Se espera que sin sorpresas ni tensiones, la diputada provincial electa Clara García, que primero ganó al encabezar su lista socialista las Paso y luego las generales de Unidos para Cambiar Santa Fe, presida la Cámara baja de la Legislatura santafesina.
Y que habrá otra mujer con poder en el oficialismo: el bloque del radicalismo será conducido por Silvana Di Stefano. Docente y comunicadora social, la legisladora hizo una tarea que cosechó elogios en la Comisión de Asuntos Laborales durante la actual composición de la Cámara. Ese lugar iba a ser para Fabián Bastia que finalmente será el ministro de Gobierno de Maximiliano Pullaro, al confirmarse que Felipe Michlig seguirá como senador por San Cristóbal.
Las voces femeninas dominarán las sesiones. Además de la presidenta de la Cámara y de la informante por la mayoría de los proyectos propios del radicalismo y del Poder Ejecutivo Provincial, en el estrado como secretaria parlamentaria estará la ceresina María Paula Salari. Fue electa senadora suplente de Felipe Michlig (si el senador hubiese asumido como ministro, sin dudas ella habría ingresado a la Cámara alta).
Finalmente, a las presencias femeninas destacables debe sumarse a la reelecta Amalia Granata, que si bien no fue de las oradoras con más intervenciones ha prometido tener en la próxima Legislatura un rol más protagónico en los debates.
Otros nombres de diputadas a tener presentes en la próxima Cámara son los de la hoy ministra de Gobierno Celia Arena, su par de Salud Sonia Martorano y Verónica Baro Graf, la segunda en la lista de Oscar “Cachi” Martínez, que no llegó porque el ordenamiento dispuesto por la paridad no lo favoreció.
Membrete
En los últimos cuatro años Diputados procuró instalar incluso en parte de su papelería oficial la denominación “Cámara de Diputadas y Diputados”, a tono con su composición de mitades por la ley de paridad (que sin embargo es originaria del Senado: su autor es un justicialista, Rubén Pirola). Fue así más para el uso social que para la técnica legislativa, porque la Constitución de Santa Fe habla de un sistema bicameral con diputados y senadores. Se sancionó claro en tiempos en que ese término no distinguía géneros (en rigor aún no lo hace), y tampoco las mujeres habían conquistado la actividad política, entre tantas otras.
La provincia de Santa Fe no ha tenido aún mujeres gobernadoras. Y fue durante el segundo gobierno de Jorge Obeid que, además de algunas ministras e incluso de una jefa de la Policía, llegó a la Legislatura la primera vicegobernadora, María Eugenia Bielsa.
En esas lides también estuvo, con Hermes Binner, una vice radical, Griselda Tessio. Y ahora concluye su mandato la justicialista Alejandra Rodenas que se mudará de Cámara y tiene ya una trayectoria propia en los debates parlamentarios: antes como diputada nacional, ahora como titular del Senado y muy pronto como diputada provincial. Su última tarea en el hemiciclo de 19 bancas será tomarles el juramento a los senadores reelectos que tanto conoce (sobre todo los del Nes del PJ) como a los nuevos electos: todos varones.
En diciembre será el turno de la vicegobernadora electa Gisela Scaglia, ya como la cuarta mujer en ocupar la presidencia para ordenar el debate en el Senado. En la Cámara baja en cambio, si es presidenta, Clara García será la primera. En términos de cómo se presentará ese hecho ante la sociedad es interesante, en términos políticos lo relevante es que la viuda de Miguel Lifschitz es una dirigente socialista con su propio recorrido, con la medalla de haber vencido al gobernador en funciones Omar Perotti.
Ellos
Otro nombre relevante para el próximo gobierno y su relación tan favorable con la Legislatura es el del diputado provincial radical Marcelo González, que será el jefe del interbloque del oficialismo y deberá cuidar las buenas relaciones con los aliados socialistas y de otras fuerzas.
