“Antonina Roxa, la argentina que habitaba Malvinas antes de 1833, da por tierra con los paradigmas de expropiación colonialista de Inglaterra”. La afirmación del investigador Marcos Basavilbaso hace foco en el criterio de Terra Nullius (territorio sin dueño) y trae al presente las vidas bravas en las solitarias estepas, mientras el tiempo se convertía en historia, entre el clamor del viento y el rugir del mar. “¿Por qué cambiaron de lugar su tumba y las fechas? ¿Por qué los documentos británicos le dicen sudamericana en lugar de rioplatense?”, plantea mientras convierte en argumento la memoria escamoteada en los pliegos de las crónicas.
“Inglaterra turba los derechos naturales de soberanía argentina en las Islas Malvinas, al cambiar de lugar restos de habitantes argentinos con historia documentada de fecha anterior a la que esgrime para fundamentar su posesión”, explica Basavilbaso. Y cita el caso de Roxa, que llegó a la isla en 1830 y permaneció hasta su muerte en 1869, de modo que su presencia antecedió a la ocupación británica, con la llegada de la corbeta “Clío” en 1833. Antonina, junto a otros 12 pobladores, se quedó y lo denso de su vida la desliza hasta los bordes de la leyenda.

Claro que, al menos desde 1764, en las islas hubo ramalazos de pobladores, siempre escasos y entre ellos mujeres, producto de distintas ocupaciones francesas e inglesas; España las recupera desde 1744 hasta 1811, período no exento de nuevos enfrentamiento hasta que en 1820, las Provincias Unidas del Río de la Plata toman posesión de las mismas y una década después se designa a Luis Vernet como comandante político y militar del lugar al que llega con su familia.
La islas del sur no sólo estaban en disputa por potencias extranjeras, las incursiones de cazadores de ballenas y focas también asolaban el lugar. En 1833, cuando los británicos toman las islas, saqueando dependencias oficiales, destruyendo viviendas y desalojando a la población, Antonina ya era referente en aquella dura vida cotidiana. Fue enfermera, comadrona, niñera, enlazadora, arriera y domadora, además de bilingüe y hábil para negociar, y se convirtió en propietaria de una gran extensión de tierra. “Roxas ha sido un ícono de la bibliografía revisionista”, afirma en Postales de la Pampa Azul (Conicet, 2015) Nicolás Lavagnino, doctor en filosofía y docente de Historia.
“La historia de las mujeres en Malvinas es una historia llena de ocultamientos, negaciones y grandes vacíos. Los datos a veces se obtienen por goteo, como si necesitáramos un gran alambique para desde allí sacar las preciosas gotas de un material negado. Usualmente se las menciona como esposas, hijas, criadas, negras y familias”, cita el exhaustivo trabajo Mujeres en Malvinas, Memorias Silenciadas, 1764-1833, de Sergio Esteban Caviglia (Ministerio de Educación de Chubut, 2023). Y agrega que reconstruir la historia previa a la usurpación implica escasez o complejidad en la búsqueda y reconstrucción de fuentes documentales, “no obstante, la investigación no es solo una exhumación de fuentes esquivas, sino principalmente la iluminación de las voces silenciadas de ese período”.

La historia negada
Basavilbaso, investigador del tema Malvinas y de la Batalla de Sapper Hill, invitado al reciente reconocimiento de Honor al guardiamarina Alejandro Koch, que se destacó en aquella acción, hilvana la historia de Antonina con Terra Nullius, una especie de tierra de nadie, sobre la cual no se reconoce ocupación precedente ni derechos ajenos. Obvio argumento de conquistadores, como el esgrimido por los ingleses al considerar que desde 1811, eran tierras vacías. ¿Y Antonina?
“Con sus atropellos y datos fuera de contexto, disfrazan con semiverdades los hechos, procurando ocultar una vez más la rica historia de soberanía adquirida pacíficamente con la ocupación argentina de Malvinas”, enfatiza. Y dice que en el caso de las islas del sur aplican, como lo hicieron en toda su historia de conquistas de territorios, la nulidad de pobladores con el argumento de Terra Nullius. “La condición previa para la adquisición válida de la soberanía mediante la ocupación de un territorio es que no exista soberano alguno cuando se produce el acto de la ocupación, sería así nula porque procede, a su vez, de la nulificación de las ocupaciones precedentes”, explica.
