Los desfiles en capitales europeas encendieron la primera alarma. Por ejemplo, Berlín. La mayoría eran hombres. Iban de uniforme, botas, banderas, arenga y simbología nazi. Por ejemplo, Oslo. Fue hacia 2022, aunque esos desfiles ya tenían varios años y sumaban cada vez más ciudades y adeptos. Por ejemplo, Estocolmo.
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Las conversaciones y acciones para darle forma habían empezado en 2022 pero recién en enero de 2024 se constituyó formalmente la Asociación de Abogadas y Abogados, Jueces y Fiscales de Derechos Humanos de América Latina y El Caribe. Ahora sienten que, para entonces, el mundo ya había cambiado.
Uno de los principales objetivos de la Asociación es asesorar tanto a activistas de derechos humanos como a abogados que defienden a esos activistas y también a funcionarios judiciales.
“Hacia 2022 veíamos la fragilidad de los defensores de derechos humanos en general. Aparece también el problema que empezaban a vivir muchos fiscales y muchos funcionarios judiciales en distintas partes del mundo que actuando correctamente después eran represaliados”. El que habla es César Sivo: abogado, fiscal en causas de lesa humanidad en Mar del Plata y hoy vicepresidente de la Asociación. La fotografía de su rostro forma parte de la plataforma Frontline Defenders, está en la categoría Amenazado.
Eran represaliados, los difamaban, los hostigaban o amenazaban y en el peor de los casos los mataban. De una u otra manera, no podían seguir su actividad y esa defensa quedaba sin rumbo.

La conversación con Sivo es extensa, de ella se desprende esta cronología:
Junio 2022, Milán, Italia: nace Abrazo Argentino y Latinoamericano, se dedica a generar “una red solidaria para ayudar a los exiliados que llegan a Europa y tratar de esa manera de mitigar los efectos de ese exilio”. “Exiliado es el que se va sin querer irse”, define Sivo y enumera el vasto universo que incluye desde personas que se fueron de sus países por graves problemas económicos o por persecución política o a partir de la crisis sanitaria por Covid-19 hasta exiliados de los setentas de las dictaduras en países latinoamericanos. Desde Abrazo se pretendía hacer “algún aporte para facilitar la estancia del otro en territorio europeo”. Fue cuando pusieron en común la situación que estaban viviendo muchos activistas y abogados por causas de derechos humanos. Dijeron: “Tenemos que seguir reuniéndonos”.
Octubre 2022, Dublin, Irlanda: convocada por el Parlamento Europeo para establecer la situación de los derechos humanos en el mundo. Para entonces los desfiles nazis en Europa (y su traducción electoral) ya estaban en boca de todos los que expusieron y un miedo latente: “Los pequeños gestos son los que nos muestran lo que va a venir. Lo estás viendo, no podés decir no la vi venir. No”.
Septiembre 2023, Santiago de Chile: 50° aniversario del golpe de Estado. Previamente, muchas reuniones virtuales hasta el encuentro presencial y el acuerdo de una próxima cita para darle el puntapié inicial.
Enero 2024, otra vez Santiago de Chile: nace formalmente la Asociación: “Ahí es donde amalgamamos todas las inquietudes y preocupaciones que apuntaban a algo que se daba cada vez más seguido: el abuso de los estados de excepción, la tendencia de la militarización para el control del conflicto interno, la persecución a los grupos más vulnerables. Es decir, todo lo que hoy empieza a darse en Argentina con la comunidad LGBTIQ+ ya se estaba dando en otros lugares de Latinoamérica. Son los grupos vulnerables los primeros que padecen este tipo de situaciones. Nosotros sabemos que donde empieza una política de endurecimiento en general, de persecución y de generar enemigos internos siempre van a apuntar a los más vulnerables, es lo más fácil de hacer”.

Para Sivo uno de los grandes problemas en la Argentina de la última década es que “se pensó más discursivamente, pero no, por ejemplo, en herramientas legales para proteger efectivamente esas poblaciones”.
Para él en “en derechos humanos no se puede ser ingenuo”. Por eso “ante una agenda previsible por el giro internacional, lo más cuestionable es que no se haya actuado en consecuencia”: “No se tuvo en cuenta que son grupos vulnerables, que hay que protegerlos y pensar en las próximas dos o tres generaciones”.
“Las comunidades LGBTQ+ no lograron nunca un respaldo suficiente. Tampoco la comunidad afro ni los indígenas ni los migrantes: son los grupos más vulnerables de todos los países pero no han logrado generar una plataforma de respaldo suficiente como para evitar que cada tanto vuelvan a ser objeto de persecución para disimular políticas públicas de otra especie”, sintetiza.
Javier Milei ya lleva en Argentina más de un año de gobierno, en enero terminó de estallar su ataque a la comunidad LGBTIQ+ cuando dio un discurso contra “la cultura woke” en el Foro de Davos, Suiza.

