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Política

Diputados sin calma: de los mapuches subversivos al ministro que heredó a Sain, en un clima de grieta política que no admite puentes

Un repudio al grupo mapuche que en Bariloche agredió a Patricia Bullrich, que resultó votado 9 a 8; otra declaración similar contra el ministro provincial Marcos Corach al que se lo erigió como la reencarnación de su ex colega Marcelo Sain, a raíz de sus declaraciones, y coincidentes apelaciones de varios legisladores fuera de la grieta política santafesina a calmar los ánimos y a optar por la abstención a la hora del voto.

La última sesión de la Cámara de Diputados de Santa Fe no se caracterizó porque participaron de manera presencial sólo los presidentes de bloque. Ese fue apenas un detalle que obligó a Miguel Lifschitz a una coordinación más compleja entre quienes estaban en el recinto y la mayoría de virtuales. 

Lo verdaderamente destacado fue la revelación de un clima de tensión institucional y falta de diálogo que impera entre los bloques mayoritarios o, más directamente, entre el gobierno de Omar Perotti y el socialismo. Cualquier tema es motivo para la discusión, el reproche y el pase de facturas.

Cómo estará la situación que varios diputados no alineados con los grandes partidos o frentes fueron los encargados de llamar a la mesura y la calma. El mundo del revés de otros tiempos.

Para calentar el clima, tres ministros del gabinete provincial tendrán que desfilar en un par de semanas por la Cámara Baja: el de Seguridad, Jorge Lagna (en su caso rompe con las inasistencias de su antecesor); de Producción, Daniel Costamagna, y de Salud,  Sonia Martorano.

Los dos primeros fueron más o menos acordados, pero en el caso de la responsable de Salud, el oficialismo advirtió la chicana cuando aparecieron varias declaraciones y pedidos de informes sobre el plan de vacunación. También un pedido para que sea el Poder Ejecutivo santafesino el que gestione la compra de vacunas.

Fue el jefe de la bancada oficialista Leandro Busatto el que puso un límite al tironeo de los diputados. “Cuando venga la ministra hablaremos de todos estos temas”, dijo molesto. El presidente del PJ, Ricardo Olivera, también salió al cruce desde su espacio virtual para recordar que desde que asumió el actual gobierno provincial los responsables de Salud (Carlos Parola y la actual Sonia Martorano) ya concurrieron a la Cámara cinco veces en apenas un año y cuatro meses. 

Jorge Lagna, Daniel Costamagna y Sonia Martorano, los ministros que visitarán la Cámara baja

Mapuches y un puente

Después de eso, la Cámara se sumergió en largos debates donde se fijaron posiciones a favor y en contra de dos manifestaciones de repudio, que marcaron la divisoria de aguas que se expresa en la política santafesina de estos días. Una en contra del grupo mapuche que según se denunció agredió a la ex ministra de Seguridad de Mauricio Macri, Patricia Bullrich, y a dos diputados nacionales en su visita a Bariloche de principios de mes. La otra declaración fue contra el ministro de Gestión Pública del gabinete de Omar Perotti, por sus recientes expresiones en contra del Partido Socialista.

Tan extremas fueron esas intervenciones que intentaron mediar legisladores de distintos partidos como Carlos del Frade, Oscar Cachi Martínez y Cesira Arcando, con sendas apelaciones a “la cordura y la calma, a tender puentes, a mirar las cosas sin tomarlas como agravios, a dar un gesto  y a la necesidad de bajar los decibeles de susceptibilidad”. Nada de eso resultó.

Marcos Corach, ministro de Gestión Pública de Santa Fe

En la reunión de Labor Parlamentaria el tema de las declaraciones del ministro Corach casi termina en una querella, aunque finalmente quedó en una manifestación de repudio en el recinto y una solicitud formal que hará el secretario general del PS, Enrique Estévez, para que el ministro se rectifique.

“Esperemos que sea la última”, dijo el propio titular de la bancada del PS Joaquín Blanco, recordando que la secretaria de Derechos Humanos de la provincia, Lucila Puyol, ya había tenido expresiones semejantes y debió rectificarse ante un pedido similar.

Los dichos de Corach que ofendieron tanto fueron pronunciados en ocasión de rechazar los intentos de la oposición para que el ex ministro de Seguridad Sain pueda reintegrarse al Organismo de Investigaciones del MPA. “No será que tienen tanta cola de paja que desesperan por operar, estigmatizar y quitar del medio al responsable de que hayan salido a la luz los vínculos y la imperdonable connivencia del gobierno socialista con el mundo criminal”, había lanzado el rafaelino.

“No es una mala interpretación periodística -dijo Blanco- y no se condice con el principio de convivencia democrática. No se puede descalificar y que todo valga y todo pase. No es por ahí. Ya lo probó Sain. No nos resignamos a vivir en una provincia con esa calidad democrática. No queremos la barbarie política que en Santa Fe vale todo”, reiteró. “No es una grieta entre oficialismo y oposición. Acá se cruzaron los límites de la política”, opinó.



Y faltaba el plato principal. Cuando el legislador de Juntos por el Cambio Gabriel Chumpitaz justificó un pedido de repudio para el grupo mapuche que insultó en Bariloche a la ex ministra Bullrich, la grieta mudó de partido. 

Busatto se preguntó qué violencia había que repudiar y recordó que hace poco se decía que Formosa era una dictadura y después se supo que había sido una nota armada para la televisión. “Esta es la farsa actual”, rechazó, y se manifestó azorado por que Juntos por el Cambio siga generando estos hechos para quebrar el orden social.



En el medio de esa discusión, Chumpitaz sostuvo que cuando se cruzan los límites de la democracia no hay que ceder ante la violencia, aunque minutos antes trajo al recinto palabras que hacía tiempo no se escuchaban como cuando acusó al grupo mapuche del sur de cometer “acciones subversivas y terroristas e incentivar a la insurrección”.

En el fragor de la discusión aparecieron entre los vacunados Vip los nombres del periodista Horacio Verbitsky, el intendente de Rosario Pablo Javkin y el dirigente camionero Hugo Moyano, según quien estuviera al frente del discurso.

A esa altura apenas quedaba margen para el estricto orden del día con el críptico mensaje que se usa en la Legislatura cuando un miembro toma la palabra para pedir que “al asunto 67 le adjunten el expediente 42483”.


La sesión completa


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