“El tataranieto de primeros británicos en las islas, y ahora terrateniente del lugar, Tim Miller, que en 2018 construyó un monumento sobre la colina de Sapper Hill en homenaje a las víctimas de ambos bandos, dio una entrevista para la NTN24 (canal de noticias colombiano) donde dice que en 1833 la “ciudadana argentina” Antonina Roxa, estaba en Malvinas y muestra su tumba con una pequeña chapa casi a ras del suelo, con el número 820”, comenta Basavilbaso .
Sintió que esa historia de vida de dos siglos atrás, de alguna manera lo interpelaba y ampliaba su interés en Malvinas y comenzó la ardua recopilación de información, en textos de historia y publicaciones. “Hasta que en un momento me encuentro que había una falencia en los datos sobre la fecha de nacimiento conocida y la escrita en una nueva lápida alta de mármol, ubicada en un lugar distinto a la pequeña lápida original que señala Miller en el reportaje y que la cámara enfoca”, describe. Y dice que la discordancia fue suficiente para que surgiera un interrogante: ¿será para ocultar algo? ¿pero qué?
En la nueva lápida, Roxa figura como sudamericana y ese corrimiento de nacionalidad también le llamó la atención. Además, dice que no son pocos los documentos que la ubican en la isla en 1824, pero que no está claro de dónde llegó. “Algunos dicen que era una princesa de una tribu de Salta, pero historiadores salteños no la ubican con ese origen, ella hablaba inglés y francés, oficiando de traductora para los barcos pesqueros que llegaban”, dice e incluye entre sus fuentes a Jimena, tataranieta de Vernet.
Un censo de 1848 la registra como una gaucha dedicada a la lechería, faena del campo donde era excelente cabalgando, domando caballos salvajes y amansando vacas y terneros con mucha habilidad para el lazo. “Un golfo de la isla lleva su nombre y según los ingleses fue la primera persona no británica en jurar lealtad a la Corona. En realidad hay que ver que ella estaba sola, era mujer pasando momentos muy duros, hasta sufriendo hambre, así que tal vez haya jurado por las condiciones en que vivía”, comenta.
Los interrogantes
“Cuando Inglaterra celebró las cuatro décadas de su victoria, plantearon que son sus dueños naturales, aplicando el criterio de Terra Nullius o Res Nullius, ignorando la población permanente que había allí, que el territorio no tuviera dueño implicaba la adquisición válida de soberanía por lo tanto podían tomarla”, detalló. Pero Antonina da cuenta de que había soberanos en ese territorio desde 1824, ella tuvo dos matrimonios pero no descendencia y los detalles de color de los registros históricos dan cuenta de su afición a la bebida. Y cita a Jane Cameron, como una fuente de gran rigor sobre Roxa.
“¿Cuál es mi hipótesis? ¿Puedo relacionar el hecho de que la tumba actual no es la originaria con el criterio de Terra Nullius? Si trato de olvidar los antiguos antepasados de un lugar, entonces era tierra sin ocupación permanente, pero no era así, había una pequeña población en la que sobresalía Roxa”, argumentó. Pero hay otro detalle, las mujeres de tribus originarias del sur del continente viajaban con frecuencia a las islas, como la caciquesa de los Aónek’enk, conocida por Vernet. También hay memoria de mujeres afro. En ambos casos, defendiéndose de los cazadores loberos y pescadores.
En su opinión, el cambio de lugar de la tumba, la lápida, el origen de sudamericana y que en lugar de Roxa hayan puesto el apellido de su marido, Verela, resulta sugestivo. “Hoy en día, a través de la ciencia, se podría determinar la genética de un resto óseo, tal vez un análisis de ese tipo pudiera revelar la procedencia de una población determinada”, especuló. “Esto de Antonina puede ser un granito de arena, el año pasado me recibieron en la comisión de Malvinas de Cancillería, donde dejé la documentación, seguro ellos tienen suficiente información, pero yo les dejé el interrogante del cambio de tumbas, como otra forma de abordar el tema que habrá que profundizar para ver si se puede convertir en una presentación de reclamación posible”, enfatizó.
