilei) February 15, 2025
No estaba interiorizado de los pormenores del proyecto y luego de haberme interiorizado decidí no seguir dándole…
Quienes apuntan a la responsabilidad directa del presidente, sostienen que sin su participación el precio de Libra no se hubiese disparado de 0,000001 a 1 dólar y posteriormente a cerca de 5 dólares. Las cripto, aseguran, funcionan en base a la confianza.
La empresa emitió un comunicado diciendo que Milei no tenía relación con Libra, pero es algo que quedó envuelto en la duda. Sin embargo, hay constancia de que se conocían de antemano; en octubre del año pasado, el presidente se reunió con el CEO de Libra, Julian Peh.
El escándalo traspasó obviamente las fronteras del país y en las últimas horas se conocieron casos de inversores de otros países que perdieron todo su capital. Otros, como el presidente de Colombia, Gustavo Petro, le pusieron un toque de humor. “Invierte presidente en café colombiano, que está creciendo de precio internacional como nunca antes”.
Antes de que decidiera bajar el tuit, Milei le confirmó a Bloomberg en Línea su apoyo a Libra: “El proyecto es real e implica puro financiamiento privado”, fue el texto que el presidente envió a ese portal informativo que se especializa en temas económicos. En ese momento, el escándalo ya se había apoderado de las redes y los inversores comenzaban a ver que habían sido víctimas de una estafa sin precedentes.