Hacia fines del mes pasado se hizo viral en redes sociales un video que mostraba un vagón vacío del tren El Tucumano —que con dos frecuencias semanales une Buenos Aires y Tucumán, pasando por Rosario—; un comentario acompañó esa publicación, instalando una duda: ¿cómo podían ser reales esas imágenes si la totalidad de los pasajes, para ese servicio, había sido vendida en noviembre de 2021?
La filmación del vagón vacío y el sugerente comentario inundaron literalmente las redes sociales y, de allí en más, las especulaciones estuvieron a la orden del día: El Tucumano fue rebautizado como Tren Fantasma, dos legisladores de la Coalición Cívica (el porteño Hernán Reyes y la santafesina Lucila Lehmann) pidieron informes a la Secretaría de Comercio de la Nación (hablaron de que podría ser la “maniobra de un cartel”) y, si algo faltaba, La Fraternidad —el histórico sindicato que agrupa a los maquinistas— insinuó que se trataba de una estrategia de las empresas de ómnibus: según la organización sindical, éstas estarían comprando todos los pasajes (muy baratos, por cierto) para luego forzar a eventuales pasajeros a viajar por medio del transporte automotor. La Fraternidad fue más allá: habló de “estafa”, señaló que no era “un hecho aislado” la filmación del vagón vacío y pidió una investigación al Ministerio de Transporte.
La diferencia de precios entre el tren y un ómnibus entre Retiro y Tucumán es palmaria y fundamentó la tesis de la conspiración: un ticket en El Tucumano cuesta 465 pesos en primera clase, 560 en pulman y 1.620 en camarote; en ómnibus ronda los 10.000 pesos. Sin reparos, la hipótesis de que las empresas automotrices compraban todos los pasajes floreció.
“Todo se trata de una gran falacia”, dijeron a Suma Política desde Trenes Argentinos. La empresa ya se había expresado días atrás a través de un comunicado: “Queremos desmentir una información errónea que circula sobre la ocupación de pasajeros en el tren a Tucumán —dice ese escueto texto difundido por su cuenta oficial de Twitter—. De acuerdo a nuestros registros, de la totalidad de pasajes vendidos, menos de un 10 %, en promedio, no viaja por alguna razón ajena a la empresa (…) Algunas personas que no viajan, por cuestiones de salud, familiares o pierden el tren, no siempre tramitan su devolución (…) En los trenes entre Retiro y Tucumán de diciembre se vendieron 3.307 boletos y se registró el viaje de 3.092 personas, más del 90 % (…) A lo largo del trayecto, el tren para en 16 estaciones, donde se producen ascensos y descensos; el promedio de ocupación del servicio en todo el recorrido es del 80 %. Lejos está la imagen de un video de un tren vacío”.
El comunicado de la empresa no calmó las redes, que siguieron alentando la tesis de la conspiración. Este viernes, 11 de febrero, las fuentes de la empresa consultadas por Suma Política fueron categóricas: “La foto o filmación del vagón vacío que circuló es la de un tren parado al cual no había subido ningún pasajero a abordar el servicio; cualquiera puede subirse a un tren vacío y sacar una foto, no es un tren en movimiento desde Rosario a Tucumán”, dijeron.
Además de ratificar que El Tucumano está circulando “con un aproximado del 80 por ciento de su capacidad”, indicaron que, a partir de las denuncias que circularon, la empresa promovió un chequeo administrativo: “Trenes Argentinos no registra ninguna maniobra rara de compra masiva de pasajes o con identidades falsas, nada de eso… Hemos realizado cruces de tarjetas de crédito e incluso hay un límite: cada usuario puede sacar hasta ocho pasajes solamente”, recordaron.
“Trenes Argentinos no registra ninguna maniobra rara de compra masiva de pasajes o con identidades falsas, nada de eso”
“Y ahora —agregaron—, hemos implementado además otra medida: al pasajero se le pregunta 72 horas antes si va a viajar y se le sugiere que, si no lo hace, devuelva su pasaje para generar una vacante aprovechable por quien sí necesite hacerlo. Esa es una acción concreta y simple: se manda un mail a todos, a los 360 pasajeros que compraron”.
Suma Política tuvo acceso a dos planillas administrativas de Trenes Argentinos. En una de ellas se informa cuántas personas compraron pasajes y cuántas efectivamente viajaron. La otra da cuenta de los ascensos y descensos de pasajeros en cada una de las estaciones intermedias entre cabeceras, actualizando entonces esa suerte de “subtotal” del aforo del tren en cada parada.


Otras fuentes de la empresa consultadas por este medio apuntaron que El Tucumano “es uno de los servicios más demandados porque familias enteras viajan en él a Tucumán o desde Tucumán como única posibilidad por lo económico que es; ¡vos tirás un boleto al piso y te lo compran al toque, pero no te lo compra una empresa de micro!”, señalaron, no sin ironía. “Cualquiera puede llamar a las empresas de ómnibus y preguntar a ver si les interesa comprar pasajes de tren, esto es un disparate”, destacaron.
Desde Trenes Argentinos recordaron algo más a Suma Política: “Los pasajes son nominales y meses atrás, en tiempos de pandemia, hemos llamado a cada persona que no había viajado, ya que teníamos los teléfonos, preguntándole por qué no lo había hecho: no viajé porque tengo Covid, no viajé porque tuve contacto estrecho, no viajé porque cambié de planes ya que los pasajes se pusieron a la venta el 10 de noviembre… ésas eran las respuestas; queremos decir: toda gente real”.
Por último, pusieron como ejemplo “un tema operativo”, según lo calificaron, que también explica los “asientos vacíos” en algunas estaciones: “A lo largo de todo el recorrido, el tren para en muchas localidades; supongamos el caso de treinta scouts que van a pasar el fin de semana a San Pedro, pero se suben en San Nicolás; pues bien, son treinta asientos vacíos que salen desde Tucumán, o, si fuese a la inversa —se suben en San Pedro y se bajan en San Nicolás—, saldrán vacíos desde Retiro. Es lo que pasaría en cualquier micro… Nosotros también hacemos intermedias, hay muchísima gente que viaja así y esos asientos salen vacíos desde las cabeceras”.
Finalmente concluyeron: “Todo esto es una falacia para cuestionar con intenciones dañinas un servicio social”.
Autor
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Músico, periodista y gestor cultural. Licenciado en Comunicación Social por la UNR. Fue editor de las revistas de periodismo cultural Lucera y Vasto Mundo.
