El PRO y la Libertad Avanza, con la ayuda de ambos bloques del radicalismo, no pudieron con el quórum y se quedaron en la puerta de una sesión que estaba programada con mucha antelación. Así como el fallo de condena de la Cámara de Casación a Cristina Kirchner ya era conocido con semanas de anticipación, también era cantado que el viejo proyecto de “ficha limpia” que busca su destino desde 2017, finalmente llegaría al recinto.
Pero por la falta de un presente (hubo 128 legisladores sentados cuando se necesitan 129), se cayó la sesión a la vez que sus impulsores prometieron insistir la próxima semana. El largo debate por introducir la dimensión judicial al mundo legislativo es, desde ya, una obsesión del PRO y la derecha política en general. El peronismo y los bloques del centro hacia la izquierda lo rechazan y pretenden que sea el mundo legislativo el que avale o prohíba candidatos y no que esas cancelaciones provengan de otro poder el Estado.
Las razones son obvias. Los jueces —si bien tienen una instancia de revisión y aprobación de sus pliegos por el Senado— provienen de la lapicera del Poder Ejecutivo, sus cargos son vitalicios y en ningún caso sus nominaciones provienen del voto ciudadano. Esta sesión caída, que posiblemente pueda revivir la próxima semana, viene como traje a medida para Cristina Kirchner, que el 13 de noviembre recibió en su contra “el doble conforme”, un fallo en segunda instancia que ratifica una condena por corrupción en la llamada causa Vialidad.
El “doble conforme” era una pretensión de bloques intermedios para avanzar con la ley restrictiva de candidaturas. Las acusaciones y procesamientos por corrupción a dirigentes del peronismo son un clásico de la historia argentina: cuando Perón fue derrocado en el 55 ya tenía 14 causas de corrupción en su contra; a su regreso del exilio, en el 73, las causas desaparecieron. Cristina, con el “doble conforme”, estaría superando al propio general creador del movimiento.
El mar de fondo que provocó la caída de la sesión de “ficha limpia” hay que cifrarlo en lo que parece una definición a punto de concretarse: la Casa Rosada dejaría de lado las pequeñas concesiones que les hizo en sucesivas reuniones de gobernadores oficialistas y cercanos, y avalaría cambios en el dictamen de la ley de Presupuesto 2025, en los hechos quedándose en minoría y sin ley de presupuesto. Así lo anunció este martes José Luis Espert —de LLA—, cuando además canceló la reunión de la comisión que él preside una hora antes del horario previsto para su inicio.
No hubo reunión de la comisión de Presupuesto —tampoco dictamen—, este miércoles no hubo sesión por “ficha limpia” y tampoco habrá sesión este jueves, en este caso motorizada por la oposición, para cambiar la ley de DNU y que busca voltear el DNU vigente con el que el gobierno se da autorización a sí mismo para cambiar las condiciones de toma de deuda externa (empeorando las condiciones para la Argentina). El pedido de sesión especial se hizo finalmente para el 26 de noviembre.
Gesto de los gobernadores
El grupo de gobernadores paraoficialistas, que no son estrictamente del tándem LLA-PRO-UCR pero tampoco son opositores (Río Negro, Salta, Misiones y experonistas de Tucumán, entre otros), hicieron un gesto de rebeldía y no enviaron sus diputados este miércoles al recinto, y no porque tengan especial aversión con la ley de “ficha limpia” sino porque se sienten desolados ya que sus pretensiones con el Presupuesto no se estarían cumpliendo.
Con todo, el gobierno nacional anunció que está evaluando llamar a sesiones extraordinarias en diciembre, y tal vez en febrero, donde tranquilamente podrían incluirse los proyectos que no lleguen a ser tratados hasta la próxima semana, la última de noviembre, cuando caen los plazos de las sesiones ordinarias.
El Presupuesto, que le dé un poco de ánimo a los gobernadores amigables, así como “ficha limpia”, que pretende especialmente el PRO, podrían incluirse en el temario de las sesiones extraordinarias, donde la lapicera presidencial, en este caso a pura discrecionalidad, es la que determina.
Lo concreto es que el Congreso quedó atascado esta semana, y en los pocos días hábiles que quedan de noviembre será matemáticamente imposible que se puedan resolver tantos asuntos, todos de enorme dimensión formal y política.
A estas horas, es la Casa Rosada la que determinará cómo sigue la actividad en el Palacio del Congreso. Salvo UxP (99 miembros) y la izquierda (5), el resto de los bloques, con más o menos pasión, bailan la música que propone el presidente Milei.