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Política

Laura Mondino, del trabajo barrial al Concejo de Santa Fe y la conducción del Partido Socialista

El Partido Socialista (PS) acaba de reafirmar, mediante elecciones internas, su conducción a nivel nacional y provincial y se encuentra en pleno movimiento de piezas para generar nuevas oportunidades de gestión. El partido que tuvo como faro treinta años consecutivos de gestión en la ciudad de Rosario hoy tiene nuevos horizontes alrededor de la capital provincial.

Laura Mondino es santafesina y desde 2017 ocupa una banca del Frente Progresista Cívico y Social en el Concejo de esa ciudad. Antes pasó por el Gabinete Joven durante la gobernación de Hermes Binner y luego por el Ministerio de Innovación y Cultura en la gestión de Chiqui González.

Mondino es una de las jóvenes dirigentes de la provincia que levanta las banderas de las luchas feministas e intenta traducirlas a acciones concretas: el año pasado logró una ordenanza para garantizar a todas las mujeres que lo necesiten elementos de gestión menstrual. Hoy encabeza una serie de charlas virtuales con especialistas para trabajar los conflictos de convivencia que se dieron a partir de la vida en pandemia: los vínculos, las infancias, el reparto de las tareas de cuidado.

Este año asumió como secretaria adjunta del PS en la provincia y en diálogo con Suma Política destacó que es la primera vez que la ciudad de Santa Fe tiene una representación significativa en cargos de conducción. Para ella es una señal de la expansión y crecimiento del partido que esperan sostener en el tiempo.

Su recorrido militante difiere del de los conductores históricos del PS que dieron sus primeros pasos en el Movimiento Nacional Reformista (MNR), brazo universitario del partido. Mondino no pasó por el MNR, empezó directamente en el territorio y esa inquietud por los sectores más postergados tuvo su origen durante la adolescencia cuando empezó a participar en tareas de apoyo escolar y copa de leche en zonas humildes santafesinas a través de la parroquia del barrio Santa Rita.

Más tarde, en 2003, inició la carrera de Ciencia Política en la Universidad Católica, que por entonces era la única que ofrecía esos estudios. Allí trabajó con compañeros posibles cambios curriculares y empezó a conocer el mundo de los partidos. Si bien el PS siempre se mantuvo lejos de las iglesias y hoy la militancia de Mondino también dejó atrás esos espacios, destacó: “Comprendo y valoro muchísimo el trabajo de la iglesia católica como institución y espacio de contención de un montón de gente que necesita de la religión y la espiritualidad para sobrellevar una situación, para salir adelante, para proyectar el futuro”.

Además, su abuelo “era diácono de un cura villero de Santa Fe, de Villa del Parque, el padre Osvaldo Catena”, un sacerdote que durante la última dictadura cívico militar fue calificado como “peligroso” y, por consiguiente, perseguido. Son diversos los retazos que configuran la militante que es hoy.

¿Qué te parece que te dio este camino por el territorio para la gestión y ahora para tu trabajo legislativo?

—Primero, concretamente, el entendimiento de la realidad. Yo camino los barrios de Santa Fe como los caminé siempre porque tenía a mis abuelos maternos en barrio  Yapeyú que es súper humilde, mis abuelos paternos en Barranquitas y yo nací y me crié en barrio San Martín. Vengo de una historia y de haber crecido en los barrios de la ciudad, los conozco y sé reconocer cuáles son las necesidades de la gente. La casa de mi mamá todavía tiene calle de tierra. Yo mamé los reclamos históricos de los vecinos, sé cómo es cuando van a asfaltar la calle o cuando van a instalar cloacas o cuando llega el gas natural al barrio. Puedo reconocer esa importancia porque la viví. Si trasladamos eso a cada barrio, a cada necesidad, a cada reclamo, sé que puedo trabajar en priorizar qué tipo de respuestas hay que dar o cómo planificar  una acción en un determinado lugar. La militancia territorial te permite esta mirada. 

¿Cómo fue el paso de ser una legisladora opositora a acompañar la gestión local de Emilio Jatón que forma parte del Frente? 

