El paso de Juan Grabois por Rosario el pasado domingo dejó como corolario una pregunta en el aire, que tiene que ver con las rispideces entre la tribu roja que llegó a rozar las puertas de la intendencia.
El presidente del Frente Patria Grande a nivel nacional tuvo como excusa la presentación de su libro -al que definió como “un libro de combate, un espacio más de pelea”-, deslizó que estaba “en duelo con Rosario” y aprovechó para mostrar a sus candidatos locales para ambas listas.
Desde sus propias filas calificaron como “críptico y bastante picante” el modo del dirigente de referirse al conflicto que lo alejó de Ciudad Futura, pero Suma Política buscó reconstruir los orígenes del “cambio de cuadrante” que hubo entre los dos espacios de la izquierda filoperonista.
“Si un aliado pasa a ser un adversario, mala leche”, dijo el amigo personal del Papa el domingo pasado, frente a un auditorio llenísimo de personas, en la sede del Sindicato Luz y Fuerza de Rosario: “Lo que es doloroso es cuando un amigo pasa a ser un aliado. ¿Por qué es doloroso? Porque se rompe algo. Algo que está en el terreno de lo emocional. Yo no estuve acá durante la campaña del frente del que nosotros participamos por la intendencia porque me lo pidieron los que yo creía que eran mis amigos. Y yo concedí. Concedí, podía ser una táctica. Pero llegó un día que me di cuenta de que amor con amor se paga y que hay límites que no se pueden cruzar, cuando la táctica deja de ser una táctica y pasa a ser otra cosa. Entonces, algunos de mis amigos pasaron al otro cuadrante, el de los aliados”.

¿Qué pasó?
Desde el campamento patriagrandista, una voz de peso en el espacio en Rosario sostuvo a Suma Política que para entender la historia hay que remontarse a la pelea por la intendencia en 2023. No obstante, otros referentes de la fuerza apuntan que el vínculo “se fue deteriorando en los últimos años y se profundizó sobre todo a partir del 2023”. Es decir, las rispideces ya venían de antes.
Según relatan, Grabois —que se encontraba en plena campaña a precandidato a presidente de la Nación, disputándole las primarias al entonces ministro de Economía, Sergio Massa— tenía previsto desembarcar en Rosario para cerrar su campaña con un acto en donde se mostraría a un lado de Juan Monteverde y los referentes de Ciudad Futura para darle músculo y proyección nacional a la candidatura a intendente de su tocayo.
La intención quedó solamente en eso, ya que desde Ciudad Futura pidieron que el acto se diera de baja “para que no interfiera con la campaña”. Según contaron, el desplante se repitió algunos meses después, ya que Grabois —ya fuera de la carrera para la presidencia— quería bancar a Monteverde en el primer ballotage municipal por el Palacio de los Leones, en el búnker de Rosario Sin Miedo.
“Además de algunos acuerdos políticos más nacionales que había entre ambas fuerzas, había una alianza estratégica y no acompañaron con fuerza la candidatura de Juan (Grabois) como él sí lo hizo con Monteverde en Rosario”, agregaron desde Patria Grande. Discusiones relacionadas a las estrategias electorales continuaron el progresivo deterioro de la relación.
No obstante, los buenos modales y formas continúan marcando la relación entre ambas tribus: “Hay una perspectiva estratégica en Rosario que compartimos con los compañeros de Ciudad Futura. Y eso va a seguir siendo así”, aseguraron los militantes de Grabois.

Una mirada desde adentro
Una voz proveniente de los sectores peronistas del armado Rosario Sin Miedo le quita dramatismo a la situación y sostiene que el distanciamiento está más relacionado a la diferencia de objetivos políticos que a cuestiones personales: “La relación con Juan se cae por su propio peso. Mucho tiene que ver el sometimiento de Grabois a la voluntad de Cristina”.
Desde el armado que lleva a Monteverde como líder y representante del frente político arriesgan una explicación: “En este momento, el proyecto de Ciudad Futura no se está proyectando nacionalmente porque no tiene ni la fuerza ni la capacidad para poder hacerlo. Es mucho más positivo desarrollar desde la ciudad de Rosario a la provincia de Santa Fe, y más con una posible alianza a futuro con Lewandowski tomando en cuenta que son los dos candidatos que más votos recibieron en la provincia”.
“Lo que supo acumular Juan Grabois en Rosario está fragmentado, ya no está uniformado, no está encolumnado y eso le resta posibilidad también de ser un socio atractivo para la cuestión electoral, pero eso no quita que uno pueda seguir construyendo a partir del pensamiento, de los aportes, de los intercambios y que en un futuro se refuerce un poco esa alianza”, agregó la fuente consultada por Suma Política, quien destacó que a partir de los problemas identitarios del espacio nacional y popular liderado por el peronismo, en la disputa por generar volumen, todos los espacios suman. Si en el mundo de los ciegos, el tuerto es rey, las figuras del senador nacional y del concejal rosarino son los polos que definen la balanza. Y desde ese lugar es donde se jerarquizan las alianzas.
Esto va en línea con lo dicho por el propio Monteverde a este medio, en donde la fuerza Argentina Sin Miedo continuará las conversaciones para “incorporar nuevos actores del movimiento nacional y popular” y de esa forma llegar “al mayor grado de síntesis posible con distintos sectores”.
Desde Ciudad Futura le pusieron paños fríos a la situación y decidieron no hacer declaraciones sobre este asunto a Suma Política.
Lo que dirán los papeles
Más allá de los cortocircuitos, en el Frente Patria Grande, cuando se proyecta a futuro, no tienen dudas: “Vamos a apoyar a Monteverde en 2027”, repiten, en una clara referencia a la batalla que el militante social y edil de Rosario disputará por la intendencia cuando llegue ese momento.

