Con el fallo inapelable de la jueza María Romilda Servini de Cubría, el PJ se ordena en lo político y jurídico: Cristina Kirchner presidirá el partido y le dará una dinámica como tal vez nunca tuvo en varias décadas. Para el gobierno nacional que atraviesa los límites de autoritarismo casi a diario, se trata de una noticia incómoda. Aunque no esté debidamente registrado en el conocimiento ni en el discurso público, los partidos políticos, a partir de la reforma constitucional del 94, son la base material de la democracia. Partidos nacionales hay decenas, opositores varios de ellos, pero con relevancia para actuar e incidir en todos los temas uno solo, el PJ.
“En virtud del análisis efectuado en el marco establecido en el artículo 32 de la ley 23.298 y por las consideraciones que anteceden, corresponde confirmar lo resuelto por la Junta Electoral del Partido Justicialista en la Resolución N° 6 de fecha 27 de octubre del corriente año”, sostuvo Servini en su fallo.
Argumentó que “la presentación de avales es uno de los requisitos indispensables para oficializar los candidatos de las distintas líneas internas”. Además, sostuvo que los avales son “el estándar mínimo de consenso que debe reunir un candidato para aspirar a competir en una elección, para que cuente con una necesaria representatividad de los afiliados, constituyendo de esta forma una verdadera fuerza política”.
Ante la presentación de los representantes legales de Quintela, la jueza sostuvo: “Sólo expresa su descontento con lo resuelto, puesto que no existen argumentos distintos a los que analizara la Junta Electoral Nacional, no acompañando ningún elemento que permita sostener que la Junta Electoral haya actuado de manera parcial favoreciendo a la otra lista participante”.
La novedad absoluta es que el partido de Perón y Evita, con la nueva conducción que será proclamada por la junta electoral, y que asumirá en la sede nacional de Matheu 130, Ciudad de Buenos Aires, en las próximas semanas, ha dejado de tener proyectos políticos distintos en su interior, por momentos enmascarados, ocultos o directamente explícitos. El PJ adquiere, con Cristina y una amplia representación de distintos sectores que acompañan la lista, una dirección política donde el milei-macrismo no tiene lugar.
Luego, desde ya, continuarán actuando en la política nacional sectores que se dicen peronistas, por dentro o por fuera del PJ, con impronta propia (casos de Córdoba y Misiones, entre otros), colaborando con el gobierno nacional, como dispositivos funcionales del sistema a este tiempo político. Pero ya no en nombre del PJ nacional.
Prácticamente con el fallo en la mano, Cristina se reunió con sus cinco vicepresidentes —José Mayans, Lucía Corpacci, Germán Martínez, Mariel Fernández y Ricardo Pignanelli—, declaró el fin de las disputas internas y mandó a trabajar desde ahora “con todos los compañeros”. Con el límite en una definición necesaria y excluyente: con Milei ningún acuerdo, por su carácter “fascista”, como lo calificó Germán Martínez, a propósito de la salida de la ahora ex canciller Diana Mondino, y el ataque a todo el cuerpo del servicio exterior argentino que será puesto bajo la lupa con una nueva “auditoria”, el modo de acorralar y deslegitimar que el gobierno aplica sobre aquellos ámbitos del Estado que no logra controlar.
La parábola del sector que impulsó a Ricardo Quintela, y que ahora el fallo judicial dejó sin nada, fue notable. Empezó hace unos meses a recorrer la Argentina proponiéndose como titular del PJ, “siempre que no se presente Cristina”. Era un peronismo federal, kirchnerista, y de buen vínculo con provincias de un peronismo “moderado”. Pero Cristina se presentó, Quintela no se bajó, y los apoyos “federales” terminaron siendo, mayormente, dirigentes que orbitan con la Casa Rosada actual.
“Y, acordate que le dicen ‘el Gitano’, o sea, no siempre lo que vende se corresponde con la realidad”, dejó trascender en estricto off de récord, entre el humor y la chicana, un experimentado dirigente del peronismo a Suma Política. El punto principal —aunque no el único— por el cual la jueza Servini terminó de hundir a la lista de Quintela fue la falta de avales, o la presentación de avales inválidos. “En Santa Fe Quintela presentó 380 avales y casi 300 eran groseramente truchos”, deslizaron ante quien escribe. “Truchar algunos avales, ponele… pero al menos tenés que trucharlos con prolijidad para que no se note”, definió alguien que trabajó para la lista Primero La Patria, que será finalmente la que tome el control del partido más grande del mundo de habla hispana, 3,2 millones de afiliados.
Luego del fallo a favor de la lista Primero La Patria en el PJ, la primera aparición pública del presidente Milei fue este viernes en el marco de una entrega de premios a la Policía Federal, donde volvió a atacar a las universidades nacionales. Afirmó que en los últimos años hubo una “penetración de la izquierda” en esa y otras instituciones, lo cual provocó que el Estado “abandone” la función de ejercer “el monopolio de la fuerza” y así “convertir al país en un baño de sangre”.
“Debido a la penetración de la izquierda en las instituciones, las universidades, la dirigencia policial, empresarial y los medios de comunicación, lentamente fueron abandonando esta función indelegable del Estado hasta que convirtieron al país en un baño de sangre, pero la sociedad les dijo basta. Estamos cumpliendo el compromiso que asumimos y volviendo a llamar a las cosas por su nombre”, planteó Milei durante un acto en la Escuela de Cadetes de la PFA, en el barrio porteño de Villa Lugano. Además de Bullrich y la plana mayor de la PFA, también participó la vicepresidenta Victoria Villarruel.
Mientras tanto, en el PJ vendrá el tiempo del reacomodamiento; por ejemplo la posición de los gobernadores y, en especial, el principal de ellos, Axel Kicillof, que buscó mantenerse prescindente durante las semanas que duró la interna, hasta que el fallo de Servini le puso fin. Desde el gobierno de Buenos Aires consideran que “pegarse” a Cristina podría quitarle aire a la proyección de Axel Kicillif, el candidato natural, hasta ahora, del peronismo para 2027.
En contrario, desde la lista Primero La Patria, consideran que Kicillof “se equivocó”, que no entendió el concepto de conducción política de este año 2024, y que su apoyo a Cristina lejos de perjudicarlo, lo hubiera beneficiado tanto a él como a todo el peronismo en general. Los memoriosos recuerdan una anécdota política de 1987 en la provincia de Buenos Aires, cuando el entonces emergente Carlos Menem apoyó sin titubear al que aparecía como su contrincante político más encumbrado, Antonio Cafiero, cuando disputó (y ganó) la Gobernación de Buenos Aires. Y para acceder a la presidencia del Partido Justicialista (1987 a 1991). Al otro día del triunfo de Cafiero, los militantes menemistas salieron a pintar la provincia con “Ahora, Menem presidente”, y la interna partidaria de 1988 entre Cafiero y Menem, finalmente abrió paso al largo período del riojano en la presidencia de la nación.