Se supone también que José Corral, el ex intendente de Santa Fe, que fue fundamental para la unificación del radicalismo en 2021 será el vicepresidente de la Cámara. El ex presidente del Comité Nacional de la UCR fue, junto a Michlig, fundamental en los pasos para un acuerdo mayor con socialistas y dirigentes del Pro, en los que también Pullaro jugó fuerte.
Del bloque del justicialismo que será la primera minoría se hará cargo el hoy ministro de Gestión Pública, Marcos Corach. Y el ministro de Economía Walter Agosto ocupará un lugar en las vicepresidencias electivas.
La banca 50
Este miércoles 29, justo el día de los ñoquis según se encargaron de recordarlo tantos en redes sociales, se entregaron los diplomas de todas las autoridades electas de la provincia de Santa Fe.
Es un acto formal y casi social, pero que también admite lecturas políticas.
El gobernador electo, Maximiliano Pullaro, tuvo un gesto perfectamente calculado: invitó al escenario del Paraninfo de la Universidad Nacional del Litoral al senador por San Cristóbal, Felipe Michlig, como para que no queden dudas de que hay la misma relación entre ambos luego de que el presidente del Comité Provincial no aceptara ser su ministro de Gobierno. Pullaro tomó su diploma y Michlig lo aplaudió en un lugar de privilegio.
Luego de la fórmula gubernamental vino el turno de los diputados electos, en el orden de las bancas que ocuparán en la Cámara. La número uno es, claro, Clara.
Siguieron vivas y aplausos entusiastas para los 28 que reserva la Constitución al partido con más votos para el cargo y luego siguió lo más interesante: los 22 de la oposición, a repartir según la proporcionalidad del sistema D’Hondt. Se nombraron entonces a los justicialistas electos en Juntos Avancemos, que encabezó Perotti; a los de Unite por la Libertad y la Dignidad, de Granata; de Viva la Libertad, que parece pero no es La Libertad Avanza, del diputado reelecto Juan Argañaraz; del Frente Amplio por la Soberanía, cuya figura más fuerte es Carlos del Frade que renovó su banca; y finalmente la banca 50, que el Tribunal Electoral ha dispuesto que sea para Rubén Giustiniani, socialista crítico de esa conducción partidaria que desde hace cuatro años tiene su propia fuerza: Igualdad y Participación.
El ex senador nacional por Santa Fe recibió un cálido saludo del titular del Tribunal Electoral, Daniel Erbetta, que en rigor lo hizo con cada uno de los electos. Llevó hinchada propia: casi treinta personas aplaudieron más que el resto de los asistentes y hubo un par de “¡bravo!” para “Pechito”, que enfrentó una polémica por esa representación, acaso la más festejada en el acto.
El ex intendente de Santo Tomé, Fabián Palo Oliver, esperaba poder ser reelecto junto a Del Frade, ubicado en el tercer lugar. Las cuentas le dan ese sitio tomando en cuenta el piso electoral del 3 por ciento del padrón que establece un decreto (9280) de la dictadura militar: no hubo una ley que fije un criterio nuevo o que lo confirme, solo pronunciamientos de la Corte en ese sentido. El radical alfonsinista afirma incluso que irá a la Justicia a reclamar la banca y que Giustiniani no debió ser parte de los cálculos del D’Hondt, como entendió el Tribunal Electoral, al no haber alcanzado los 85.000 votos.
En la sesión siguiente a la elección general santafesina Palo Oliver y Giustiniani cruzaron sus argumentos desde sus bancas, fue un momento particularmente tenso entre dos dirigentes políticos que tiempo atrás (por proximidad ideológica) en ocasiones coincidían. Más aún cuando el mapa político provincial todavía no estaba definido en dos grandes frentes y se pensaba que sus respectivas fuerzas podían converger en una representación común de la centroizquierda santafesina (fuera del clasismo del Frente de Izquierda del PO y el PST) pero nada de eso sucedió. Ahora la distancia entre ambos es enorme.
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