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Política

Elecciones en Amsafé: la batalla por Rosario, con ausencias y denuncias

La Asociación de Magisterio de Santa Fe (Amsafé) vuelve a las urnas para renovar sus autoridades, en medio de un clima de tensión con el gobierno de Maximiliano Pullaro. Con ausencias de peso, la competencia provincial tendrá como protagonistas a Rodrigo Alonso, que buscará renovar su mandato por el oficialismo, y a Guillermo de los Hoyos, que procurará hacerse fuerte desde la oposición. Todas las miradas estarán puestas en Rosario, la seccional con mayor número de afiliados, donde la conducción provincial busca ganar después de 21 años de la mano de Roque Jaimes. En las últimas elecciones, Juan Pablo Casiello logró retener la departamental por un puñado de votos. 

Las elecciones en el gremio de los docentes públicos de toda la provincia serán el próximo 18 de junio. A nivel provincial dos listas se disputan la conducción de la secretaría general por los próximos tres años. El mismo enfrentamiento se replicará en 14 de los 19 departamentos, mientras que en San Justo, 9 de Julio, San Cristóbal y Vera no habrá listas opositoras. En tanto, en La Capital competirán tres listas. Para los comicios hay alrededor de 50 mil docentes, entre activos y jubilados, habilitados para votar. En el departamento Rosario son unos 14 mil empadronados. Al igual que otros años, se estima una participación que rondará la mitad del padrón. 

Por el oficialismo, el Frente de Trabajadorxs de la Educación (FTE) apela a la máxima futbolera “equipo que gana no se toca” y repetirá la misma cabeza de lista que en 2022. El referente capitalino Rodrigo Alonso será el candidato para la conducción general del gremio, y estará acompañado por Susana Ludmer (Constitución) y Patricia Hernández (San Javier) como secretarias adjuntas, y Paulo Juncos (Rosario) como secretario gremial. Tres años atrás, esa fórmula se impuso con el 56 % de los votos, ganando en 15 departamentos de la bota santafesina. 

Por su parte, la oposición nucleada en el Frente por una Amsafé Democrática (FAD) tendrá una cara nueva en la búsqueda de la secretaría general: Guillermo de los Hoyos. Es profesor de historia egresado de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y se reparte horas en escuelas de Santa Fe y Rosario, donde es delegado gremial en la Escuela Nº 431 “General José de San Martín”. En la lista lo acompañan Claudia Semino (Rosario) y María José Leguizamón (General Obligado) como secretarias adjuntas, mientras que Luciana Luraschi (Caseros) va como secretaria gremial. 

La correlación de fuerzas entre las dos líneas internas de Amsafé tiene una clara marca territorial: la conducción provincial maneja 15 departamentos del centro y norte de la provincia, con Santa Fe como eje de influencia. El hecho de que los cuatro departamentos que solo tendrán lista oficialista sean del norte provincial es una muestra de eso. En tanto, la oposición se hace fuerte en el sur, con su epicentro en Rosario, pero también con conducción en los departamentos Caseros, Belgrano y General López. 



En Rosario


El plato fuerte de las elecciones será Rosario, un terreno siempre en disputa por lo que representa en cuanto a su número de afiliados. Hoy la conducción está en manos de Juan Pablo Casiello, del Frente 4 de Abril, que continúa una línea que se inició en 2004 y que, siete mandatos después, se mantiene como la principal fuerza del departamento. 

Por la cantidad de distritos que conducen, en el espacio saben que la competencia provincial es difícil. En ese marco, se repliegan en Rosario —donde ponen a competir sus nombres más fuertes— y apuestan no solo a retener los cuatro departamentos que hoy conducen sino también a ganar algunos en los que quedaron cerca hace tres años. San Lorenzo y San Martín aparecen en ese listado. 

La competencia de Casiello será, al igual que en 2022, Roque Jaimes, un dirigente con larga militancia dentro del Frente de Trabajadorxs de la Educación. En el oficialismo provincial tienen algunos indicios como para ilusionarse con ganar el distrito después de 21 años. El más sólido, quizás, sea la exigua diferencia de votos que los alejó de la victoria en la última elección: apenas 121 sufragios. 

Otro punto a favor es la conformación de la Junta Electoral, cuyos miembros se eligen en una asamblea que requiere movilización de afiliados y militantes. Una suerte de medición de fuerzas previa, que sirve como termómetro electoral. Este año, ambos espacios reunieron más de mil docentes en el patio del Normal 3 donde la moción opositora (el espacio de Jaimes) se terminó imponiendo por pocos votos. Con esos resultados, de los cinco lugares que otorga la junta, tres quedaron para la oposición rosarina y dos para el oficialismo. 

