Pullaro: “Pensé que iba a tener mejores resultados que los nuestros pero su gestión fue una sorpresa negativa”


Ricardo Petunchi
“Yo estaba convencido de que iba a tener muchos mejores resultados que los nuestros, fundamentalmente por su trayectoria académica, pero en ningún momento logró tener la conducción de las fuerzas de seguridad”. El que habla es Maximiliano Pullaro, ministro de Seguridad en la gestión Lifschitz, y la frase describe con precisión las expectativas que despertó en su momento la llegada de Marcelo Sain a ese mismo sillón. También, la decepción que terminó con su renuncia.
Sain llegó como asesor del Frente Progresista, accedió por concurso público al organismo de investigaciones en 2018 y con el triunfo de Omar Perotti se transformó en ministro de Seguridad. Pullaro y el Frente Progresista fueron habituales blancos de sus críticas, que en el caso del actual diputado incluyeron acusaciones de proteger a comisarios con vínculos con narcos.
Este es el diálogo telefónico que Suma Política mantuvo con Pullaro.
—¿Cómo analiza el paso de Sain por el Ministerio de Seguridad?
—Fue una sorpresa muy negativa para todos. Pensé, y estaba convencido, de que iba a tener muchos mejores resultados que los nuestros, fundamentalmente por su trayectoria académica. Pero en ningún momento logró tener la conducción de las fuerzas de seguridad y eso generó un desgobierno tal que aumentaron todos los delitos.
—¿Está de acuerdo con las políticas que propuso?
—Es difícil saberlo porque nunca vi un norte en el Ministerio. Nunca entendí lo que quería hacer. Creo que nadie lo sabe, mucho menos la policía, que es una fuerza vertical a la que hay que darle órdenes muy claras. Y la policía las cumple si uno tiene niveles de control. Después hay que ver las variables que se dan y modifican el delito, como la pobreza, la economía, la marginalidad, la violencia. Lo que no se vio nunca fue una orden clara ni un plan. Era todo espasmódico; permanentemente se cambiaban los jefes, no había objetivos claros, un día tenías los policías en el centro y otro día saturando un barrio. No había un plan, eran reacciones policiales, ni siquiera ministeriales. Porque al haber perdido la conducción política era un desgobierno, la seguridad vial estaba patrullando en Rosario. Eso significa que se abandona el control de las rutas. Estaba patrullando la guardia rural. Y todo con menos móviles porque el punteo del GPS te daba que había 40 móviles. Muy difícil de entender.
—¿Por qué Sain termina afuera del Ministerio? ¿Influyeron los audios que se conocieron la semana pasada?
—Creo que los audios no tienen nada que ver. Audios con buenos resultados no le hacen mella a ningún ministro. Lo que lo saca del cargo son los pésimos resultados. El aumento de todos los delitos. Hay un dato que es muy elocuente: sin noche por la pandemia y sin cancha, tenés entre 30 y 40 por ciento más de los efectivos a disposición. Un operativo de cancha te lleva mil hombres, y eso tenés que sacarlo de la semana. Pero aún con más recursos no se notó una mejoría, al contrario. Pasamos de 160 móviles patrullando Rosario a 40 móviles. No había conducción política. Además hay que tener mecanismos de control; nosotros sabíamos qué pasaba cada hora porque teníamos funcionarios políticos en el 911. Al lado de los policías había un funcionario político.
—Usted fue uno de los apuntados por sus críticas, incluso con la divulgación de audios de hace algunos años. ¿Por qué?
—No tengo idea. Sain fue funcionario nuestro, con nosotros monitoreó el plan de gestión. Tuvo una relación laboral buena, no tengo idea de por qué cambió. Cuando estaba con nosotros hablaba de conducción política, de liderazgo, y dos días después de asumir como ministro nos empezó a pegar. Santa Fe perdió la posibilidad de trabajar todos juntos en una política de seguridad para la provincia que la corra del debate diario, de tener un acuerdo a diez años con una política pública que permita mejorar la seguridad.
—El nuevo ministro es Jorge Lagna. ¿Cuáles son sus expectativas y las del Frente Progresista?
—Estamos a disposición para dar nuestra mirada. Pero no es Lagna sino Perotti el que nos tiene que convocar. Yo defiendo nuestra gestión porque en cuatro años cayeron todos los índices de delitos. Creo que hay un camino recorrido que tendríamos que poner arriba de la mesa, juntos discutir una política a 10, 15 años, aunque parezca mucho tiempo, pero que mes a mes la situación pueda ir mejorando. La dirigencia política tiene que estar convencida de un plan de seguridad. Que todos los partidos con representación parlamentaria digan esta es la política de seguridad. Por ejemplo, en vez de 22 mil policías tener 35 mil, definir entrenamiento y formación, una escuela de investigaciones, una tropa táctica. Es posible que en 2023 ganemos nosotros y no se puede ir y volver todo el tiempo.
—El gobierno de la provincia anunció que las políticas de Sain se van a mantener, más allá del cambio de ministro.
—No entendí cuàles son porque no hubo un plan diseñado, y si lo hubo no se vio. Se vieron reacomodamientos, no un plan.
—¿Cómo llegó Sain a trabajar en la provincia? Fue en la gestión del Frente Progresista cuando se produjo su desembarco.
—Tengo entendido que venía asesorando desde la época de Raúl Lamberto (gestión Bonfatti) para trabajar en el diseño de un plan de seguridad. Cuando yo asumo en el Ministerio en 2016, vino a monitorear con parte de su equipo el plan de seguridad que nosotros llevábamos adelante. En 2018 se abrió el concurso del organismo de investigaciones; nosotros entendíamos que habíamos mejorado mucho la faz preventiva, de hecho habíamos pasado de 70 móviles a 180 en Rosario, y necesitábamos potenciar la investigación. Por eso empezamos a rediseñar el organismo de investigaciones, con gente, estructura y concursando nuevos cargos. Sain planteó concursar en un cargo del Ministerio Público. Fue el único que se presentó y ganó el concurso a finales de 2018 y arrancó en el organismo de investigaciones. Creímos que le podía dar una impronta muy importante a la provincia desde la faz investigativa, pensamos en ese momento que sería un salto de calidad básicamente por el prestigio académico que tenía.

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