Es el mismo espacio donde alguna vez estuvieron Carlos Gardel, Agustín Magaldi, Libertad Lamarque, Margarita Xirgu, y más acá en el tiempo Jairo y Juan Carlos Baglietto. Pero ahora, en el Teatro Verdi de Cañada de Gómez, hay más de 200 estudiantes de escuelas secundarias para ver sus producciones audiovisuales. Una alfombra roja, selfis, expectativas y emociones se condensan en los minutos previos del estreno de Cortos 72 Horas 2022. Diez historias escritas, producidas, rodadas y editadas en tan solo tres días por jóvenes sub 18 pasan a formar parte del patrimonio audiovisual de la ciudad del sur de Santa Fe.
El Teatro Verdi, construido por los integrantes de la entonces Unione e Benevolenza, fue inaugurado el 14 de febrero de 1925 con la Opera Il Trovatore de Giuseppe Verdi. Es reconocido a nivel nacional por su diseño y acústica, y tiene capacidad para mil espectadores. Los 200 estudiantes están acompañados de familiares, profesores, actores, coordinadores. Además, hay directores y productores de todo el país representando a las 25 películas que quedaron preseleccionadas en la Segunda Competencia Nacional de Cortometrajes. La capacidad del Verdi está a tope.

Fueron cinco días a puro cine y la ejecución de dos eventos en paralelo. Por un lado, la novena edición del Festival Cortos 72 Horas, impulsado por el municipio local junto a profesionales y estudiantes voluntarios con la singularidad de que mientras los 200 estudiantes produjeron sus cortos, el público pudo ver de manera gratuita proyecciones especiales y cortos que participan de la Segunda Competencia Nacional de Cortometrajes.
“La alfombra roja es parte de la liturgia del cine, pero nosotros tratamos de resignificarla para poner en valor el trabajo colectivo de los participantes. Ese fue el objetivo de montar una alfombra roja en el teatro para jerarquizar y visibilizar a todos quienes forman parte de la comunidad”, dice Fabián Rodríguez, quien está a cargo de la Dirección de Comunicación de la municipalidad y uno de los organizadores del encuentro.
Según Rodríguez, familiares, amigos, docentes se acercaron hasta la alfombra del Verdi para reconocer simbólicamente los trabajos de los estudiantes. “Los únicos que pisaron la alfombra roja fueron los participantes y los voluntarios del proyecto. Tomamos el ritual y lo resignificamos”, agrega.


Una experiencia con historia
El Festival Cortos 72 Horas es una experiencia de alfabetización audiovisual única en la región. Durante tres jornadas más de doscientos estudiantes secundarios organizados en equipos tienen la misión de realizar un cortometraje, atravesando todas las instancias de una realización. Desde la concepción de la idea hasta la etapa de postproducción.
El primer paso es la convocatoria. Desde la municipalidad se invita a los estudiantes secundarios de distintas escuelas de la ciudad y la región, que pueden inscribirse a través de la web. Luego se realiza un sorteo del que surgen equipos heterogéneos guiados cada uno por un coordinador. Este año se dio un hito, los coordinadores de cada grupo son exestudiantes que transitaron la experiencia años atrás. La misión es realizar 10 cortometrajes en tres días. En las 72 horas se atraviesan todas las etapas de realización de una película. El primer día se escribe el guion, durante el segundo se lleva adelante el rodaje y en el tercero, la posproducción.


—¿Cómo se vivió el regreso a las calles por parte de los y las estudiantes en la producción del Corto 72 horas?
—Este año se vivió el regreso a los espacios públicos. Los rodajes retornaron a la calle con el espíritu de convertir a la ciudad en un estudio de cine a cielo abierto. Esto, sin dudas, se produjo a partir de que la pandemia esté en otro estadio. Entonces nos habilitó que nuestros jóvenes puedan rodar no sólo en los espacios públicos municipales sino también en escuelas, clubes, bares y comercios. Se recuperó el espíritu de tomar por asalto la ciudad y que un mar de jóvenes esté diseminado por ella.
Una vez que los grupos están armados, a cada uno se les entrega un manual de producción que es un verdadero libro introductorio al universo audiovisual. Allí se puede leer desde qué es un encuadre, hasta las diferencias que existen en la distribución de un audiovisual por distintas pantallas: no es lo mismo ver cine en el cine que un video en un celular.


