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Sociedad

De registrado a monotributista: la precarización laboral fue la norma en 2024 tanto en el país como en Santa Fe

Los primeros doce meses del gobierno de Javier Milei terminan con una importante transformación del mundo del trabajo en la provincia de Santa Fe. Hacia el final de año se consolidó una tendencia del pasaje de puestos de empleo formal registrado a modalidades de trabajo informales y precarias, con la consecuente evaporación de los ingresos y el crecimiento del pluriempleo.

El último informe publicado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) sostiene que 4 de cada 10 trabajadores no están registrados, mientras que las cámaras industriales y de la construcción —potenciales generadores de empleo en el país— apuntaron despidos masivos, al punto que un solo año del gobierno del primer presidente libertario alcanzó para destruir más de la mitad de puestos de trabajo que el de Mauricio Macri en toda su gestión.


¿Qué fue de los trabajadores?


Los registros del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) indican que se perdieron, al mes de septiembre —último mes registrado al cierre de esta edición— 13.100 puestos de trabajo formales, es decir, 2,5 % de la población trabajadora en la provincia, por lo que no puede explicarse la estabilidad de la tasa de desempleo. Según el exministro de la cartera de Trabajo de la provincia Juan Manuel Pusineri, el paso de los puestos laborales a la informalidad y el monotributo fue “simétrico”.

Los números oficiales hablan de una reducción de la planta laboral registrada de 522.800 puestos de trabajo en septiembre de 2023 a 509.700 trabajadores y trabajadoras formales en el mismo mes de 2024. El pico más alto de trabajadores santafesinos registrados se alcanzó en noviembre de 2023 con 524.300 puestos de trabajo. Desde ese momento, el derrumbe fue de 14.600 puestos de trabajo. Pusineri, explicó a Suma Política que la motosierra pasó centralmente por los rubros de la construcción y la industria manufacturera.



El primer año de gestión de Milei comenzó con una “acentuada pérdida de empleo registrado entre diciembre y junio”, donde según describió el exfuncionario justicialista se perdieron cerca de 17 mil empleos registrados, un número que “no se veía desde la pandemia”. Esta caída, apuntó Pusineri, se detuvo a partir de julio y frenó la tendencia a la baja en septiembre con el primer registro positivo en 10 meses: “Así y todo, de ninguna manera compensa los puestos perdidos en el sector formal”.

En base a los números aportados por el Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (Ieric) y la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe), la sangría de trabajadores fue de 8 mil puestos de trabajo en el sector de la Construcción y de 5 mil trabajadores formales registrados en el sector industrial. Estos dos sectores explican el 30 % del empleo registrado en el distrito.

“Santa Fe no escapa a la lógica general. Esa caída que se ve en los sectores de la industria también es palpable en el territorio santafesino. La acción que puede tener la provincia no tiene la fuerza para torcer la incidencia de las influencias nacionales en la economía”, observó Pusineri y añadió: “Si uno ve los informes de Fisfe puede ver que hay una afectación muy importante. De los 510 mil empleos industriales, quedan 460 mil. La construcción venía teniendo, hasta 2023, hasta 45 mil empleos según la temporada y es un rubro muy importante en la movilidad de los otros sectores de la economía”.

El otro gran sector golpeado por la recesión y la baja de ingresos formales fue el sector comercial, que es el segundo rubro más importante del mercado laboral de la provincia y explica el 19 % de los empleos registrados: las ventas minoristas bajaron 1,7 % en noviembre respecto del mes anterior, pero acumularon una retracción de 12,2 % en los primeros once meses del año, siendo éste el vigésimo segundo mes consecutivo, desde diciembre de 2022 y con la excepción del mes de octubre pasado, que se registran pérdidas en las ventas, según la Cámara de la Mediana Empresa (Came).



“Las demás actividades de la economía dependen mucho del consumo o del mercado interno: comercio, gastronomía, servicios tuvieron una caída en la primera parte del año”, dijo Pusineri y subrayó que “no es un dato menor, porque el mercado interno explica el 70 % del PBI. La exportación genera divisas, sobre todo la actividad agropecuaria, pero la economía tiene un componente fuertemente mercadointernista”.


La sobrevivencia


Ahora bien, si los sectores más importantes en tanto a registración de empleo genuino sufrieron embates tan importantes, la pregunta que surge tiene que ver con la quietud de las cifras del desempleo: la tasa de desocupación en Argentina en el tercer trimestre de 2024 fue del 6,9 %, mientras que la tasa de desocupación en el Gran Rosario subió de 5,3 % en septiembre de 2023 a 5,8 % —es decir, por debajo de la media nacional—. En almas obreras, equivale a 39 mil que se han caído del tablero de los trabajadores registrados.

No obstante hay una “mayor presión sobre el mercado laboral”, señaló a Suma Política el economista del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) Guido Bambini, dado que la  tasa de actividad en la cuna de la bandera y su zona de influencia —la población en condiciones de trabajar— subió 1,7 % respecto del tercer trimestre de 2023. En otras palabras, hay 686.000 personas que están económicamente activas, por encima de los registros del mismo periodo del año pasado.