El miércoles 12 de marzo la represión a la protesta social —que tenía el antecedente de detenciones arbitrarias en junio 2024 cuando el Congreso aprobó la ley Bases— escaló un nivel más alto: siguieron las detenciones arbitrarias —más de cien— y las fuerzas de seguridad atacaron a los manifestantes sin respetar los protocolos internacionales de uso de armas no letales: hubo casi 50 heridos, entre ellos varios periodistas, y el fotógrafo Pablo Grillo que pasó la última semana en terapia intensiva y recién este jueves abrió los ojos por primera vez.
El 14 de marzo, dos días después de la represión, la Asociación emitió un comunicado que “manifiesta su más enérgico repudio a los ataques del Poder Ejecutivo en contra de la jueza de Garantías Karina Giselle Andrade”, quien liberó a los 114 detenidos en la manifestación y sus alrededores. Además, puntualizó que las expresiones del ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, y las del vocero Manuel Adorni, “constituyen una inadmisible injerencia en el ejercicio de la función judicial y una amenaza directa a la independencia de poderes”, que en este caso busca además desautorizar la palabra de mujeres en lugares de poder.


Primero Bukele
Volviendo a la agenda “woke” contra la que Milei construye una idea de batalla, Sivo apunta: “Bukele fue el primero que lo dijo, ‘no se puede hablar de género’, no es el problema de Milei, está pasando nuevamente en toda Latinoamérica. Siguió Trump, ‘no vamos a permitir los cambios de identidad de género’… Es medio de cajón, los inmigrantes son el próximo paso y los afro y los indígenas, ya está: los mapuches, terroristas. Es muy previsible”.
Pero primero, Europa: “El giro venía dándose en el mundo. El crecimiento de las derechas fue lo central en esa reunión del Parlamento Europeo en Dublín, en 2022.Todos entendíamos que la preocupación era el crecimiento de Viktor Orbán (actual primer ministro) en Hungría, la propagación de la extrema derecha en Austria, ni hablar en Alemania. Siempre que los países centrales tienen esos movimientos repercuten en la periferia y mal que nos pese, nos toca estar en la periferia”.
Lo que quiere decir es que se empiezan a poner en juego otros factores: la importancia estratégica de los territorios. “Aparece en relación a los minerales y la importancia estratégica de refugio ante situaciones de gravedad extrema, por ejemplo, guerras de tipo nuclear. De esto se habló muy claro en Europa: la importancia estratégica está en América del sur. Si un conflicto europeo se propaga, por ejemplo, de Rusia-Ucrania al resto de Europa y hay riesgo de guerra nuclear, el refugio es Sudamérica. A eso sumale los minerales, el litio”.
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—El poder judicial de Rosario fue el único baleado en democracia.
Sivo estuvo en Rosario en julio de 2024. Eligió la ciudad porque “han tirado tiros a edificios judiciales, a casas de jueces: es decir, hay datos concretos de peligro en una ciudad donde mataron un montón de gente vinculada con situaciones de narcotráfico y de criminalidad”. En la última década los tribunales judiciales de la ciudad sufrieron varios atentados contra sus dependencias. También hubo un ataque de este tipo en San Lorenzo, en 2018.
También visitó Jujuy: ahí los problemas son otros y tienen como núcleo central al litio y a los militantes y abogados ambientalistas.
En Rosario Sivo quería saber qué reacción hay de parte de funcionarios del poder judicial y periodistas, tuvo una reunión con cada grupo.
“Quería ver cómo reaccionan los distintos agentes ante situaciones concretas de riesgo, si las asimilan o subestiman. Hay una tendencia que tenemos todos los que trabajamos en derechos humanos que es la subestimación del riesgo”, explica para concluir: “Vi que ni los periodistas ni los funcionarios judiciales advirtieron esa situación, tuve la misma sensación que en otros lugares”.
Utilizó un ejemplo de la literatura para describirlo: “En La Peste de Albert Camus, en determinado momento cuando la gente de los bares quería abrirlos y subestimaba la peste de Argelia, aparecen dos cosas que se combinan y son fatales: la soberbia y la estupidez. ‘Esto no es tan grave’ o ´A mí no me va a pasar nada’. En los defensores de derechos humanos, normalmente vienen de la mano. Pensás que efectivamente no te va a suceder, que no debe ser tan así aunque veas que las cosas van sucediendo, hasta que te pasó por arriba. El tema es poder agarrarlo a tiempo”.
Para Sivo es importante seguir una serie de pasos: primero, asimilar la situación de riesgo; segundo, contribuir para disminuir esos riesgos; tercero, y ya con la intervención de la Asociación: “Crear una red de intervención inmediata, de cobertura inmediata y de seguridad inmediata”.
Es lo que pretenden que logre la Asociación: dejar de llegar tarde, porque así lo vieron en países con violencias más extremas como México o Haití o El Salvador o incluso Brasil. Argentina hoy no está en la misma situación pero Sivo insiste: “En derechos humanos no se puede ser ingenuo”.
Para Sivo es importante que tanto funcionarios judiciales como periodistas entiendan que deben “establecer otras formas de investigación, buscar otras seguridades y otras formas de trabajar en función de peligros concretos. No alcanza con ir en un auto blindado”.