—Cuando sos oposición a veces no dimensionás la complejidad del Estado, lo que implica cada una de las gestiones, conseguir recursos económicos o planificar proyectos. En cambio cuando estás dentro lo vas entendiendo un poco mejor. Al ser opositora, los reclamos giran en torno a cuáles deberían ser las prioridades del Estado. Nosotros venimos de un lugar donde siempre le reclamamos a la gestión anterior que saliera de entre los bulevares y empezaran a trabajar en los barrios de Santa Fe. Hoy siendo gestión defendemos a morir esa idea. Pienso que Jatón es el primer intendente que tiene el entendimiento y la suficiente voluntad política de haber tomado la decisión de arrancar por el noroeste de la ciudad y apostar por una intervención integral de todos esos barrios, a través del Plan Integrar. Ningún político hasta ahora había tomado esta decisión en la ciudad. Es algo que no tiene mucho rédito porque no es valorado por gente que no ve esas obras pero son realmente transformadoras de la realidad en el corazón de los barrios. Requiere una voluntad y decisión política que no todos se animan a tomar o están en condiciones de hacerlo. A mí me llena de orgullo esta definición y pensar cómo se la contamos a la gente porque si mejoramos los barrios de la ciudad, estamos convencidos de que estamos mejorando toda la ciudad. Esto también va a tener un impacto en el resto de la sociedad porque queremos integrar los barrios de Santa Fe con el centro y con todos los sectores. Esa es la verdadera apuesta y en eso vamos caminando.

Lifschitz fue uno de los grandes armadores de alianzas dentro del partido y del Frente Progresista, incluso manteniendo un buen diálogo con sectores que siempre estuvieron lejos del progresismo como Juntos por el Cambio o la misma Amalia Granata. A partir de su fallecimiento, ¿hay reestructuraciones? ¿Se va a continuar por este camino?

—Creo que lo más rico en este momento de nuestro partido es la necesidad de poder sostener la unidad con todos los espacios adentro del mismo esquema. Venimos con muchas discusiones internas en relación a cómo seguimos ese camino y cómo conducimos un partido teniendo en cuenta y respetando los valores progresistas. Esto no significa que no se hable. De hecho en los espacios legislativos te encontrás con referentes de distintos partidos políticos con los cuales uno trabaja cotidianamente. Lo importante que quiero destacar es que nuestro partido conformó una mesa de coordinación que la integran representantes de los distintos espacios. Es donde nos estamos dando muchos debates de hacia dónde tenemos que construir una alternativa, en este caso electoral, para este año, pensando en cómo hacemos para fortalecer el Frente Progresista. Discutimos hacia dónde ampliarlo y estamos convencidos de que es con los sectores del progresismo de nuestra provincia, de ahí no nos corremos ni un milímetro. El socialismo tiene que construir una alternativa, no nos podemos ir ni a un lado de la grieta ni al otro. Es más, creo que la grieta hoy está provocando situaciones poco agradables para la política en general y ni hablar para las gestiones y los cambios que la gente está necesitando. Nosotros creemos que podemos generar una alternativa progresista con distintos sectores que hoy no forman parte del frente pero con los que estamos en condiciones de empezar a dialogar y a fortalecer este espacio que ya lleva más de 20 años en la provincia. 

¿Cuáles son esos sectores que no son del Frente?

—Quizás no han sido identificados pero son los movimientos y organizaciones sociales. Hay muchos sectores con los que hemos tenido experiencia de gestión en la Provincia y los distintos gobiernos locales. Después habrá que ver también con los partidos, con quiénes podemos avanzar en algunas conversaciones.

¿Con Juntos por el Cambio?

—No, de ninguna manera. De hecho hoy hay un sector del radicalismo que intenta empujar esa posibilidad pero nosotros la desestimamos de plano. Primero, no coincidimos ideológicamente y además tampoco compartimos que sea una buena estrategia.

¿Con el Frente de Todos?

—No, tampoco. Pero sí es cierto que en este Frente hay sectores que hoy no están tan cómodos ahí porque son muy críticos de las gestiones, sobre todo de la provincial porque para nosotros tampoco es lo mismo la gestión provincial que la nacional en el Frente de Todos. Hay muchos sectores hacia dentro del frente que también se encuentran en crisis. Creo que ahí hay que empezar a conversar y ver cómo entre todos podemos trabajar en algo que salga de esta falsa grieta.

—¿Cuáles son esas diferencias que ves entre la gestión nacional y provincial que quizás te hacen valorar más una gestión que la otra?

—Y no, yo creo que en principio Santa Fe no está dentro de las gestiones priorizadas por el gobierno nacional. Hemos visto en este tiempo algunas situaciones que demostraron que el gobernador Perotti no tuvo la incidencia que todos pensamos que iba a tener en relación al gobierno nacional. Hace un tiempo estuvimos analizando la cantidad de vacunas asignadas a la provincia de Santa Fe y vimos que quedamos en la cola atrás de Córdoba, Buenos Aires, Mendoza y muchas otras provincias. Eso es una señal de que Santa Fe  no tiene una incidencia que al principio creíamos que iba a tener.

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