Tal vez no sea lo peor con lo que se encontraron las nuevas autoridades que asumieron el gobierno de la provincia. Seguramente debe ser más grave el saldo millonario negativo de los recursos en caja, los compromisos asumidos y no cumplidos con el personal, la deuda con los municipios y comunas, el incremento de 13 mil empleados de planta en cuatro años, el abandono de la flota de móviles policiales y ambulancias, o la precaria situación de los caminos y las rutas santafesinas.
Pero a la hora de mostrar algunos ejemplos del tipo de gestión que llevó adelante el actual diputado Omar Perotti, los principales funcionarios del gabinete del gobernador Maximiliano Pullaro no dejan de comentar algunas situaciones que parecen salidas de la ficción.
Aseguran que no quieren focalizarse en criticar la herencia recibida. Incluso apenas mencionan que decidieron no encargar una auditoría para no entrar en polémicas que desgastan y hacen perder un tiempo valioso, y resaltan que prefieren enfocarse en lo que hay que hacer cada día al frente del gobierno.
Sin embargo parece inevitable que salgan a la luz algunas situaciones pintorescas. A medida que la nueva gestión avanza sobre los temas, aparecen fotos o postales del anterior gobierno, y resulta imposible no mirar.
¿El hombre que vivió en Lavardén?
En el tope de las referencias está una historia que a poco de lanzada quedó en estado de discusión, pero que para el actual gobierno parece ideal para reflejar el estado de abandono y descontrol en el que aseguran se llevó adelante la gestión anterior.
Aseguran que es verdad que un hombre vivió durante varios meses dentro de la Plataforma Lavardén, un edificio emblemático de la actividad cultural rosarina. Y aunque el propio ex ministro Jorge Llonch salió a desmentirlo, creen que el hospedaje existió, según el testimonio de varios empleados del lugar, y que se inició en los años de pandemia. Por ahora, la historia quedará en una nebulosa entre mentira y verdad, pero corrió rápidamente de boca en boca.
Blindados abandonados y ministros en auto personal
Otro ejemplo que citan para reflejar el abandono y deterioro de los bienes del Estado es la comprobación de que dos modernos y costosos vehículos que habían sido blindados para la seguridad de sus ocupantes, destinados al traslado del gobernador y sus ministros, se encontraban fuera de servicio y con yuyos creciendo a su alrededor. Aseguran que podían arreglarse con unas pocas reparaciones.
Uno de ellos, un Ford Mondeo, fue hallado en un galpón particular, inutilizado y con un pequeño choque visible en su lado derecho. El otro blindado afirman que ya está en condiciones de funcionar, después que el actual gobierno pusiera en condiciones el taller oficial de la provincia donde fue reparado.
Ahora ambos se están poniendo en circulación, al igual que el resto de la flota de vehículos comprados por el Gobierno de Santa Fe y con problemas similares. Tan afectados estaban los vehículos oficiales que una de las primeras medidas prácticas que tomó el gobernador Pullaro fue firmar una autorización para que cada ministro y otros funcionarios de primera línea utilicen de ser necesario sus autos particulares cada vez que tengan que trasladarse.
Se instrumentó una tarjeta para costear los gastos de combustible de algunos pocos viajes por mes para cada uno, especialmente cuando deben movilizarse por el territorio santafesino para visitar localidades, o asistir a las reuniones de gabinete que se realizan en el interior de la provincia.
Relatan que lo que era un garaje para los autos del Gobierno se transformó en un depósito donde llegó a haber 173 vehículos que no podían circular. Incluso varias comunas y municipios llamaron a las nuevas autoridades para averiguar si se podían recuperar algunos de esos autos que estaban abandonados. Prometían hacerse cargo de arreglarlos a cambio de poder usarlos en los pueblos de la provincia.
Los patrulleros recuperados
Más grave que dejar a los funcionarios sin movilidad es lo que pasó con los patrulleros. Cuando las nuevas autoridades asumieron el gobierno pudieron comprobar lo que habían dicho en la campaña y que incluso formó parte de una polémica durante la transición: que había muy pocos móviles policiales en condiciones de patrullar las calles de Santa Fe y Rosario.
Ahora se confirmó que en Santa Fe había sólo 8 vehículos al 10 de diciembre y en Rosario 16, y que el problema principal era que estaban en una especie de cementerio de patrulleros inmovilizados por desperfectos de no tan difícil solución, como cambios de neumáticos, baterías o pastillas de freno.
Ya se informó que con las reparaciones necesarias se pusieron en la calle en menos de un mes 160 móviles en Rosario y se espera aumentar ese número a 200 durante febrero. El resultado es mayor presencia de efectivos en las calles y una actuación policial que el año pasado no se veía regularmente, salvo los esporádicos despliegues de las fuerzas federales.
