Alejado de la opinión científica, en sentido inverso de lo que exponen repetidos estudios elaborados para abordar el tema, el presidente Javier Milei afirmó durante la campaña que las conclusiones que ligan a las acciones del ser humano con el cambio climático son “falsas”, parte de una agenda de “marxismo cultural” sostenida en trabajos que sólo buscan recaudar “para financiar vagos socialistas que escriben papers de cuarta”. El flamante ministro de Ambiente de Santa Fe, Enrique Estévez, no elabora esa clase de informes, pero sí es socialista. Fue concejal y como diputado nacional, representando a ese partido, trabajó en una Ley de Humedales que sigue detenida en el Congreso nacional.
“Hoy hay evidencia científica. Uno puede tener una mirada más para un lado u otro, pero hay una mirada científica. No darle entidad a este tema no es el camino”, asegura el funcionario en diálogo con Suma Política. Estévez prefiere, sin embargo, bajar el tono de las diferencias. E insistirá, al evaluar los ejes de su gestión recién iniciada, en destacar la necesidad ineludible de un trabajo interrelacionado con Nación.
“Tanto los funcionarios nacionales como quienes somos funcionarios provinciales tenemos la obligación legal de trabajar en conjunto, independientemente de nuestras miradas. Esto lo vamos a hacer y vamos a poner todo el esfuerzo para que, tanto el Estado nacional, como el Estado provincial y los gobiernos locales, podamos tener una estrategia común para ir avanzando en los objetivos que nos vayamos trazando”, proyecta.
El ministro evita hablar sobre las decisiones adoptadas por la gestión nacional. Por caso, la de degradar al rango de secretaría al que fuera ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible. También esquiva las opiniones sobre los colaboradores designados por Milei, funcionarios con los que deberá interactuar en el tiempo por venir. Él no lo dirá, pero en su ministerio hay entusiasmo y una mirada elogiosa sobre la figura de Fernando Vilella, el ingeniero agrónomo que tiene a su cargo la secretaría de Bioeconomía. Su currículum es extenso y está vinculado, entre otros temas, a la producción de biocombustible, una actividad clave en la provincia. Con Yanina Martínez, a quien el nuevo gobierno nacional eligió para comandar la secretaría de Turismo, Deporte y Ambiente, y que es herencia de la gestión de Matías Lammens, no hay lazos previos. Destacan como un elemento favorable su continuidad en la función pública y el conocimiento de ejes, resortes y temáticas de las que ahora deberá hacerse cargo.
—¿Cómo trabajar con un presidente que descree de la incidencia del hombre en el cambio climático?
—Hoy hay evidencia científica y los gobiernos a nivel global están trabajando en planes que contemplan objetivos a cumplir durante décadas. Tenemos una Constitución y el artículo 41 plantea que el cuidado del ambiente es una responsabilidad del Estado nacional. Hay leyes que hoy existen. Hay compromisos internacionales que Argentina firmó. Desde el punto de vista comercial, de la economía, de los sectores productivos, hay estándares de cuidado ambiental que hoy piden muchas regiones del mundo para poder comercializar con nosotros. Con lo cual creo que no darle una entidad a este tema no es el camino.
Desoyendo múltiples evidencias, Milei ha planteado en entrevistas ofrecidas en el último tiempo que “hace diez o quince años se discutía que el planeta se iba a congelar y ahora discuten que se calienta. Aquellos que conocen cómo se hacen esas simulaciones saben que las funciones están sobresaturadas en determinados parámetros, a propósito, para generar un miedo más acá en el tiempo”.
Estévez insiste en la evidencia científica. Subraya el trabajo que las naciones desarrollan para cambiar la matriz energética, elaborar nuevos modelos de producción, descarbonizar, reconvertir las actividades productivas, cuidar los recursos naturales y mejorar la calidad del agua y del aire. “Creo que no podemos negar que hoy la crisis climática que vivimos está afectando nuestras vidas de manera integral. El normal funcionamiento de nuestras ciudades, de nuestros países, de la producción”, concluye el ministro.
La reciente Conferencia sobre Cambio Climático de la ONU (COP 28), desarrollada en Dubai, debatió en dirección contraria a los postulados del libertario: representantes de 196 naciones discutieron por el uso de combustibles fósiles y sus consecuencias directas en el calentamiento global. La intención es evitar un calentamiento global superior a 1.5 grados centígrados por sobre los niveles preindustriales antes de que termine el siglo, una marca que se está a apenas 0,3 grados de alcanzar.
Como parte de sus medidas a veces zigzagueantes, y más allá de sus extravagantes opiniones públicas, Milei envió a una funcionaria para que participara de la COP 28. Un gesto que algunos leen fue obligado por la presión internacional y por los negocios que podrían estar en juego para el país. Marcia Levaggi, quien pasará a desempeñarse como secretaria de Política Exterior, fue la elegida para representar al país.
A pesar de batir el parche contra el cambio climático el nuevo presidente ordenó también mantener al país dentro del acuerdo de París, que exige justamente medidas para abordar esa problemática. “Milei es liberal, es libertario y cree en las fuerzas del mercado. Y el mercado exige incluir medidas para abordar el cambio climático”, aceptó Levaggi. Billetera mata verborragia.
Los desafíos de la gestión provincial
Como parte de la avanzada en el recorte de las estructuras estatales, provocando entre otras medidas el cierre o la reconversión de ministerios y secretarías, el gobernador Maximiliano Pullaro evaluó antes de asumir la posibilidad de que Ambiente perdiera su estatus en Santa Fe, tal como sucedió en Nación. Finalmente decidió no avanzar con esa modificación, aunque es una incógnita saber qué partidas destinará para abordar un tema tan amplio y complejo. En la gestión anterior las partidas fueron acotadas. Basta decir que en el presupuesto 2023 la provincia destinó al área 0,12 centavos cada 100 pesos. El total fue de 2.375.174.000 millones. Para la acción climática, la conservación de la fauna silvestre o el cuidado de los bosques nativos se dispusieron 525 millones.
