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Política

El día después: cuando los candidatos dejan de sonreír desde un cartel

De la tiza y el carbón del peronismo en 1940, a la creatividad audiovisual, la propaganda política recorrió un largo camino de paredes, carteles y pasacalles hasta coronar su mayor eficacia en las redes sociales. Este devenir parece explicar que la elección provincial del pasado 14 de abril, haya dejado menos contaminación visual en el espacio público. Cada lunes después de la votación, la publicidad va rumbo al reciclado a manos un operativo de limpieza, que arranca casi a la misma hora en que se extinguen los festejos o los lamentos. Una vida efímera, con su antes y después, que apaga impiadosa la sonrisa de afiche de los candidatos y abre el debate sobre la prohibición y la necesidad de utilizarla por partidos políticos con pocos recursos económicos.

A medida que la limpieza avanza, los coloridos afiches de cartón y papel, van engrosando las bolsas en las que son recogidos. Durante un par de semanas habrán cumplido en comunicar promesas electorales desde columnas y paredes, con rostros impecables y energía positiva. Pero post elecciones, tienen un final menos estético aunque eficaz desde el punto de vista del medio ambiente y es la Planta de Compostaje Bella Vista, ubicada en Las Palmeras 4500; allí se realizan operaciones de separación, clasificación, limpieza, compostaje y chipeado, de los materiales orgánicos de la recolección urbana. 

Como papel y cartón clasifican para ese destino, es allí donde finaliza la publicidad electoral que se coloca en la vía pública. Su reciclado implica clasificarlos, desintegrarlo en fibras, limpiarlo y luego convertirlo en nuevos productos de papel o cartón. Es el ritual electoral que nace de una contradicción: la Ordenanza N° 8324 sobre publicidad (de cualquier tipo, incluida la política) en la ciudad prohíbe su colocación, así como los pasacalles y las pegatinas que utilicen como soporte el mobiliario urbano.


El después


“Los afiches que vamos retirando los incluimos dentro del circuito de materiales reciclables, que son los que se depositan en los contenedores naranja que están en la vía pública, es decir que se convierten en insumo para otros procesos productivos, procesos que se realizan en la planta de tratamiento Bella Vista”, explicó a Suma Política el titular de la Secretaría de Ambiente y Espacio Público de la Municipalidad de Rosario, Luciano Marelli. 

Además, confirmó la presunción de cualquier transeúnte: este año hubo menos publicidad electoral en el mobiliario público, ámbito de incumbencia de las brigadas de limpieza que incluyen una dotación de veinte agentes con bolsas y escaleras. Y aclaró que la publicidad por medio de gigantografías en cartelería de empresas publicitarias o en vallados de obras de construcción, no están alcanzadas por la prohibición de la normativa municipal. 

La publicidad electoral se redujo significativamente con respecto a lo que tuvimos otros años, si bien algunas arterias tuvieron una saturación importante en cantidad de cartelería, esto no se extendió a tantas cuadras de la ciudad como tuvimos en otras oportunidades”, describió Marelli. Y dijo que hubo varios partidos que no instalaron publicidad en la vía pública y hubo mucho menos pasacalles. 

Claro que no sólo se trata de contaminación visual; hay versiones de publicidad electoral que dañan el equipamiento urbano, como las famosas pegatinas en las que el afiche abraza a la columna de alumbrado. “También se las vio en menor cantidad, su remoción y posterior limpieza es más difícil porque el papel se adhiere a la columna, por lo que hay que volver a pintarlas”, explicó. Y dijo que por esta razón, son “valoradas negativamente” como formato de publicidad. 

La saturación estuvo en arterias de alta circulación, consideradas estratégicas para que llegue el pedido de voto a peatones y automovilistas. Así, bulevar Avellaneda, Rondeau, Pellegrini y Uriburu, entre otros. Tampoco faltaron parques y la zona del Monumento a la Bandera. Justamente esos fueron los primeros lugares para el operativo limpieza que luego se fue adentrando en los barrios, donde la densidad de cartelería fue mucho menor.

Según Marelli, fue mayor la proliferación de la publicidad partidaria con el formato conocido como columneros, un afiche que se cuelga con alambre de las columnas de alumbrado, sobre todo en el centro y macrocentro. “Hubo muchos, pero en menor cantidad que en otras oportunidades y con menos presencia en los barrios”, estimó. 


