En completo silencio, Lucio Di Santo dio un paso al costado en la empresa a la que ingresó a los 16 años y convirtió en una de las más importantes del país en su rubro. Después de 54 años, el dueño del supermercado mayorista Micropack ya no formará parte del directorio de la empresa que fundaron sus padres y que ahora quedó en manos de sus dos hijos. Transición ordenada a la nueva generación o diferencias de criterio al estilo de la serie “Succession” son las versiones que se dan sobre este sorpresivo alejamiento que se concretó en sigilo en los últimos meses.
Romper un código no escrito de la industria del sector y decidir desembarcar con el negocio en Buenos Aires puede haber sido la razón principal por la que, desde principios de este año, Di Santo decidió abruptamente alejarse para no tener más nada que ver con su empresa. Tal diferencia de criterio, sumada a una relación familiar tirante, habría precipitado una decisión que se desarrolló en el más absoluto de los misterios.
Micropack es una de las cinco empresas mayoristas más grandes del país y la mayor del interior, y por lo tanto de Santa Fe, con casi 70 años de trayectoria. Este cambio en la conducción de la empresa no pasará inadvertido para el mundo de la política santafesina, que solía incluirla en primera fila a la hora de armar los protocolos de referentes del sector empresario antes y después de cada campaña electoral.
Desde la conducción de su compañía, Di Santo lideró en los primeros años 2000 una tenaz batalla legal para impedir que otro mayorista, este de Buenos Aires, Yaguar, se instalara en Rosario. La pelea incluyó una resolución municipal de habilitación, llegó a dirimirse en la Corte Suprema santafesina y llegó hasta la Suprema Corte de la Nación, que desestimó el recurso de inconstitucionalidad de la empresa porteña.

Historia de un conflicto
Quienes conocen de cerca a la familia Di Santo cuentan que padre e hijo mayor, Luciano (37), no tienen la mejor relación, y que en el último tiempo las disputas se agudizaron. En ese lapso hubo incluso un cruce de mails a los empleados de la empresa de parte de los hijos diciendo que renunciaban y se iban por diferencias con el presidente del directorio, su padre. A esa comunicación le siguió otra de Di Santo padre, también a todos los empleados, rechazando esas renuncias de sus hijos.
Las rispideces arrancaron cuando hace un par de años se contrataron vendedores que desembarcaron en Buenos Aires y Capital Federal, algo que por una ley no escrita de la actividad no se hacía. En esos territorios reinan otros competidores como Maxiconsumo, Yaguar, Diarco y Vital.
Pero desde la empresa se cuenta una historia menos traumática. Hablan de división de manejo: “unos hacen una cosa y otros, otra”, y opinan que “la gente ve y habla cosas que no existen en la realidad. No hay nada raro”. En una empresa familiar, aseguran, siempre es difícil el traspaso a los hijos.
El cambio no parece haber sido demasiado planificado. La división abrupta que significó que Lucio se dedicara al shopping Paso del Bosque, inaugurado en 2018, y Luciano se encargara de Micropack, se dio de golpe. E incluso en algún momento estuvo en duda si los hijos no se iban a encargar de todo.
En el último año ya no tomaba las decisiones diarias de la empresa pero seguía vinculado reemplazando a sus hijos cuando se iban de vacaciones, por ejemplo. “Pero así nunca se hacía el corte”, lamentan. Por eso, a fines del 2019 decidió hacer lo que llaman “el traspaso a la nueva generación”, y en el brindis de fin de año anunció que sus hijos Luciano y Lelio serían sus continuadores y se instaló en su nueva oficina del shopping Paso del Bosque. Y no fue más al súper.
Lo explican simple: “Cuando alguien como Lucio, con una figura tan fuerte, está físicamente, es difícil que la gente no venga a hablarle. Por eso no vino más, para no entorpecer”, justifican benévolamente.
Para algunos este traspaso es una transición que está en proceso y para otros la división ya está formalizada legalmente.