“¿Cuál es nuestro desafío en los próximos años? Fortalecer lo que son las herramientas que debería tener un ministro de Ambiente. Hoy la responsabilidades y el tema han crecido muchísimo y las herramientas que seguimos teniendo desde el Estado no son suficientes”, acepta Estévez.
El funcionario aspira a “profesionalizar” la cartera, logrando innovar y transparentar los procesos de control y las habilitaciones y tejiendo un vínculo “estratégico” con las áreas productivas.
—Esa parece una meta seductora, pero el gobernador, en su idea de cuidar fondos, evaluó que Ambiente no fuera un ministerio. ¿Podrá avanzar en todos esos objetivos que usted se plantea teniendo en cuenta las dificultades económicas que dijo haber heredado Pullaro y los tiempos complejos que vive la economía argentina?
—El Estado tiene que ser eficiente y transparente. Pero hay responsabilidades muy concretas del Estado. Por ejemplo, en la cuestión ambiental. Bajo esa mirada el gobernador tomó la decisión de que el ministerio de Ambiente continúe. Él vio la importancia que tiene para Santa Fe la cuestión ambiental, el cuidado de nuestros recursos naturales con una mirada estratégica o en el trabajo con el sector productivo. Somos una provincia muy representativa de lo que es el campo, de la actividad agropecuaria. Tenemos industrias que son distintivas en el país, como es la del biocombustible. Entonces, nosotros lo que queremos es ser la provincia desde el punto de vista productivo mejor preparada ambientalmente para construir ese modelo de producción del futuro inmediato. Porque esto no es de acá a cincuenta años.
Los lineamientos gruesos de la gestión, explica Estévez, incluyen tres ejes. Uno de ellos trabajará la gestión ambiental, con habilitaciones y el control de industrias y loteos, además del acompañamiento de las administraciones locales para la gestión de los residuos. Otro buscará el cuidado de los recursos naturales: flora, fauna, bosques nativos, áreas naturales protegidas. El tercero tiene al cambio climático como centro de su agenda. Movilidad sustentable o buenas prácticas ambientales son dos de las cuestiones a atender. “Tenemos que ver cómo hacemos para articular lo público, lo privado y las instituciones de la sociedad civil. Cómo nos sentamos con estos actores alrededor de una misma mesa, porque nuestro principal desafío es generar conciencia para construir un compromiso”, resume el ministro. Dos temas, entre tantos otros, estarán marcados con rojo en su agenda: sequía y quemas.
La primera de las problemáticas provocó, según estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario, pérdidas en la campaña 2022/2023 por 3.100 millones de dólares para los productores de soja, trigo y maíz y de unos 5.100 millones de dólares para la economía provincial. Dos tercios de las 23 millones de toneladas estimadas de la cosecha se perdieron.
Mitigar los efectos de la naturaleza, de acuerdo a la mirada de Estévez, impone la necesidad de planificar estratégicamente políticas y obras públicas que contemplen una mirada ambiental que sea “transversal a todo el gobierno”. Economía, Producción o Salud son algunas de las áreas que pueden ser afectadas. De allí la necesidad del trabajo mancomunado. “Es uno de los temas en los que el gobernador nos ha pedido que trabajemos”, comenta el dirigente socialista.
—¿Cómo piensa abordar el tema de las quemas en las islas entrerrianas que en los últimos años provocaron una catástrofe en el ecosistema?
—Lo que nos sucedió estos últimos años tiene que ver, primero, con la falta de regulación de la gestión y la autorización de lo que puede hacerse en nuestros humedales. Y a eso hay que sumarle la falta de presencia efectiva en el control de esos criterios que tampoco existían por parte del Estado. No había un ordenamiento jurídico del tema. No había un control y a eso se le sumaba la sequía. Claramente es un combo muy complejo.
Estévez destaca que, al menos en la jurisdicción de Victoria, se avanzó en un proceso de ordenamiento territorial, estableciendo reglas más claras que marcan cuáles son las actividades prohibidas y con cuáles se puede seguir adelante. “Creo que es un avance —destaca—.Tenemos que reforzar el trabajo conjunto entre la provincia de Santa Fe y la de Entre Ríos, particularmente. Hay instancias, pero que no han tenido los resultados que uno espera”.
—¿Y Nación?
—El Estado nacional, producto de toda esta situación que tuvimos en esta región, ha incrementado su presencia. Eso es algo también positivo. Necesitamos garantizar la continuidad de esa presencia.
Estévez, quien participó en la elaboración de una Ley de Humedales, una tarea que lo puso en la consideración para ocupar hoy el ministerio de Ambiente, insiste en la necesidad de que se apruebe ese proyecto. Dice que pensar que el cuidado del ambiente va en contra de la producción “es una mirada anacrónica” y que darle prioridad a los procesos económicos “es pan para hoy y hambre para mañana”.
Las lluvias y la crecida del Paraná dieron un respiro frente a las quemas recurrentes. El 2023, sin embargo, será recordado una vez más por el incendio indiscriminado de los humedales. El ecocidio tiene números atroces: hasta el 30 de noviembre fueron 10.836 los focos detectados entre Coronda y Escobar, según estimaciones del Museo Scasso. Fueron afectadas un total de 152.381 hectáreas. Una superficie que podría alcanzarse incendiando a Rosario, hasta el último de sus rincones, ocho veces y media.