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Política

La oficina anticorrupción que creó Binner y Perotti no ocupó, y ahora Pullaro le dio al peronismo

En el armado de su gabinete, el gobernador electo Maximiliano Pullaro no solo incluyó a referentes de todos los partidos que integran el frente Unidos, con el que ganó la provincia, sino que también le ofreció al peronismo como principal partido de la oposición hacerse cargo de un área de control de su gobierno, la que se ocupa de evitar actos de corrupción y de velar por la transparencia en la administración pública provincial.

En Santa Fe el espacio para esa tarea existe desde 2008 cuando lo creó por decreto el ex gobernador Hermes Binner. Es una dirección provincial con el título de Anticorrupción y Transparencia, y funciona actualmente bajo la órbita del Ministerio de Gobierno, Justicia y Derechos Humanos. Podría mantener o elevar ese rango.

Durante todas las gestiones del socialismo se designó siempre a un funcionario al frente del área, aunque esa elección estaba a cargo del oficialismo de turno, pero en la gestión de Omar Perotti -si bien la oficina siguió existiendo- se desdibujó como espacio con las funciones para las que fue creada, tanto que no figura en el organigrama de autoridades donde se detallan los funcionarios y las dependencias del actual gobierno provincial. 

“Quedó un área administrativa, el personal de planta son tres empleados que dependen de la Secretaría de Gobierno, pero no hubo en estos cuatro años un funcionario político a cargo de la oficina anticorrupción”, confirman fuentes del propio peronismo. Ahora Pullaro le vuelve a dar al espacio su impulso original y va más lejos al ofrecerle a la oposición que se haga cargo.


La encerrona del peronismo


En la vereda de enfrente de la política, lo mismo que ahora le ofrece Pullaro al peronismo había sido propuesto por el candidato del oficialismo a nivel nacional, el ministro Sergio Massa, quien en plena campaña anticipó que si ganaba le iba a ceder a la oposición la conducción de la oficina Anticorrupción

Sin declamarlo antes de las elecciones provinciales, Pullaro se lo propuso realmente en Santa Fe a las autoridades del peronismo después que ganó —fue antes del balotaje nacional— y esta semana lo dio a conocer públicamente. En el peronismo por lo bajo nadie deja de saludar la decisión, aunque reconocen que les creó un problema político: no pueden estar en desacuerdo, con lo que quedaron obligados a definir un nombre en medio de una crisis electoral que todavía no tuvo tiempo de reconstrucción.

Pullaro se manejó con el manual de la corrección: institucionalmente le hizo llegar el ofrecimiento al presidente del partido, Ricardo Olivera, quien en una reunión del consejo partidario por Zoom el pasado jueves lo trasladó al resto de la mesa del PJ, donde fue aceptado. 

Tan convulsionado estaba todo dentro del peronismo que en esa misma reunión virtual se iba a tratar la posibilidad de adelantar las elecciones internas para renovar los mandatos partidarios que vencen en junio, algo que finalmente quedó sin cambios: la renovación de las autoridades del PJ de Santa Fe se producirá en mayo de 2024.

El problema que apareció con la cortesía del gobernador electo es de representatividad, porque quienes ejercen roles en el Senado, en Diputados o ganaron intendencias y comunas por el peronismo, y hasta quienes pusieron la cara y fueron candidatos derrotados en esta parada electoral brava que tuvo el PJ, reclaman participar de la discusión, a la misma altura que las autoridades constituidas que están casi al final de sus mandatos. 

Uno de los que salió a expresar este malestar públicamente fue el ex candidato a gobernador, el senador nacional Marcelo Lewandowski, quien se molestó por haberse enterado por los medios y no haber sido consultado directamente, y criticó que “un PJ devaluado y en retirada quiera definir quién ocupará ese cargo”.



Una terna para que elija el gobernador


Con tanto enojo pareció quedar claro que la movida de Pullaro al ser anunciada en los medios le creó al peronismo un problema inesperado, mucho antes de que tuviera margen para encarar una autocrítica por las elecciones perdidas este año.

Para evitar rispideces, la propuesta con más consenso dentro del peronismo es que se propongan varios nombres desde los distintos sectores y que se eleve, como en una selección de jueces, una terna para que sea finalmente el gobernador quien elija. Esto evitaría tener que consensuar un nombre, una tarea que parece de difícil concreción en el peronismo post 2023.

Un criterio que van a tener que resolver quienes acerquen los currículums es el perfil del postulante para la oficina de Transparencia. Hay quienes consideran que debe ser un técnico, que conozca de administración y sepa leer un expediente, una licitación o un concurso de precios, mientras que otros son más partidarios de la idea de aprovechar ese espacio para que lo conduzca un político. Aunque en este caso será más difícil unificar posiciones, porque todas las tribus internas van a querer sacarse ventaja para postular nombres que tengan otros planes a futuro.


“Meterse en todo” y nombres


Una cuestión que quieren discutir con el gobernador electo será el rol que tendrá este cargo. Si se limitará a un formalismo para quedar bien con la oposición o le permitirán a quien sea designado “meterse en todo”. Evalúan pedir que no dependa del ministerio de Gobierno o que tenga una mayor autonomía.

Aunque no lo explicitó públicamente, la idea de Pullaro es dotar al área de los recursos necesarios para que tenga acceso a todos los expedientes de la gestión y a la información considerada relevante.

Voceros del gobierno actual se preguntan cuál va a ser el rol o la coordinación que tendrá esta área con el Tribunal de Cuentas, que ejerce un control externo de la gestión, y con la Sindicatura General de la provincia, a cargo del control interno. Creen que a simple vista las misiones y funciones podrían “pisarse” si no se delimitan bien, y consideran que no sería mala idea crear esta dependencia específica con atribuciones concretas con la fuerza de una ley.

Actualmente le corresponden al ministerio de Gobierno los temas vinculados a acceso a la información pública, comunicación al ciudadano de la acción de gobierno, las prácticas de gobierno abierto, así como aquellos programas para prevenir la corrupción en la administración pública provincial. 

En cuanto a nombres no hay demasiado. Antes que nada se descartó que el cargo fuera un traje a medida para uno de los pocos dirigentes de indiscutido consenso dentro del peronismo, Ricardo Olivera, quien ya adelantó puertas adentro de su partido que no le interesa y que debería ocuparlo un cuadro de lo que se considera la nueva generación.

Nadie descarta que entre los nombres a proponer aparezca alguno de los que el gobernador Perotti pensaba ingresar con su lista a la Cámara de Diputados y se quedaron afuera. Por el lado de uno de los actores que discutirán liderazgo dentro del PJ santafesino, Marcelo Lewandowski, se podría aportar el nombre de quien fue su compañera de fórmula, la ministra de Infraestructura Silvina Frana, con perfil político y que además no necesita que le expliquen cómo es el manejo interno de una gestión. Por ahora hay más especulaciones que datos concretos.

La idea es que los nombres se definan rápidamente, para que puedan arrancar en la función cuando el 10 de diciembre asuma el nuevo gobierno.


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