En Santa Fe, tras otros encuentros preparatorios, gobernadores del radicalismo, el PRO y el justicialismo han dado el sí para conformar un nuevo bloque —otro como la Región Centro— que busca equilibrios frente al poder central.
El acto de este jueves 16 de octubre oficializó el nombre Región Litoral para un acuerdo entre Santa Fe, Chaco, Corrientes, Entre Ríos, Misiones y Formosa. También hubo invitación a Córdoba para que se sume, aunque poco tenga que ver con la geografía del río Paraná pero coincide en lo principal: las posiciones políticas que presenta el nuevo bloque frente a la Casa Rosada y al centralismo histórico en general.
Los discursos de la jornada, para sus protagonistas “histórica”, acudieron al proceso de formación de la Nación y las luchas entre federales y unitarios, ganada por los primeros en el campo de batalla y definitivamente perdida en el de la realidad económica y política del país.
En reflexiones de los gobernadores de Santa Fe, Maximiliano Pullaro; de Chaco, Leandro Zdero; de Corrientes, Gustavo Valdés; de Entre Ríos, Rogelio Frigerio y de Misiones, Hugo Passalacqua, desfilaron el brigadier López, Ramírez y Ferré, junto a cifras y datos del presente. Cada mandatario provincial (no habló el vice de Formosa que vino en representación de Gildo Insfrán) desplegó argumentos sobre la desigualdad propia de un sistema federal que se aplica a la hora de designar autoridades territoriales subnacionales pero poco al de la distribución de la riqueza.
Ocho ventiladores
La ceremonia se desarrolló con alta temperatura, al mediodía santafesino, en La Redonda, un centro cultural donde alguna vez hubo un taller de locomotoras y playa de maniobras del ferrocarril, ubicado sobre el espacio verde de mayor superficie de la capital provincial, por donde corrían los ramales cerrados en los 90 desde Buenos Aires. El espacio es ideal para las actividades nocturnas o para los meses menos cálidos. Había no menos de 150 personas entre funcionarios de hasta terceras líneas del Estado santafesino y las numerosas delegaciones provinciales, que recibieron solo el aire de ocho ventiladores industriales poderosos pero insuficientes.
El contenido de la reunión y el marco de las instalaciones colgantes de los techos del ex taller (una obra de recuperación de Hermes Binner) fue ciertamente multicolor. Hay en la lista un gobernador del justicialismo que ejerce el poder desde 1995 y pasó por todas las etapas del peronismo (Insfrán); otro de un frente provincial de origen no peronista pero al margen de lo que fuera Juntos por el Cambio en el oficialismo misionero (Passalacqua), radicales que recuperan el poder en sus provincias por ese partido (Zdero y Valdés en Chaco y Corrientes) o por un frente de frentes con otros socios socialistas y macristas (Pullaro, en Santa Fe) y otro proveniente del gobierno de Mauricio Macri y el PRO (Frigerio, en Entre Ríos).
“Pactos preexistentes”
En estos pocos meses del gobierno de Javier Milei se han revitalizado las regiones entre provincias que nacieron cuando Carlos Menem imponía el discurso de las provincias inviables y se armaban grupos con la idea de reducir sus administraciones desde algún escritorio en Capital Federal.
En esos años los gobernadores hicieron de esas instancias foros para quejarse sobre el trato que recibían del gobierno nacional y hoy el objetivo es también contar con instancias políticas grupales entre mandatarios provinciales, siempre para estar menos solos ante Buenos Aires. “Nos unimos porque nos dejaron solos”, confesó Frigerio. “Sentimos dolor por el sistema federal que no se cumple”, dijo Pullaro.
Los “pactos preexistentes” que menciona la Constitución nacional de 1853 fueron entre provincias, anteriores a la Nación. Lo que hoy poco parece importar. Hay cuestiones más urgentes.
Otro ejemplo es la pelea por el CFI, el Consejo Federal de Inversiones, al que llegan por año unos 100 mil millones de pesos provenientes de recursos coparticipables que finalmente se mantiene en poder de las provincias y con un conductor que proviene del peronismo, lo que a los gobernadores que firmaron el Pacto de Mayo en Tucumán los exime de más enfrentamientos con el gobierno nacional.
Para eso sirven los encuentros de gobernadores bajo la denominación de bloques, regiones o acuerdos: para enfrentar al poder central sin quedar en soledad. Que a ningún gobernador le pase lo que al presidente de Talleres de Córdoba frente al Chiqui Tapia y su coro de presidentes obedientes a fuerza de arbitrajes y VAR, sería la metáfora futbolera más próxima.
El discurso inicial
Los contactos entre el radical Pullaro y el justicialismo en las provincias están asegurados por la subsecretaria de la Región Centro, Claudia Giaccone, que junto a Cristian Hoffmann y su esposa la subsecretaria de Inclusión Educativa, Betina Florito, forman parte de la llamada “pata peronista” de Unidos para Cambiar Santa Fe. Las dos fueron diputadas provinciales y provienen con distintas trayectorias del justicialismo. Giaccone (primera en hablar en el acto fundacional) tiene contacto directo con el peronismo cordobés o cordobesismo y el matrimonio Hoffmann-Florito, que llegó al frente de frentes al momento de su nacimiento, fue parte de la irrupción del bloque celeste de Amalia Granata en 2019.
