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Política

Denunció a su pareja por querer envenenarlo, la hizo echar de Aguas y ahora la propone para el Enress

La increíble historia de Oscar “Rabanito” Barrionuevo, el “dueño” de Obras Sanitarias.

Parece una historia de Netflix, pero pasa acá nomás y todavía está ocurriendo. Sus personajes son Oscar Carlos “Rabanito” Barrionuevo (74), el histórico sindicalista con 50 años de permanencia en el gremio de Obras Sanitarias, y su pareja con nombre de película, Vivian Noemí Orellano (56), con quien lo une una historia increíble. Se casó con ella, se divorció tras denunciarla por intento de envenenamiento, la hizo echar de Aguas Santafesinas, después se arrepintió, quiso que la reincorporaran y, al no lograrlo, la propuso para integrar el Enress, el ente encargado de controlar a la empresa en la que él mismo es director y ella fue despedida. La propuesta provocó un escándalo político.

La historia comienza a fines de los años 90 cuando se conocieron en Rosario. Ella es oriunda de Elortondo pero trabajaba en la parrilla “La Estrella”, de Mendoza y Alem, y Barrionuevo tenía muy cerca de ahí un búnker político. Se casaron y vivieron juntos varios años, pero entre 2013 y 2015 protagonizaron una disputa que tiene demasiadas versiones no del todo claras, pero que terminó en un divorcio con escándalo incluido.

Esas diferencias se asentaron en Tribunales el 18 de noviembre de 2014, cuando Rabanito se presentó a las 11:07 horas en el Ministerio Público de la Acusación junto a la abogada Cintia Puccini para denunciar penalmente a su pareja por el delito de tentativa de homicidio.

El entorno familiar del dirigente gremial le reprochaba a Vivian en ese tiempo haberle suministrado una poco conveniente medicación diaria “desde 2002”, con la intención de envenenarlo. El descontento llegó a expresarse con panfletos en la vía pública contra la mujer, aunque la denuncia fue desestimada en mayo de 2017, cuando se dictó el sobreseimiento de Vivian después de exámenes médicos y pericias psiquiátricas.

Lejos de amilanarse, en pleno uso de sus influencias, el 17 de abril de 2017 Rabanito hizo despedir a su ex esposa de Aguas Santafesinas, la empresa en la que es director obrero desde 1995 y en la que ella trabajaba desde el 13 de julio de 2006, cuando ingresó formalmente de la mano de Juan Carlos Venesia, quien ya la había contratado en su anterior función al frente del Enapro (Ente Administrador Puerto Rosario).

En esos años, Barrionuevo se enfermó (hoy admite que atravesó un problema neurológico), sus hijos lo rescataron y lo llevaron a Córdoba, y estuvo internado varios meses en el “Philippe Pinel”, un instituto de salud mental de Rosario.



Fiesta, testigos y Polinesia


Pero también el histórico dirigente gremial volvió a casarse, esta vez con una joven de unos 25 años, Karen, hija de un chofer suyo. Para celebrarlo, y tal vez olvidar a Vivian, organizó una recordada fiesta en el salón “Tranoi” de Funes, que fue animada por un grupo de covers de rock y el cantautor rosarino Cristian Amado, que deleitó a los invitados con su romántico “Dueña de mi intimidad”.

No la pasaron bien en esos tiempos tres amigos de Rabanito, que dieron fe y lo acompañaron en la denuncia penal contra su ex pareja, y también actuaron en calidad de testigos de su casamiento. Después de la reconciliación con Vivian, ahora lo visitan con menos frecuencia.

Pero ni la alegría de la fiesta ni la luna de miel que disfrutó en la Polinesia pudieron evitar que su nuevo matrimonio durara menos que el año. Fue entonces que Barrionuevo se reencontró con Vivian, y reaparecieron fotos de los dos juntos en las playas de Cariló.


El casamiento con Karen y la vuelta con Vivian

El “dueño” de Aguas, arrepentido


A esa altura, a quien consideran una especie de “dueño” de Aguas, ya se había arrepentido de haber denunciado a su pareja y pretendió que la empresa la reincorporara. Incluso, para sorpresa del resto de los empleados, convocó a una asamblea gremial para desagraviarla del desprestigio que él mismo le había provocado.

Pese a su insistencia, no pudo convencer a las autoridades de la empresa de semejante despropósito, por lo que rompió relaciones de amistad.

Un argumento que le dieron para la negativa fue que con la desvinculación producida en abril de 2017, Vivian ya había cobrado la indemnización que le correspondía por convenio.

Por el despido sin causa en la categoría más alta, la 715, embolsó cerca de un millón y medio de pesos. Después de eso trabajó un tiempo en el sanatorio Británico.


