Un reciente fallo en primera instancia condena a la Dirección Provincial de Vialidad de Santa Fe a que abone los daños y perjuicios por la muerte de un hombre joven y su hijo, en un siniestro vial provocado por un desnivel sin señalizar en el carril de circulación de la ruta provincial 17S, a unos cinco kilómetros de la zona urbana de Coronel Arnold. El monto de la sentencia, sin considerar intereses, supera los 350 millones de pesos a favor de la familia que diezmó el siniestro, formada por la esposa y una hija.
“Es importante entender que la inacción y la desidia de políticas de Estado, que se desentiendan de la importancia de la inversión pública en materia de seguridad vial, conlleva inexorablemente consigo el dolor y la angustia por la pérdida de numerosas vidas humanas”, explicó el portavoz del estudio jurídico Pablo Primavera y Asociados, que patrocinan a Adriana T, esposa del conductor y madre del niño, y a Delfina L, hija y hermana respectivamente de las víctimas.
El fallo de primera instancia fue considerado una medida ejemplar suscripta por la jueza Viviana Guida. En él se impone abonar indemnización a ambas reclamantes por un monto varias veces millonario, en el marco de la demanda por daños y perjuicios que se tramitó en el Juzgado Civil, Comercial y Laboral de la Primera Nominación de Casilda, en el año 2017.
“Después de nueve años, recién hay una sentencia de primera instancia en un proceso donde Vialidad Provincial nunca tuvo la empatía, nunca estuvo presente para decir no hay forma de reparar este dolor”, reflexionó Primavera. Y dijo que cada vez que debe comunicarle algo a la esposa del conductor fallecido, se representa que “perdió a su hijo y a su marido producto de la desidia del Estado, que ni siquiera señalizó una obra sobre la ruta”, explicó. Además, destacó la importancia de poner de manifiesto el hecho como advertencia y no pasó por alto un tema de agenda: “Más aún hoy, donde no hay inversión en las rutas nacionales, eso es algo que está a la orden del día”.
La medida viene precedida por una audiencia de conciliación a la que cinco meses atrás llamó el Juzgado, sin que se pudiera dar pasos significativos. De modo que el proceso siguió su curso hasta arribar al fallo que se conoció días atrás. Los reclamos por el siniestro vial fueron avanzando en medio de las dilaciones que generaban el recorrer y agotar la vía administrativa, tal como dispone la ley para el caso de demandas a entes provinciales, en este caso, la Dirección de Vialidad de Santa Fe y la Comuna de Arnold.
“No habiendo logrado pronunciamiento alguno, a pesar de las reiteradas solicitudes de pronto despacho, se interpone demanda por daños y perjuicios, la cual tramita en el Juzgado de Casilda”, explicaron los letrados del estudio jurídico Pablo Primavera. Y recordaron que entre las cuestiones a sortear en el camino administrativo estuvo el beneficio de la duplicidad de términos, es decir extender el plazo para dar respuestas.
“Recién estamos en una sentencia de primera instancia, vaya a saber si habrá que esperar, pero como vengo llevando el tema hace nueve años quiero hablar desde lo humano, en esto que tuvo que transitar una mujer que perdió a su marido y a su hijo, que la vida le cambió radicalmente, tuvo que salir adelante trabajando por su hija”, describió Primavera. Y dijo que el Estado nunca se avino a dimensionar la tragedia desde el dolor que causó.
“Incluso unos meses atrás, la jueza Viviana Guida convocó a las partes y nos llamó a todos a la reflexión, porque la mitad de una familia, por la pérdida que sufrió, sigue transitando la vida con muchas dificultades y que el Estado, lejos de brindar algún tipo de respuesta, sólo envía un letrado, que cumple con su trabajo y que no puede conciliar por razones técnicas”, explicó el abogado.
Trampa mortal
En la noche del 15 de marzo de 2015, Matías L, bombero voluntario, y su hijo Nicolás, regresaban por la ruta 17S de una reunión familiar en Zavalla en dirección a la localidad de Fuentes, a bordo de un Fiat Palio; circulaban por el carril que va hacia el este cuando un importante desnivel sin señalizar, descontroló la marcha del vehículo con vuelcos que ocasionaron la muerte de ambos. El desnivel, por motivo de obras en realización, tenía 12 centímetros de profundidad, 50 de ancho y se extendía en forma paralela a la calzada, por unos 65 centímetros, no se encontraba señalizado, como tampoco lo estaba el límite de la calzada con el inicio de la banquina.
Las pericias mecánicas establecieron que la causa determinante del siniestro y en consecuencia de la muerte de padre e hijo, fue el desnivel de la ruta y el mal estado de conservación, lo que hacía imposible de esquivar y sortear, aún a la mínima velocidad, los inesperados obstáculos que terminaron oficiando de trampas para la circulación.