La misma semana que Rosario registraba su tasa más alta de homicidios históricos (se estima para este año un récord para la ciudad y a nivel nacional), el nuevo presidente de la Corte santafesina, Daniel Erbetta, aportaba un dato desconocido: en Montevideo hay más homicidios dolosos que en Rosario. El mismo día de octubre que se hizo esa comparación, Montevideo superaba los 300 homicidios dolosos, y Rosario llegaba a 230.
“Tienen un problema muy parecido: Uruguay es el cuarto país con mayor tasa de homicidios dolosos, después de México, Colombia y Brasil. Pero nadie sabe que esto pasa en Montevideo, aunque sí llevamos al día los casos de Rosario. No es para enorgullecernos, pero también ocurre”, señala Erbetta.
En tren de comparaciones, se hace una pregunta que incomoda: “¿Por qué hay tantas muertes en Rosario, si en Córdoba se registra menos de un tercio de los homicidios de nuestra ciudad, mientras el promedio general del país oscila en una tasa de seis cada cien mil habitantes, muy por debajo de Rosario. ¿No hay mercado ilegal de droga en esas otras regiones?”.
Antes de responder incluye a Europa en ese mismo análisis: “Hamburgo es el principal puerto de entrada de la droga a ese continente. Si yo sé esto, ¿la policía alemana no lo sabe?”.
Y se responde: “Por supuesto que sí, por eso en todos esos lugares la policía regula el negocio. Pactan así: si la plata de este negocio ilegal, -que nunca se va a terminar hasta que lo legalicen-, genera violencia o financiamiento de la política, van presos. Mientras se distribuya en el territorio, no provoquen muertos o no financien corrupción, sigue”.

La pregunta siguiente es: ¿qué pasa entonces en Rosario? Erbetta lanza una hipótesis: “La policía desreguló el mercado. Esto genera un mercado ilegal, y da lugar a algo que es muy paradojal, porque al haberse encarcelado a los responsables de las mayores organizaciones, se ha producido una atomización no sólo de la policía, sino en el campo de la disputa territorial por el mercado de la droga”.
“Ahora desde la cárcel se controlan ciertas cosas, se dirigen disputas, incluso entre bandas familiares. Casi el 60 por ciento de los homicidios en Rosario están vinculados a la disputa que existe por este mercado ilegal, aunque también hay otros negocios ilícitos”.
Otro punto de comparación es con los Estados Unidos. “En la mayoría de los estados legalizaron el consumo de ciertas drogas, pero legalizaron también la distribución, el pequeño dealer, que es uno de los grandes llenadores de cárceles argentinas”.
“Legalizaron la pequeña distribución porque no quieren disputas y violencia, no quieren peleas entre bandas. Aprendieron de la ley seca, cuando tuvieron muertos, corrupción policial, política y judicial, y la prohibición era funcional al negocio”.
“¿Ahora qué hacen? Como no son un país productor, pero sí un gran consumidor, un gran porcentaje del producido económico del negocio internacional de la droga se queda en Estados Unidos. Incluso allí se lava el dinero ilegal. Esto explica además el fenómeno de los refugios fiscales en el norte rico, que les permite tener un monopolio de un servicio ilícito. Pero no quieren muertos, los muertos del otro lado del río Bravo”.
Erbetta apunta que “Rosario también es una ciudad con un mercado interno muy consolidado por los niveles de consumo de droga en clase media, alta y ahora también en otros sectores sociales, porque las cocinas han abaratado el costo de las drogas, que entonces pueden llegar a sectores sociales con menor poder adquisitivo”.
Se le pregunta: ¿Qué pasaría si se legalizara la droga? “Imagínense las ventajas económicas que tendrían los países productores. Pero para legalizar la droga se tendrían que poner de acuerdo todos los países y esto es muy difícil que ocurra”.

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Periodista. Licenciado en Comunicación Social de la UNR. Ex jefe de Redacción de La Capital. Twitter: @DanielAbba_