En un orden que el calendario dispuso así, a la ciudad de Santa Fe llegó primero con una agenda exclusivamente vinculada a la interna nacional del PJ el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, que recorre provincias y le disputa liderazgos a Cristina Kirchner, en una visita en la que lo recibió el PJ provincial el 27 de septiembre. Más tarde, el 3 de octubre, se celebró un encuentro sobre el futuro del peronismo que reunió a dirigentes que fueron poderosos en el pasado: ex gobernadores de esa fuerza como Víctor Félix Reviglio (Santa Fe), Mario Moine (Entre Ríos) que aportó su hotel para el encuentro, pasando por Arturo Lafalla (Mendoza), Jorge Escobar (San Juan), Vicente Joga (Formosa), Sergio Acevedo (Santa Cruz) y Ramón Puerta (Misiones). Y finalmente, este 16 de octubre, en el marco del bloque Litoral se esperaba la visita del más reelecto de los gobernadores del país: Gildo Insfrán, que manda en Formosa desde 1995 y enfrenta un panorama desafiante fuera de su territorio. En la Corte Suprema de Justicia de la Nación se define si es o no constitucional la reelección sin límites. El tema recién se inicia en el máximo tribunal. El tantas veces reelecto no estuvo en Santa Fe y ese fue un punto desconcertante para los demás mandatarios provinciales. Se indicó apenas a la prensa que el número uno formoseño tenía “otros compromisos”, nada más.
De esas realidades políticas a las instituciones santafesinas, aún con críticas, hay una distancia considerable. Pero si Milei pudo entender que la economía argentina necesita relaciones cordiales con China, cómo no iban a disimular diferencias ideológicas o de prácticas políticas e institucionales los gobernadores multicolores del Paraná.
Aguas arriba y mensajes abajo
El Paraná une a las provincias de la Región Litoral a lo largo de casi todo su tramo argentino y les trae bastante de sus primeros 1.500 kilómetros, desde sus nacientes brasileras y su unión con el Paraguay. Bastante de ambas naciones limítrofes tiene la política argentina de la zona del Noreste. En Formosa, Chaco y Corrientes es posible reconocer la relevancia de los caudillos personalistas que marcan al sector público de un modo asunceño. En Misiones, en todo caso, es posible advertir que los objetivos permanentes, las políticas de Estado, se mantienen por sobre las conducciones que ejercen sus gobiernos, a la brasilera.
Pero como todo en la Argentina, el Paraná desemboca en el Plata, que es como decir en el puerto de Buenos Aires. Aunque ese punto geográfico ya no tenga el papel de centralizar todo el comercio internacional y sea apenas el cuarto distrito electoral del país, aún así, allí reside el poder.
Mientras, entre sonrisas y apretones de manos, abrazos más o menos sinceros y fotos de conjunto, en Santa Fe comienza a unirse lo que la historia no logró. Ahora los gobernadores la ven a la distancia con objetivos bastante menos pretenciosos: mejorar la porción de recursos que llegan desde el gobierno nacional.
Millones de millones
En pocas palabras, hay 1.700.000 de millones de razones para alzar la voz en conjunto. Si se prefiere 1,7 billones. Según un estudio de la Fundación Encuentro, realizado sobre los datos oficiales y el proyecto de Ley de Presupuesto 2025 de Javier Milei, esos son los recursos que van a restarse a las seis provincias del bloque, según el siguiente detalle (en millones de pesos): Santa Fe, 515.422; Entre Ríos, 281.684; Corrientes, 215.758; Chaco, 281.684; Formosa, 203.772; y Misiones 197.778.
Además está Córdoba que aunque poco tenga de litoraleña podría ser sumada al bloque nacido mirando al Paraná, sobre la que se dispone una retracción de recursos nacionales por otros 503.436 millones.
El mensaje de la Casa Rosada ha proyectado una recaudación total de 175 billones de pesos para el año próximo. Para la provincia de Buenos Aires, cuya economía y población es aún mayor a cualquier región de provincias, la quita representaría alrededor de 1,2 billones, según el cálculo de la fundación que ha hecho números. Sumó la retracción del 11 % de IVA; los fondos y fideicomisos del impuesto a los combustibles, y el componente impositivo del Monotributo que se asigna a la Seguridad Social. En todo el país la quita a las provincias sería de unos 6 billones.
El estudio no incluye otros flujos de fondos como los que deberían enviarse de Anses a las cajas provinciales no transferidas o el fondo de incentivo docente que la Nación incumple.
Con dos fotos
Pero además, hay razones políticas. Hay dos gobernadores de la foto de hoy que ya tienen la suya en la Región Centro y son los dos parte del staff de políticos mencionados por los medios de comunicación nacionales, con rebotes en redes. Maximiliano Pullaro y Rogelio Frigerio comparten ambas asociaciones subnacionales.
En alguna medida, cuando los dos vayan a exponer sobre la Ley de Presupuesto al Congreso de la Nación, por invitación de Miguel Ángel Pichetto, tendrán a sus espaldas las dos fotos: de la Región Centro (que suma a Córdoba) y de la Región Litoral.
Flor del Irupé
Azul oscuro, celeste y celeste muy claro; rojo, rosado o naranja y verde. Con esos colores se pintó la figura elegida como identificación de la Región Litoral, la típica flor del Irupé.
Por debajo de las tentadoras maravillas blancas, sus singulares platos verdes flotantes están unidos con una gruesa enredadera subacuática, fuerte como una soga fibrosa y armada de peligrosas espinas, que la gente de río teme como al aguijón de una raya.
La Región Litoral tiene una florida presentación en sociedad pero promete algún tipo de aguijoneo para el poder central.