El aire que se rompió con Lifschitz
Cuando los funcionarios provinciales volvieron a usar las oficinas de la delegación Rosario que la Gobernación tiene frente a la plaza San Martín, también se encontraron con novedades. Ya les habían pasado situaciones similares en los principales despachos del segundo piso de la Casa Gris en Santa Fe, donde una empleada tuvo que esquivar un trozo de revoque que cayó del techo. O cuando encontraron oficinas cerradas en las que no trabajaba nadie.
En Rosario, el gobernador entró y vio en uno de los salones principales de la planta alta un aire acondicionado de los grandes, que recordaba se había roto sobre el final de la gestión como gobernador de Miguel Lifschitz. Pullaro era el ministro de Seguridad y solía asistir a reuniones en ese mismo despacho.
Apenas vio el aparato enorme y reluciente sobre una de las paredes laterales no pudo evitar el comentario: “Al fin pudiste arreglar el aire” le dijo irónico el gobernador al ministro de Gobierno, Fabián Bastia, cuando lo interrumpió en una reunión en esa sala donde reinaba la buena temperatura pese al calor de la tarde.
Según el comentario de los empleados del Gobierno provincial en Rosario, hacía cuatro años que no funcionaba el aparato. Tampoco se usaba demasiado la mesa de reuniones que hay en la sala. El mismo personal cuenta que las visitas del gobernador anterior y sus ministros a esos despachos en la ciudad más importante de la provincia a lo largo de los últimos años no fueron más de cuatro.
“Desprecio por lo público”
Las actuales autoridades ya se formaron una idea clara de lo que fue el gobierno de Perotti. Sorprenden diciendo que “fue muy coherente, porque fue muy malo en todo”, lo tildan de “ultraconservador” pero no desde el punto de vista político o económico, sino porque se caracterizó por “no hacer”.
En paralelo aclaran que en cambio le dedicó especial atención a cuatro o cinco temas que fueron “de su interés y en los que estuvieron muy ocupados”, entre ellos el financiero, el de la tecnología, el del juego (las tres denuncias que hicimos —resaltan— fueron archivadas por la Justicia), el de la salud y la obra pública, todas cuestiones que aseguran actualmente están cambiando y sobre todo transparentando todos los procesos.
Entre las irregularidades que critican de la gestión pasada señalan que al asumir, en 2019, “paralizaron toda la obra pública, y cuando arrancaron con las licitaciones, a los siete u ocho meses de gestión, pagaron anticipos por el 30 por ciento del monto total, solamente por la firma del contrato”. Se preguntan: “¿No era que estaba tan fundido el Estado santafesino que dejó Lifschitz?”.
Sobre una vedette de la anterior gestión, la Billetera Santa Fe, reprochan que se utilice una marca que es el nombre de la provincia para lucro de una entidad financiera. “Tiene que ser una billetera virtual del Estado santafesino”, proponen.
“Vamos ordenando y haciendo”, admiten a los 37 días de asumir el gobierno y repiten que el desprecio del gobierno de Perotti por lo público tiene otras notas desaprobadas si se repasan más áreas del gobierno: “la EPE sin inversiones y con 30 mil millones de déficit, Aguas Santafesinas no cubre actualmente el 20 por ciento de sus gastos operativos, y la Caja de Jubilaciones con un déficit que ahora se sabe es superior a los 130 mil millones de pesos que se habían estimado”.
Otras observaciones que hacen son las obras de conectividad digital que se iban a ejecutar en toda la provincia y sólo avanzaron en un 25 por ciento, y las deudas de Vialidad provincial con municipios y comunas a los que no se les pagó más desde noviembre del 2022. “Por tanto descontrol y abandono, ya nadie quiere ser proveedor ni contratar con el gobierno de Santa Fe”, agregan.
Hasta el personal de limpieza que presta servicios en la Casa de Gobierno les dio apenas asumieron un ultimátum a los nuevos moradores: “Desde el 3 de enero vengan ustedes a limpiarle la oficina al gobernador. Nos vamos”, les anunciaron, cansados de reclamar por la falta de pago desde agosto. Ahora están en tratativas para regularizar los pagos, hacer una prórroga y lograr un acuerdo hasta abril, cuando vence el actual contrato.
El gobierno de Pullaro promete cambiar esa realidad y sus funcionarios más allegados hacen gala de eficiencia en el uso de los recursos. También sentencian: “No vinimos solamente a gobernar para un sector ni solamente a pagar los sueldos durante cuatro años. Vinimos a cumplir con el contrato electoral de cambiar Santa Fe”.
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Periodista. Licenciado en Comunicación Social de la UNR. Ex jefe de Redacción de La Capital. Twitter: @DanielAbba_
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