“Lo que es revancha no lleva la fe/ Queremos hoy al destino entender/ En este ruego una excusa volver a tener/ Para reír y nacer…”
Pablo Pino entonó estos versos de “Luna”, la emblemática canción de la banda rosarina de rock Cielo Razzo a modo de introducción artística de la presentación del último libro de Juan Grabois, Argentina Humana. Teoría y práctica para la justicia social en el siglo XXI (Sudamericana, Penguin Random House), y de alguna manera resumió en sus acordes el motivo de ese texto, la tarde del domingo 2 de febrero en una colmadísima sala del Sindicato de Luz y Fuerza, en Rosario.
Es la primera vez en casi un año que Grabois llega a la cuna de la bandera. El presidente de Patria Grande no tuvo vergüenza en mostrarse movilizado en lo emocional tras su regreso a la ciudad, donde tenía “una cuenta pendiente —dijo—. Tuve que hacer un duelo en Rosario y lo estoy cerrando hoy, acá”. Entre las primeras filas de la sala, donde se sentaron los invitados, algunos rostros acusaron el golpe por elevación que Grabois le estaba haciendo a Ciudad Futura. Y sin ninguno de sus referentes en la sala que recogiera el guante.
Entre los presentes, figuras del sindicalismo como Walter Palombi, del gremio de los trabajadores del Correo; Horacio Yannotti, dirigente del Sindicato de Peones de Taxis; el propio anfitrión Alberto Botto; la extitular de la Central de Trabajadores de la Educación de la República Argentina Sonia Alesso, entre otros, se codeaban con referentes de organismos de Derechos humanos y organizaciones sociales, concejales (Norma López estaba sentada a la derecha del evitista Mariano Romero) y varias decenas de militantes de Patria Grande, entre peronistas de diversa estampa, como el exsecretario de Trabajo de la Nación Roberto Sukerman o el diputado nacional Eduardo Toniolli.
Las calles todavía tibias de la marcha antifascista contra el discurso homofóbico y persecutorio del presidente de la Nación en el foro internacional de Davos fueron el escenario del arribo del exprecandidato a presidente. El evento debía hacerse el día anterior, pero como todo en la presentación, las convicciones políticas se hicieron práctica y el encuentro se suspendió por 24 horas.
El libro comienza, y así también comenzó la alocución de Juan Grabois, abundando sobre el concepto de propósito, el porqué de las cosas: “Este es un libro de combate, para organizar la bronca en varios ejes. Es un espacio más de pelea”, definió su autor frente a la atenta audiencia.
Durante su casi hora y media de exposición, el referente apuntó sobre la necesidad de la reconstrucción de la voluntad del movimiento nacional y popular, en donde no escatimó ni en reflexiones teóricas, menciones sobre la “incomprensible” interna entre Cristina Fernández de Kirchner y el gobernador bonaerense Axel Kicillof y señalamientos hacia los que calificó como sus adversarios y enemigos políticos.
“Macri y su gobierno eran adversarios, si bien nos enfrentábamos lo hacíamos dentro de los marcos democráticos. Un enemigo cruza las líneas rojas. El gobierno de Javier Milei son nuestros enemigos. Acá está en juego una batalla que hay que asumir con la misma agresividad que ellos emanan, porque de otra manera caeremos en la lógica del bullying”.
Al recordar la polémica por las pintadas en los murales del Jockey Club de Buenos Aires con la insignia de bienvenida al nieto recuperado 138 a mediados de enero, el fundador de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular recordó que “los compañeros detenidos desaparecidos no sólo pusieron el cuerpo, dieron la vida por las banderas de nuestro movimiento. A veces recuerdo lo que dijo Evita Perón y me pregunto ¿estamos dispuestos a dejar girones de nuestra vida por las banderas que sostenemos o solamente estamos dispuestos a dejar posteos de Instagram? Yo estoy dispuesto todavía a dejar algunos girones de mi vida por un futuro mejor. Espero que ustedes también”.

El otro cuadrante
Para el militante social y amigo personal del Papa, las cuestiones de la política son entendidas —y atendidas— desde lo emocional y lo racional en partes iguales, y eso vale tanto puertas adentro del peronismo como para los armados electorales que buscan conformarse de cara a las elecciones de medio término, cuyos candidatos están contrarreloj cerrando las listas de candidatos que deberán presentarse antes de la última campanada de este viernes.
El pasaje de un aliado a un adversario, y de un adversario a un enemigo son cosas articuladas pero diferentes: “Mala leche. Pero ahí no entra la lógica del sentimiento, es todo política. Y esto explica un poco lo que me pasó a mí y lo que está pasando con este conflicto difícil de entender entre Axel y Cristina. Las cosas hay que debatirlas de cara a la militancia, de cara al pueblo y no andar con secretismos estúpidos que no sirven para nada”, criticó.
El tono de voz del protagonista de esa tarde se mantuvo estoico, severo, como limitándose. Si los golpes estaban pensados por elevación, el objetivo no estaba muy lejos: “Lo que es doloroso es cuando un amigo pasa a ser un aliado ¿Por qué es doloroso? Porque se rompe algo. Algo que está en el terreno de lo emocional. Yo no estuve acá durante la campaña del frente del que nosotros participamos por la intendencia porque me lo pidieron los que yo creía que eran mis amigos. Y yo concedí. Concedí, podía ser una táctica. Pero llegó un día que me di cuenta de que amor con amor se paga y que hay límites que no se pueden cruzar”, contó Grabois, sin dar nombres, sin señalamientos, sin acusaciones. No hacían falta. Todo el auditorio sabía de quiénes se estaba hablando: “Básicamente cuando la táctica deja de ser una táctica y pasa a ser otra cosa. Entonces, algunos de mis amigos pasaron al otro cuadrante, el de los aliados”.