Para hacer hay que ver y viceversa
Para hacer una película ante todo es necesario conocer el lenguaje cinematográfico. Y lo más importante es que debemos aprender la gramática del cine en tiempo récord porque el reloj nunca deja de correr en Cortos 72 Horas. “Estamos seguros que ustedes conocen muy bien este lenguaje porque desde que nacieron, las imágenes conjugadas con los sonidos, han sido vuestro medio de expresión por excelencia. Les brindaremos herramientas conceptuales para que puedan sistematizar ese conocimiento intuitivo y lo conviertan en un léxico apropiado. Y aún más, es nuestro anhelo que aprendan las reglas del lenguaje cinematográfico”, escriben los organizadores en el manual.
—¿Por qué considerás que las juventudes deben mirar y hacer cine?
—Porque es un derecho a la cultura. Pero también el derecho a expresarse. Este festival une la posibilidad de ver y hacer cine con juventudes porque son dos caras de la misma moneda. Son indisociables ambas cuestiones porque es parte de la alfabetización audiovisual. Para hacer hay que ver y el ver brinda una herramienta conceptual sumamente importante para poder tener un marco a la hora de narrar una historia. Eso es uno de los factores trascendentales y es el leitmotiv del festival. Lo que ocurrió en esta edición es muy importante, porque los jóvenes antes de salir a rodar o mientras estaban llevando adelante el proceso de escritura en simultáneo tenían la posibilidad de ver películas y de dialogar con sus realizadores. Esto les dio una mirada y una apertura de gran valor que les sirvió a la hora de afrontar el rodaje o la posproducción.
El lenguaje audiovisual es la tiza del siglo XXI. Desde la organización destacan que los establecimientos educativos comprendieron la consigna desde el comienzo hace nueve años y cuentan con el respaldo absoluto de toda la comunidad educativa. Lo audiovisual es un vehículo para contar historias, pero también para promover la integración de las juventudes. Esa es una de las premisas fundamentales del proyecto.
“A través del tiempo han cambiado muchas cosas. Este año lo más importante y trascendental es que las coordinaciones de los equipos son llevadas a cabo por ex participantes que tuvieron todo un trayecto de formación desde que salieron de la escuela secundaria y comenzaron a involucrarse en el proyecto. Hoy participan desde otro lugar”, dice Rodríguez sobre la circularidad del proyecto. Quienes fueron capacitados, hoy son capacitadores.


Un festival de cine en paralelo
Por segundo año se desarrolló la Competencia Nacional de Cortometrajes. Entre los 25 seleccionados el ganador fue el cortometraje de ficción Imilla, de la joven jujeña egresada de la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica ENERC NOA, Mayra Nieva. La producción de tesis de Nieva fue rodada en Tilcara y Maimará. Imilla se ambienta en los años ochenta, en un pueblo de la Quebrada de Humahuaca, donde Vale (Ramos Achá), una mujer transgénero es citada para cumplir con el servicio militar.
“El aporte que brinda la existencia de un festival lejos de la centralidad porteña es la mirada federal. En la segunda competencia internacional de cortometrajes se presentaron más de cien cortos de todo el país, hubo una preselección fantástica de 25 cortos donde hubo presencia de la región centro, norte y sur”, dice Rodríguez.
El festival contó con la visita de realizadores de Corrientes, Neuquén, Córdoba y de distintas localidades de Santa Fe. “Este festival comienza a posicionarse en una pantalla, en un espacio de construcción de audiencia, nada más y nada menos”, agrega el coordinador de comunicación municipal. Además de Imilla, hubo tres menciones especiales: Trabalenguas, El pez si no abre la boca muere y La hija indigna. Con respecto a los audiovisuales de los estudiantes el cortometraje elegido por el voto del público fue: ¿Quién te escucha?
Más datos, en este enlace: cortos72horas.com.ar/cortometrajes-premiados/

Autor
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Autor de "Ni tan héroes, ni tan locos, ni tan solitarios" (2016, Casagrande) y "El sutil poder del silencio" (2019, Casagrande). En Twitter: @mjuanro.
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