En el FAD, esa votación no genera demasiadas preocupaciones. Ante la consulta, sacan a relucir que tanto en 2019 como en 2022 la oposición se impuso en la Junta Electoral, pero después perdió en los comicios departamentales. “Son asambleas donde se expresa una militancia más concentrada, con cierta lógica de aparato, que después no se corresponde necesariamente con el voto en las escuelas”, evaluaron desde el espacio.

Como dato de color, un militante que participó de esa asamblea en la ciudad no dejó pasar de largo la “precariedad” con la que se realizan esos encuentros: “Son asambleas a mano alzada. Se arma como un corralito con soga y se va haciendo pasar uno por uno para ir contando los que están a favor de una u otra propuesta. Se va contando por micrófono a qué moción apoya cada uno”.


Diferencias


Si bien las rivalidades internas son abiertas, hay una realidad obvia que vale la pena remarcar: se trata de un sindicato único. Entre ambos espacios hay diferencias que en algunos casos se definen como “irreconciliables”, sin embargo es común ver a ambas expresiones, con su propia militancia, participando juntos en diversos reclamos. 

Lo que sí llama un poco más la atención es que no haya habido un acercamiento más pronunciado entre ambos espacios, ante un gobierno que puso a los sindicatos docentes como su principal oposición. La aplicación del premio por asistencia, que los gremios definen como un “presentismo encubierto” y la modificación del régimen previsional aparecen como las políticas más cuestionadas por el gremio docente. 

“Con todos los gobiernos, pero sobre todo con gobiernos más crudos como éste, siempre tenemos una pelea unitaria. En eso siempre hemos ido codo a codo. Coincidimos en muchos temas y en otros tenemos diferencias muy marcadas. Lo bueno de nuestro gremio es que sometemos esas miradas a una votación democrática”, sostienen desde la conducción provincial. 

“Para enfrentar al gobierno de Pullaro la unidad siempre estuvo planteada. Ahora vamos a una disputa interna y es momento de hacer un balance de cómo nos movimos en este tiempo y qué pudo hacer cada uno, más allá de esta necesidad colectiva. Nosotros no creemos que la conducción provincial haya estado a la altura para plantarse y ponerle freno al gobierno”, achacan en la oposición. 



Denuncias cruzadas 


El proceso electoral ya tiene sus cuestionamientos. Desde Amsafé Rosario salieron a denunciar una disminución del 25 por ciento en las mesas de votación en Rosario. Eso significa unas 50 mesas de votación menos que en 2022 y, desde el Frente 4 de Abril sostienen que esa decisión perjudicará la asistencia a las urnas. 

La explicación es que muchos docentes que antes votaban en las escuelas donde trabajan ahora deberán trasladarse varias cuadras hasta el siguiente centro de votación. “Nosotros creemos que no es casual. Las mesas que se bajaron son escuelas en donde, por lo menos en las elecciones anteriores, ganó nuestro sector”, denunciaron desde Amsafé Rosario. 

El argumento esgrimido por el oficialismo provincial tiene como foco el enfrentamiento con el gobierno provincial: como no se otorgarán licencias para las autoridades de mesa y como menos delegados están dispuestos a perder el presentismo por faltar, se puede dificultar la constitución de las mesas. Por eso, la decisión de que haya menos centros de votación. 


Las ausencias


Mientras tanto, por primera vez después de muchos años, dos pesos pesados del gremio de la educación no tendrán un rol protagónico en el proceso electoral: Sonia Alesso y Gustavo Terés. 

Alesso decidió distanciarse en los comicios de 2022 para ceder su lugar a Alonso, después de 15 años protagonizando la escena gremial santafesina. La dirigente tomó las riendas del gremio a finales de 2005 cuando el entonces secretario general, José María Tessa, dejó Amsafé para asumir como titular de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA). 

En su primera elección, en 2007, se impuso con el 60 por ciento de los votos y desde entonces no paró de ganar comicios: cinco mandatos consecutivos que la posicionaron como una referente de peso en el gremialismo nacional. Hoy es secretaria General de CTERA y presidenta de la Internacional de la Educación para América Latina (IEAL).

En tanto, Terés, referente histórico del Frente 4 de Abril, ganó la elección departamental en 2004 y permaneció como referente de los docentes públicos en Rosario hasta 2010 y principal dirigente opositor a la conducción provincial. Ese año hizo un primer intento por disputarle el poder a Alesso, pero perdió por amplio margen. 

En 2013 volvió a competir localmente con éxito y condujo las riendas de la departamental rosarina hasta 2022, cuando decidió dejar su lugar a Casiello y competir nuevamente en la provincia. Con Alesso fuera de la escena, su candidatura aparecía como competitiva. Sin embargo, el oficialismo provincial retuvo la conducción de la mano de Rodrigo Alonso. 

En estas elecciones, Terés integrará la lista de la departamental Rosario como candidato a la secretaría de asuntos previsionales. “Quiere tomar tareas de formación”, deslizaron desde su entorno. 


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