“La presión sobre el mercado laboral está aumentando básicamente porque también aumentó la cantidad de personas que si bien tienen un trabajo, su poder adquisitivo actual no les alcanza y están buscando otro trabajo adicional con el cual completar el ingreso”, explicó Bambini. En números, los dichos del economista se observan en que el 28 % de los ocupados trabaja más de 45 horas semanales, mientras que hay otro 12,2 % que tiene jornadas de hasta 35 horas semanales dispuesto a trabajar más horas.



En un escenario en que el nivel de empleo formal descendió en los principales sectores generadores de puestos de trabajo pero la desocupación sufrió variaciones mínimas —incluso descendió en algunas regiones—, el economista destaca que los trabajadores que fueron expulsados del circuito formal se convirtieron en cuentapropistas.

“Si bien los guarismos de desocupación no son tan altos como en la década de los años 90, hay una crisis del empleo en términos de que hay peores puestos laborales, trabajos sin derechos y muy vinculados a las plataformas digitales”, analizó Bambini y fustigó: “La velocidad de pérdida del empleo formal registrado en los últimos meses fue brutal, al punto que si se analizan los números puede verse que sólo en los primeros diez meses del gobierno de Milei se perdió un equivalente al 57 % de los puestos de trabajo registrados privados que se perdieron durante los cuatro años del macrismo”.

El Sipa aporta información sobre la modalidad en la que esos trabajadores cambiaron su forma de ocupación: se registró un crecimiento sostenido del trabajo independiente, fundamentalmente del tipo monotributista, que creció en 182.300 trabajadores en un año, mientras que en el mismo lapso el trabajo asalariado, tanto público como privado, se redujo en 187.700 empleos.

El último informe sobre el mercado de trabajo argentino del Cepa indica que “a septiembre de 2024, 2.160.246 personas tienen al monotributo como su modalidad ocupacional principal. En el último mes, crecieron 13.048 puestos bajo esta modalidad. Desde noviembre, se incorporaron al régimen 123.112 personas, sin llegar siquiera a compensar la pérdida de asalariados privados”, la cual fue de 129.780 de empleos.

“Hay una cuestión clara que se está consolidando con este modelo económico donde los más perjudicados son la industria, la manufactura y la construcción, en contraposición de los sectores más extractivistas como el agro, los hidrocarburos y minería”. Estos tres últimos explican el  6,9 % del empleo registrado privado total, mientras que el comercio (19,8 %), la industria (18,7 %), los servicios inmobiliarios y de alquileres (14,2 %) y los servicios de transporte (8,3 %) representan un poco más de 6 de cada 10 puestos de trabajo formales en Argentina.


El cobre no alcanza


La pauperización de la modalidad de ocupación no refiere directamente a una pauperización de los salarios, pero la pérdida de puestos laborales y el incremento del cuentapropismo se sumó a la “muy importante pérdida de los ingresos en todos los sectores” que hubo durante todo el primer semestre y que, llegando a fin de año, no ha logrado empatar a la inflación, por más que el gobierno central lo repita como un mantra.

“Los salarios del sector privado lograron llegar al mes de noviembre 1,5 % por debajo del mismo mes del año pasado gracias al poder de los sindicatos y de las negociaciones paritarias, mientras que el sector público está 16 % por debajo de noviembre de 2023 y el sector no registrado está 20 % por debajo”, subrayó Bambini. 

“Vemos una heterogeneidad en términos de ingresos donde pudieron recuperar sus ingresos los integrantes del sector privado con una pérdida muy importante de parte del resto de los sectores, mientras que los no registrados perdieron en forma de L, una pérdida abrupta y de estancamiento durante los últimos meses del año”, explicó.

El Indec publicó el viernes 20 de diciembre el índice de salarios del mes de octubre, donde muestra que los salarios formales crecieron por encima de la inflación. Por un lado, los ingresos del sector privado crecieron 4 % mientras que los públicos subieron 4,3 % en dicho mes, en un marco de un índice de precios al consumidor de 2,7 %: duplicaron la inflación. No obstante, en su análisis mensual de los marcadores del mundo del trabajo, el titular del Observatorio Social de la CTA Autónoma Luis Campos apuntó en su cuenta de X que “contra octubre de 2023 en términos reales (ambas categorías salariales) caen 2,9 % (los salarios formales) y 18,5% (los salarios públicos)”.



Según el informe sobre la distribución del ingreso del Indec, 62,8 % de la población total percibió algún tipo de ingreso, cuyo promedio fue de 649.163 pesos: la canasta básica total para una familia de cuatro personas (dos adultos y dos menores) era de 964.620 pesos en septiembre. El acumulado de los salarios de enero a noviembre resulta por encima de la inflación (129,2 % de variación de los salarios registrados en septiembre contra una suma inflacionaria de 107 puntos porcentuales desde comienzo de año), pero si se lo compara con acumulación interanual de ambos índices (172,1% de crecimiento del índice salarial contra 193 % de inflación acumulada de octubre a octubre), teniendo en cuenta el terrible mazazo propinado por la devaluación del gobierno nacional de los primeros días de diciembre, la diferencia es visible.

“En la relación de la inflación y los ingresos, tenés una pérdida de poder adquisitivo en función de que la inflación marchó por encima de los incrementos salariales. La estabilización llegó en junio, pero en modo alguno se recupera la pérdida que se tuvo en la primera parte del año”, sentenció Pusineri.


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