Al Enress pasando por la Justicia


Tal vez para compensar esa pérdida de trabajo que él mismo le causó y al ver frustrados sus intentos para que volviera a trabajar en la empresa, Barrionuevo la propuso a Vivian en julio de 2018 para integrar, en representación del sector obrero, el Ente Regulador de Servicios Sanitarios que controla a Aguas Santafesinas.

Por las objeciones que despertó su nombre, el ex gobernador Miguel Lifschitz nunca envió ese pliego a la Legislatura, y el puesto de director gremial está vacante desde entonces en el Enress, que debería tener cinco miembros. Barrionuevo decidió entonces en octubre del mismo año acudir a la Justicia, y presentó un recurso de amparo en un juzgado laboral.

Casi un año después, en agosto de 2019, la jueza Bárbara Serrat le dio la razón y ya en noviembre la provincia fue intimada a cumplir con la designación y enviar el pliego. Era casi el traspaso del gobierno y nadie movió en la Casa Gris el mensaje, que incluso llegó a estar redactado. No había demasiado consenso para incluir un escándalo de polleras en el Enress.

En plena pandemia, en mayo de este año, la misma jueza ordenó aplicar una multa diaria de mil pesos a la provincia por el incumplimiento.

Esta semana, movilizado por esa presión judicial y para poner fin a esa multa, aunque sin mucho entusiasmo, el gobernador Omar Perotti decidió remitir el pliego que propone como directora del Enress a Vivian Orellano, de cuya formación suele decirse que es “casi psicóloga”.

En Santa Fe, a la actual pareja de Barrionuevo ahora que apareció el pliego ya la apodan “La Rabanita” o “Yiya”, en alusión al intento de homicidio del que fue denunciada, y en recuerdo de Yiya Murano, aquella mujer de Capital Federal que en los ’70 envenenaba con masas a sus víctimas después de estafarlas.



¿Se retira el pliego?


El final parecía abierto, pero la cerrada oposición de los legisladores y el escándalo que provocó la nominación de Vivian pusieron en marcha las gestiones políticas para evitar que por el mero paso del tiempo su nombramiento quede aprobado de manera automática.

Es que eso es lo que puede pasar si los legisladores no tratan en Asamblea legislativa la convocatoria que ya tienen para reunirse el 20 ó el 27 de este mes. Un día después vencería el plazo de 30 días que la ley establece para que una nominación como esta quede sancionada de manera “ficta” si no es considerada.

La otra posibilidad es que el gobierno retire el pliego que envió, algo que ya salió a pedirle públicamente el socialismo y que ahora podría ser la manera de resolver esta polémica.


Un cambio en la legislación


Desde que se conoció, la proposición del nombre de Vivian provocó una medida política. Eso impulsó a Perotti a enviar un proyecto a la Legislatura para modificar tres leyes que determinan el procedimiento de elección de los representantes gremiales en los directorios de los entes autárquicos.

No quiere el actual gobernador que esas designaciones sean  sólo una potestad de los gremios u otros sectores ajenos al gobierno, sino que exige que de ahora en más se necesite el acuerdo del gobernador, como ya ocurre en otras empresas del Estado.

El mensaje apunta a evitar este tipo de sorpresas y el Ejecutivo se reserva con este cambio (que debe aprobar la Legislatura) una especie de poder de veto, al no obligarse a mandar necesariamente el pliego del candidato que le propongan.

En esa línea ya están las designaciones de directores obreros que se hacen en la propia Assa, la Empresa Provincial de la Energía y Radio y Televisión Santafesina (5RTV)

Con el mensaje de Perotti ahora se pretende sumar a ese criterio al Enress, el Ente Zona Franca Santafesina y el que administra el Aeropuerto de Sauce Viejo.



La reforma antes que el pliego


La duda que se había planteado pareció aclararse este fin de semana. Era saber qué pasaría primero: si la Legislatura llegaría a aprobar este nuevo sistema de elección antes de que se cubra la vacante del Enress, o si este cambio regirá sólo para el futuro.

La decisión política del fin de semana fue acelerar el trámite en el Senado para que se dé media sanción a las modificaciones que propone Perotti. Con ese argumento, el Poder Ejecutivo retiraría el pliego de Orellano para el Enress, y el gremio ya habría aceptado proponer otro nombre.

Los cuestionamientos a Vivian pudieron así más que el nivel de insistencia de quienes la impulsaron. Las críticas no eran menores: primero, al grado de idoneidad para la función de la candidata, de perfil administrativo. Después, apuntaron al grado de compatibilidad que representa que el director obrero proponga nada menos que a su pareja actual (aunque legalmente están divorciados, pero viven en una misma casa en la zona de Pellegrini y Juan Manuel de Rosas) para un lugar en el ente encargado de supervisar a la empresa cuyo directorio integra. Y tercero, que ese nombre sea el de alguien que trabajó y fue despedida de la misma empresa a la que ahora tendrá que controlar. Nada menos.


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