Una contratación polémica
Una decisión que no pasó como una más fue la de contratar a Alberto Guida, quien durante 15 años fue presidente de la Cámara de Distribuidores y Autoservicios Maroristas (Cadam). El rosarino ejerce desde una oficina en Puerto Madero una especie de dirección comercial de Micropack. “No parece una decisión de Lucio”, comentaron quienes lo conocen, “y se parece a un intento por querer reemplazarlo”, especularon de inmediato.
Hay una opinión generalizada acerca del respeto de Lucio Di Santo hacia sus colegas. “No hubiera nombrado a Guida”, afirman. “Cuando impulsó el shopping siempre se cuidó de no alentar la posibilidad de que alguien vinculado a los otros dos shopping siquiera tuviera una charla que diera lugar a dudas sobre la fidelidad a esas empresas. Y con los mayoristas nunca aceptó tomar empleados de otras empresas o de supermercados en general. No le parecía bien”, recuerdan.
Esta contratación de Guida (concretada por sus hijos) podría tratarse de una movida similar a la que realizó el propio Lucio cuando contrató como gerente general a Carlos Berrettoni, durante cuya gestión se produjo una fuerte expansión de la empresa hacia otras unidades de negocios, hoy casi extinguidas.
Muchos coinciden en que el primer cimbronazo en Micropack sobrevino con la remoción o “ida consensuada” del gerente general Berretoni. No hay dudas de que en la etapa de su gestión la empresa creció muchísimo, aunque los Di Santo le reprochaban que no cuidaba los gastos.
Con su alejamiento comenzó el ingreso paulatino de los hijos de Lucio a la empresa, que provocó ahora su paso al costado.
Desde ese momento, sólo en Micropack se redujo la planta de personal de unos 600 a 500 personas. Las tres marcas fundamentales: Leyenda (lácteos), Frontón (almacén) y El Caudillo (fiambres) habían llegado a tener casi toda la gama posible de productos en cada categoría, pero luego comenzaron a reducirlos. La que mejor sobrevivió fue Frontón.
El próximo mes cuando cumpla sus 70 años, probablemente Lucio Di Santo no repita una costumbre de años de su empresa, la de brindar con el personal con una copa de champagne al mediodía. La celebración lo encontrará en su único lugar de trabajo en Paso del Bosque, donde antes de la pandemia se encontraba negociando el desembarco de una cadena de cines.
Micropack parece enfrentarse así a un cambio de estilo. Di Santo padre decidió desarrollarse solamente en Rosario. Ahora sus hijos piensan agrandar la distribución, con la idea de desembarcar con negocios en Buenos Aires y abrir sucursales, contrariando un código de la vieja escuela mayorista.
Otros criterios, otros desafíos. Como le escucharon decir al propio Lucio: “no es ni mejor ni peor. Cada uno tiene su impronta. Hay distintos caminos para llegar al mismo lugar”.

Otros negocios
Micropack es un distribuidor mayorista de alimentos secos, refrigerados, bebidas, bazar y artículos de limpieza. Cuenta con tres supermercados mayoristas-minoristas en Rosario: su casa central, centro logístico y de distribución en un terreno de 7 hectáreas y con 25 mil metros de superficie cubierta en Circunvalación 1810 bis y dos sucursales, en Avellaneda 441 y Arijón 565.
Su área de cobertura abarca a otras provincias, con una flota de cien camiones. Buscan expandirse con vendedores y posibles desembarcos físicos. Atiende a más de 1.100 localidades y registra unos 140 mil clientes mensuales en el supermercado mayorista.
Sobre los otros negocios que promocionaba el video institucional de la firma que se exhibió en la celebración de sus 50 años (en 2004), ha habido cambios:
- Jarpo. Capitales reales, análisis, factibilidad y articulación de proyectos de inversión. Ya no tiene nada que ver Di Santo.
- Desarrollos inmobiliarios (torres de alta gama, edificios inteligentes para oficinas y negocios, condominios y barrios semiprivados). Ya no desarrolla nada más en la construcción. El propio Lucio está vendiendo los últimos departamentos.
- GNC “Indisa” (estaciones de gas natural comprimido). Es 100% de la esposa de Lucio, Inés Pascual.
- “Coffee pack”(servicios de gastronomía, bar y fast food). Fueron cerrados.
- Compañía de productos “Nasa” (marca de trayectoria dedicada a la producción y comercialización de indumentaria masculina y femenina de moda). Fue vendida la fábrica y los locales.
- Frigorífico “Fricerd” (instalaciones frigoríficas donde se elaboran los fiambres “El Caudillo”). Las habría comprado Paladini.
- MPK logística. distribución integral de productos de una vasta región de Argentina con especialización en refrigerados.
- Tarjeta “Nuestra”, sistema de pago propio. Ya no existe.
- “Lácteos Leyenda”. Línea integral completa de productos lácteos con materia prima de la cuenca lechera santafesina.
- “Genie” (aseguramiento de la calidad de los alimentos, asesoramiento y respaldo de proveedores y elaboradores de sus marcas de lácteos “Leyenda”, productos “Frontón” y fiambres “El Caudillo”). Ya no existe.
- Fábrica de frutas enlatadas en Mendoza. Se construyó y puso en funcionamiento y duró apenas un año hasta que se vendió.