Una fuente de gran gravitación dentro de Patria Grande contó a Suma Política que las buenas relaciones con Ciudad Futura se cortaron hace casi dos años, en las primarias de 2023. Desde el campamento de Grabois apuntan que “hubo gestos que Juan (por Grabois) hizo hacia (Juan) Monteverde que no fueron respondidos, que no se le devolvieron ni se le valoraron”, en una actitud reiterada hacia el dirigente nacional. Supuestamente, se habría entendido a la figura del dirigente social como “piantavotos” y se la alejó de la campaña de Rosario Sin Miedo durante 2023, bajo explícita petición de no aterrizaje por parte del líder en los comicios.
Si bien prevalecen los buenos modales, el vínculo se fracturó al punto que Ciudad Futura inscribió su espacio “Argentina Sin Miedo” para la presentación de una lista de la cual Juan Monteverde será candidato a convencional constituyente y a concejal, mientras que Patria Grande presentó sus propios candidatos para ambas categorías para Rosario y la ciudad de Santa Fe: Regina “Refi” Gonzalez, militante estudiantil y referente local de Patria Grande, y los militantes capitalinos Gastón Restagno y Vanesa Tapón.
Aunque frías, las relaciones no están resentidas y todavía quedan vasos comunicantes entre ambos campamentos de la centroizquierda barrial que supo ser un polo importante de esperanza en Rosario, frente a un peronismo atomizado y que también tiene exponentes (el Movimiento Evita, parte de la Corriente de la Militancia, entre otros) para sumar en la lucha por el corazón de una ciudad cuyas autoridades luchan por despolitizar. De nuevo, la cuestión por el propósito aflora.


El régimen de facto y el Tercer Plan Quinquenal
En el texto de la Ley de Contrato Laboral 20.744 (dato no menor: fue sancionada a pocos meses del golpe de Estado, el 13 de mayo de 1976) puede observarse que la definición del artículo 116 sobre salario mínimo y vital es “la menor remuneración que debe percibir en efectivo el trabajador sin cargas de familia, en su jornada legal de trabajo, de modo que le asegure alimentación adecuada, vivienda digna, educación, vestuario, asistencia sanitaria, transporte y esparcimiento, vacaciones y previsión”.
Grabois leyó textualmente el artículo de la ley desde su teléfono, apenas opacado por el sonido de algunos abanicos entre los integrantes del público insatisfechos con la performance del aire acondicionado: “Ahí tenemos una síntesis de las necesidades humanas. Nuestra ley actual dice que la menor remuneración que tiene que tener un trabajador o una trabajadora tiene que permitirle todo esto. O sea, cumpliendo la ley tenemos resuelto el problema de la necesidad básica del ser humano. No hay que inventar nada, no hay que reformar la Constitución. Tenemos que tener consciencia de que estamos en un régimen de facto, donde las necesidades mínimas vitales de la población no se respetan”.
Separar lo importante de lo urgente es la tarea que Grabois persigue en Argentina Humana, partiendo de la pregunta de dónde se perdió el sentido o el objetivo de la pelea por el poder político en Argentina. Por eso inicia su texto sobre los porqués de cada uno para militar por un objetivo, seguido de los para qué de llevar adelante esa voluntad: “El porqué es más subjetivo, pero el para qué se puede compartir, del cual surge la organización colectiva”, sostuvo el militante y abrió la cancha para la cuestión nodal del libro, que es el Tercer Plan Quinquenal.
El texto toma el rol de ser un llamado a pensar “una Argentina post-Milei” en donde “el pecado de la cobardía, como fue el caso del recule en chancletas de la expropiación de Vicentín, es algo que no nos puede pasar nunca más. Tenemos que poder avanzar con contundencia para poder enfrentar a nuestros enemigos, y tenemos que tener la posibilidad de decir cómo vamos a hacer lo que queremos hacer, sentarnos a debatir y ponernos de acuerdo en al menos diez cosas”.
Y comenzó la enumeración: trasladar la capital federal a la Madre de las Ciudades, a Santiago del Estero, y federalizar el centro político del país; cambiar la ley de arriendos rurales (también sancionada durante el régimen del dictador Jorge Rafael Videla); elaborar un plan de construcciones de viviendas familiares y de urbanización de barrios, entre otros puntos que en el libro están acompañados de una “estrategia política” para llevarlos adelante.
“Tenemos varios para qué. Hay cosas recontra obvias, no voy a seguir insistiendo con eso. Pero hay que preguntarse para qué en todos los niveles. En el centro del programa están las personas, la naturaleza, los recursos. Si no tenemos claro el propósito, no hagamos nada”, espetó. En su arenga final, Grabois alentó a los presentes a que “soñemos con tierra, techo y trabajo”, las consignas fundamentales del Frente Argentina Humana, “y soñemos con dejar jirones de nuestra vida en cumplir esos sueños”.

