Los subsidios al transporte y el Fondo del Conurbano son dos de los ejemplos más notorios sobre la discriminación que ejerce una concepción centralista de gobierno que se sostiene en el tiempo sobre el interior del país. Para el intendente Pablo Javkin, la única forma de revertir esta situación es a través de la conformación de un bloque provincial con espalda política, como en su momento tuvieron los ex gobernadores Carlos Reutemann y Hermes Binner. “Si la situación del transporte no se resuelve a nivel nacional, no van a quedar operadores privados en el interior”, asegura el intendente. Javkin habla del poder concentrado en la Ciudad de Buenos Aires y de la necesidad de avanzar con la federalización del reclamo de parte de los intendentes del interior.
—Desde hace años el transporte urbano de pasajeros es uno de los problemas de Rosario. ¿Cómo se revierte esa situación?
—El transporte venía complicadísimo… en Argentina hay una inequidad Buenos Aires-interior que lo hace insostenible. En todo el mundo funcionan con alto nivel de subsidio estatal. Esa ecuación es inevitable, en la Argentina durante mucho tiempo se fue agravando y lo que era 60-40 pasó a ser 90-10 y a veces un 100 a cero en el aporte de subsidios nacionales a favor del Área Metropolitana de Buenos Aires (Amba) con respecto al interior. Paralelamente la tarifa fue degradándose y la pandemia lo terminó de complicar: 50 mil pasajeros en lugar de 450 mil. Ahora estamos en el 85 por ciento de los pasajeros y vamos a ir a buscar el 100 por ciento y recuperar las frecuencias. Tenemos 632 colectivos y el objetivo es llegar a fin de año a 700.
—¿Qué sigue ahora en la relación de las ciudades del interior con la Nación?
—La etapa de dar la pelea fuerte por el tema de los subsidios. Si no, es quedarse con una agonía.
—¿Cuál es la estrategia de los intendentes que se vienen reuniendo por este tema?
—Lo que hicimos es una estrategia federal, porque este es claramente un tema de financiamiento nacional aunque la gente se lo reclama al intendente. Ningún intendente fija ni el valor del salario ni el valor del coche ni el del combustible. De los tres componentes principales del costo, el intendente puede fijar la tarifa; te queda lo peor, porque además nunca podés llevar la tarifa al valor que debería tener. El gasoil, por ejemplo, aumentó cuatro veces en marzo. El objetivo que tenemos es una sesión especial del Congreso que trate las leyes.
—¿Qué proponen esos proyectos?
—Lo que se busca es una ley federal que establezca cómo debe ser ese reparto. Los subsidios al transporte vienen en gran parte de un impuesto que pagamos cada uno de los argentinos a los combustibles, pero de cada diez pesos que se recaudan de ese impuesto entre 8,5 y 9 pesos van a la Ciudad de Buenos Aires (Caba).
—¿Se puede cambiar esa lógica?
—Si, por supuesto. No puede ser que en Caba el boleto cueste 18 pesos y acá 69. El gobierno subsidia al distrito más rico de la Argentina. Porque con muy poca corrección del boleto en Caba-Amba podría solucionarse el problema.
—Entonces, ¿por qué no se soluciona?
—En Argentina el poder está muy concentrado en Caba y como es el termómetro, hay miedo a decir que hay que aumentar el boleto de colectivo.
—Esta discriminación hacia el interior no tiene que ver con una cuestión de signo político de los sucesivos gobiernos nacionales, que tampoco lo justificaría, sino con una mirada centralista del poder…
—Hay transversalidad sobre este tema, Córdoba, Rosario, Santa Fe, Paraná, Bahía Blanca, Mar del Plata. Nosotros tuvimos un zoom con el presidente, debe haber sido marzo o abril del 2020, y gran parte del zoom fue este tema. La venimos peleando desde ese momento. Hubo avances, es cierto, pero no se alteró la ecuación. Nos vamos a quedar sin empresas, no es ninguna exageración lo que digo: si no se resuelve a nivel nacional no van a quedar operadores privados en el interior. Ya en líneas de larga distancia estamos cerca de quedarnos sin empresas.

—¿Tienen el apoyo de los legisladores nacionales de Santa Fe?
—Ahora tanto (Mario) Barletta como (Carolina) Losada presentaron proyectos; también lo hicieron Enrique Estévez y Mónica Fein. Si no hay un movimiento político y social que instale un tema, es muy difícil en los bloques que se traten. El intendente de Rosario no tiene competencia sobre muchos de estos temas, pero tiene la competencia del liderazgo. El poder de plantear e instalar los temas es lo que la gente reclama, aunque alguno te diga que estás comentando la realidad.
—Así como los subsidios al transporte discriminan al interior del país, también pasa algo similar con el Fondo del Conurbano.
—En el año 91 se crea el Fondo del Conurbano, 600 millones de dólares-pesos para la provincia de Buenos Aires. Reutemann pega el grito y le dan 20 millones a Rosario y 10 a la ciudad de Santa Fe. Reacción interna en la provincia: ley de obras menores que se entrega a todos los municipios menos a Rosario y Santa Fe. La ley de obras menores se fue actualizando, hoy le tocarían a Rosario 5.000 millones de pesos. Al Fondo del Conurbano Macri lo actualizó sólo para la provincia de Buenos Aires y Rosario sigue recibiendo 20 millones de pesos, el mismo importe nominal. Actualizado serían entre 4.200 y 4.500 millones, que son seis o siete puntos del presupuesto municipal. Dos veces el presupuesto de obra, libre de afectación.
—Cómo se explica que no se haya actualizado el monto para Rosario y Santa Fe?
—No tuvimos un gobierno santafesino que haya tenido peso en el armado nacional. O bien porque era opositor, como pasó con el Frente Progresista, o bien porque el armado nacional fue por otro lado. Muchas veces queda disociado el armado político de los efectos prácticos. Por eso nosotros tenemos que tratar de ganar Santa Fe con un frente nuestro.
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