Derrotados predispuestos y ganadores entusiasmados. Nunca antes en la provincia se dio un escenario tan favorable para construir una mesa de consenso como después de estas elecciones. Si los discursos de los candidatos que prometieron una nueva etapa podrán concretar sus intenciones, es algo de lo que se empezará a hablar en los próximos días.
Los victoriosos de Juntos por el Cambio, que volvió a arrasar en la provincia, esta vez por ocho puntos, anticiparon que le pedirán una audiencia al gobernador Omar Perotti para armar alguna sintonía que lleve al Senado nacional la agenda de Santa Fe.
Que lo digan después de haberse impuesto por unas cifras similares a las de las Paso no deja de ser un gesto. Menos favorable es que le reprochen al gobernador no haberlos llamado nunca antes y acusarlo de ausencia, de estar mirando para otro lado y de haberlos ignorado en los casi dos años que lleva de gestión.
Desde el Frente Amplio Progresista también le pasaron facturas al gobierno peronista de la provincia y lo invitaron a escuchar el mensaje de las urnas, que aseguran lo interpela a buscar una solución santafesina para los temas más urgentes.
En el peronismo no están para poner demasiadas condiciones. Electoralmente no cambió nada en la provincia. No se logró el milagro de dar vuelta el resultado de las Paso (como en otros distritos) ni tampoco pudieron alterar los números de una manera parecida a la ocurrida en provincia de Buenos Aires, donde la distancia de la interna se redujo a menos de dos puntos.
Ni la incipiente reactivación que se ve en Santa Fe pudo con los hechos de inseguridad que parecen haber pasado factura. En la madrugada previa a las elecciones fueron baleadas en Rosario dos escuelas donde el domingo se votó.
Sólo le queda festejar al peronismo santafesino haber retenido los votos de la interna, haber crecido un poco y hasta descontar algo la diferencia que le sacaron en setiembre. Pero no alcanzó. Para colmo sus contrincantes hicieron lo mismo, contuvieron y sumaron más votos, y por eso se quedaron con dos de los tres senadores, la periodista que reside en Tigre Carolina Losada y el referente del norte santafesino Dionisio Scarpin.
El casi empate en Rosario para concejales tal vez sea la única alegría de la jornada para los seguidores de Perotti, con un candidato elegido por el gobernador, que dio el batacazo al igualar las chances del delfín del intendente Pablo Javkin. Aunque el resultado dirá que salió segundo. Menos en tres, el peronismo en Santa Fe perdió además en todos los departamentos.
Y nadie le saca el rótulo de haber consumado la peor elección histórica de medio término en la provincia, mientras el peronismo estuvo en el gobierno. Aunque hubo dos peores cuando estaba afuera del gobierno.
La estrategia de Cristina
El resultado de la elección para senadores en Santa Fe habla a las claras de que no fue buena la estrategia de Cristina Fernández cuando ideó las candidaturas de varios senadores pensando en fortalecer su bloque de legisladores en la Cámara Alta.
“Con el Chivo hubiera perdido igual en Santa Fe, pero al menos tenía un senador bien kirchnerista. Ahora lo tiene a Lewandowski”, rumiaban desde el sector interno que responde al ex ministro de Defensa que peleó la interna y perdió por eso su lugar en el gabinete.
En el camino también quedó la actual senadora María de los Angeles Sacnun, una de las preferidas de la ex presidenta, que no logró la reelección.
Desde algunos sectores internos del PJ provincial hasta rescatan al presidente Alberto Fernández, que se puso la campaña al hombro y en Buenos Aires le dio algún resultado, descontando la diferencia de las Paso. No tanto como para festejar, como dijo. En esta visión, al presidente todavía le queda una vida para los próximos dos años y la elección del 2023 no está del todo definida.
A nivel de la elección de Diputados, el reparto de 5 legisladores para Juntos por el Cambio, 3 para el Frente de Todos y uno para el Frente Progresista, deja el mapa igual que antes de las elecciones. Es decir, los tres frentes renovaron las mismas bancas que terminan su mandato, incluido el ingreso de la ex intendenta de Rosario Mónica Fein para ocupar el lugar que por la misma coalición obtuvo hace cuatro años Luis Contigiani.
¿Una nueva agenda?
En su discurso en el bunker del club Central Córdoba de Rosario, Roberto Mirabella, electo diputado nacional, reconoció el resultado electoral con una frase que dice mucho: “Hay que tener humildad en el triunfo y grandeza en la derrota. Vamos a escuchar, no para responder sino para comprender”.
Esas palabras y las declaraciones del gobernador en Rafaela cuando fue a votar y habló de consenso y de la necesidad de contar con todos los partidos, pareció abrir una puerta para una gestión más amplia.
“Que lástima que hayan tenido que pasar dos años y perder una elección para que eso ocurra”, le reprochó Clara García cuando la consultaron sobre la posible convocatoria del gobernador. Si se ponen en segundo plano esos reproches, es probable que puedan empezar a hablar entre todos de seguridad, educación, salud y empleo.
La nueva senadora y debutante en política Carolina Losada prometió que “no les vamos a fallar a quienes nos votaron” y dijo que va a llevar la agenda de la gente al Congreso nacional. Acaba de asumir un compromiso, por el que tendrá que rendir cuenta.
También le mandó un mensaje al oficialismo: “La sociedad dijo basta, quiere un cambio de política. Y que no esperen todo de Buenos Aires”. De paso no se privó de decir que fallaron los planes “platita y billetera”. Entre esos reproches, asoman pequeños indicios para un consenso que desde hoy tendrán que intentar construir. Al menos por la necesidad de los resultados.
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Periodista. Licenciado en Comunicación Social de la UNR. Ex jefe de Redacción de La Capital. Twitter: @DanielAbba_
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