Además de los ataques a tiros contra Tribunales y el Centro de Justicia Penal, en Rosario en 2022 en el predio donde está Telefé apareció una tela pintada con la inscripción: “Vamos a matar periodistas”. Dos meses después la sede de Televisión Litoral, donde funcionan Canal Tres y Radio 2, recibió un ataque a tiros. En 2024 la semana en que la ciudad quedó paralizada por los asesinatos a trabajadores en sus lugares de trabajo, se volvió a repetir una tela y un mensaje amenazante: “Vamos a matar comerciantes, periodistas y toda persona que camine por la calle”.
La minimización que vio de los riesgos en las dos reuniones no lo sorprendió: “No es algo ajeno, yo trabajando en derechos humanos he tenido amenazas de todo tipo, las minimicé mucho tiempo hasta que se me complicó porque era cada vez más espeso, cada vez avanzaban más sobre mis bienes, me iban sucediendo cosas, se metían en mi casa o en mi oficina, me rompían todos los escritorios: no venían a robar, sino a mostrarme ‘mirá qué frágil que sos que me meto en tu casa cuando quiero’”.
Le pasó desde que se reanudaron los juicios de lesa humanidad en Argentina y tuvo a cargo como fiscal investigaciones por los delitos cometidos en Mar del Plata. En la web citada, Frontline Defenders, especifican que en 2016 él y su familia padecieron situaciones de intimidación y acoso.
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Ser abogado o abogada es la condición para formar parte de la Asociación de Abogadas y Abogados, Jueces y Fiscales de Derechos Humanos de América Latina y El Caribe. Hasta ahora hay representantes de Argentina, Chile, Costa Rica, México, Guatemala, Uruguay, Ecuador, El Salvador, Puerto Rico.
Están en expansión, terminando de conformar las distintas áreas de trabajo que incluyen desde asesorías y capacitaciones hasta investigación, cooperación internacional, difusión y visibilización de violaciones de derechos humanos, y la posibilidad de participar en procesos penales para representar a víctimas.
En su estatuto determinan que advierten en toda la región “elevados riesgos y concretos hechos de persecución, hostigamiento físico y judicial, difamaciones que padecen quienes ejercen diferentes roles de actividad en el contexto de las acciones, investigación, juzgamiento y sanción de violaciones a los derechos humanos”.
Además, “las concretas y objetivas dificultades para el progreso de las causas por delitos de lesa humanidad; los obstáculos permanentes para trabajar en las causas sobre acontecimientos actuales de violaciones y/o afectaciones a derechos humanos”.
—En Argentina estamos en una situación de alarma.
Esa es la definición de Sivo sobre el presente argentino. Para él, y ya en toda Latinoamérica, “da la sensación de que es el momento de sumergimiento final”, por lo que insiste: “Es necesario crear algún tipo de anticuerpos de defensa social. No es suficiente con una marcha”.
Para el abogado, en el país “se empiezan a ver determinados retrocesos, sobre todo porque el primer paso es el discursivo. Estamos en puro presente de discursos de odio, de intolerancia, discursos xenófobos muy marcados”.
Discurso de desprecio por el otro: “De ahí al acto son segundos. Porque se empieza a dar la libertad suficiente, valga el juego de palabras con esta gente, para que cada uno interprete como puede usar su libertad”. Lo dice en el país donde hubo un intento de asesinato a la vicepresidenta en función, Cristina Fernández de Kirchner, el 1° de septiembre de 2022. La no reacción masiva de rechazo de parte de la sociedad fue para Sivo una de las tantas señales de alarma.
¿En qué trabaja hoy la Asociación? Sivo enumera: ante cada situación de conflicto evalúan cuáles pueden ser los mejores interlocutores: así generan presión internacional, difunden a la prensa y ponen a disposición la posibilidad de hacer una misión al lugar. “A veces hacer pública una situación te permite sincerar información y obliga a los gobiernos a generar políticas de Estado”.
La próxima reunión presencial de la Asociación será en abril en San Pablo, Brasil. Mientras siguen con los encuentros virtuales y están a la expectativa de algo que podría ampliar su margen de acción: que Naciones Unidas les dé una credencial que otorgue a los integrantes inmunidad diplomática para misiones internacionales de derechos humanos. Es decir: que en sus misiones internacionales puedan circular y minimizar las posibilidades de ataques.