El antes


Ahora comprendo por qué varios partidos se ven obligados a recurrir a la publicidad callejera”, dijo el precandidato por el partido UNIR, Adrián D´Alessandro, presidente de la de la Asociación Amigos del Parque Independencia que, en campañas electorales anteriores, era un activo convocante a limpiar ese predio, descolgando con sus propias manos los afiches columneros. “Ahora estoy también del otro lado de la vereda, participé como precandidato a concejal dentro del frente Unidos para Cambiar Santa Fe”, explicó sobre su bautismo en las urnas. 

“Hay que hacer un gran replanteo y ahora lo digo por la experiencia que tuve como candidato, hay una situación bastante complicada, la democracia santafesina está endeble en su sistema electoral; por un lado están los aparatos políticos poderosos, que por lo general están en algún Ejecutivo de importancia, municipalidad, provincia, nación, lo que convierte a la contienda electoral en muy desigual”, argumentó. Y señaló como asimetría la participación de quienes ya son funcionarios. 

“Por eso veo que es inevitable y cuesta solucionar el tema de la propaganda política callejera porque los partidos más pequeños, que no están en el gobierno y no tienen grandes presupuestos para acceder a las cartelerías, a la que sí acceden los más grandes como las marquesinas o las gigantografías que se colocan en las principales avenidas de la ciudad”, enumeró. Y dijo que ese tipo de publicidad, para “un montón de partidos es inalcanzable. A modo de ejemplo una gigantografía en un lugar de mucha exposición puede costar cinco millones de pesos y la cartelera que se coloca en los cercos de obra pueden rondar los 150 mil pesos por semana”.



“Entonces si los partidos pequeños no recurren a una publicidad mucho más económica, como los columneros, en las columnas de alumbrado público, es real que están prohibidos. Es real que afean la ciudad, pero no hay otra alternativa, lo vivimos en carne propia, por eso ahora me tocó vivirlo y comprender que realmente hay un problema de desigualdad muy grande”, argumentó. Y no pasó por alto ironizar que no siempre son tan gigantes los resultados como las gigantografías que los precedieron.

Además, dijo que así como en su momento se democratizó la propaganda electoral, a nivel audiovisual con los spots en radio y televisión a cargo de la Provincia, ahora hay que trabajar en ese sentido con la publicidad en las calles de la ciudad. Al respecto citó el proyecto de ordenanza Campaña Limpia, que en su momento impulsó Ciudad Futura y que no logró ver la luz. Allí se proponía justamente permitir el uso del mobiliario urbano para la publicidad de fuerzas políticas sin mayores recursos económicos. 

“Hay que democratizar esta situación porque es muy difícil para los partidos chicos poder visibilizarse”, enfatizó en equilibrio en su postura conocida por el cuidado ambiental y la necesidad actual de utilizar la vía pública para dar a conocer su partido, que a nivel provincial se referencia con el gobierno de Maximiliano Pullaro y en la Nación, con Patricia Bullrich. 

El portavoz del partido Unir es uno de los doce que pujó en la interna del frente Unidos para Cambiar Santa Fe, aunque no logró los votos necesarios para superar el 1,5 por ciento de los 815.011 potenciales votos.


Tensión y angustia


D´Alessandro relató el momento de tensión vivido mientras estaban colocando columneros en bulevar Oroño y Arijón. “Nosotros lo hacemos con militantes propios, no pagamos para que otros lo hagan, cuando aparecieron matones y a los gritos nos obligaron a retirarnos del lugar, éramos un grupo en el que había cuatro mujeres y sus hijos adolescentes y el presidente del partido, doctor Juan Mondino”, describió. Y dijo que a pesar de que ellos recogieron todo y se fueron del lugar, hubo persecución con exhibición de armas de fuego, empujones y golpes, “a una de las mujeres le pegaron una patada en la cabeza”. El grave hecho fue denunciado y las diligencias están en curso. 


Cautivando electores


Las campañas electorales de los partidos políticos a través de distintos medios son una forma de comunicar las propuestas. El uso de la vía pública con carteles es su versión más antigua y difundida, que fue perfeccionando su capacidad simbólica. Pancartas, botones, banderas y folletos se pueden rastrear hacia la última mitad del siglo XIX. De allí al TikTok, el objetivo es el mismo, cautivar electores. 


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