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Sociedad

Susana Baumann, del éxodo de los 90 a los medios digitales al servicio de las emprendedoras latinas en EE.UU.

Emigró a Estados Unidos en los 90 junto a su por entonces marido y dos hijos de 10 y 13 años. Primero trabajó un tiempo como arquitecta, su profesión original, pero después se abocó a la educación, el periodismo y la comunicación. Trabajó en varias empresas y en la administración pública y en 1996 fundó una pequeña compañía propia, LCSWorldwide Multicultural Marketing Communications. Desde Nueva Jersey, al frente de LCSWorldwide, Susana Baumann prestó servicios a empresas farmacéuticas, de salud, a oenegés y asociaciones gubernamentales de varios estados de los EE.UU.

Pero en 2014, a los 64 años, luego de un aparente “retiro” del ámbito laboral formal y con poco conocimiento de la tecnología digital, fue capaz de dar un nuevo paso y fundó Latinas in Business una oenegé que acompaña a mujeres migrantes en los EE.UU (en su mayoría latinas pero también de otras minorías) a encontrar su lugar en el mundo de los emprendimientos y negocios, un camino difícil y lleno de obstáculos, que ella conoce muy bien, porque lo atravesó.

Susana Baumann vive y trabaja en Nueva Jersey, donde es una figura muy conocida y respetada, tanto que fue convocada por el gobierno para ayudar en la recuperación de la ciudad post covid-19. Pero aun tan lejos, Rosario siempre está en su memoria y su corazón.

—¿Por qué decidió emigrar y cómo la recibió el nuevo país?

—Creo que no hay una sola razón por la cual una persona decide dejar su país, su entorno y su sistema de soporte. En mi caso, fueron una serie de factores personales, el momento político, y también el buscar nuevos horizontes que nos brindaran mayores oportunidades para mí y para mis hijos. Emigré con mi marido de entonces, luego nos divorciamos en EE.UU., y con mis dos hijos de 10 y 13 años. La adaptación fue muy difícil, por varios motivos.

—¿Por qué?

—Primero, nos instalamos en un punto de la costa de Nueva Jersey, que es un estado de poca diversidad en esa localización, no así al norte donde sí hay gran concentración de latinos. Además, por razones de trabajo y falta de medios económicos no pudimos regresar los primeros cuatro años, lo cual nos obligó a una inmersión muy dura pero finalmente productiva. Los chicos aprendieron inglés muy rápido. Yo regresé a la universidad y completé un Master en Comunicaciones, y a pesar de que mi ex marido y yo nos separamos a sólo dos años de haber llegado, logré salir adelante sola, trabajando, estudiando, y viendo a mis hijos crecer en esas circunstancias difíciles. Sin embargo, creo que esas mismas dificultades les permitieron a mis hijos desarrollar gran carácter y maduración a una edad temprana, y los condujo a ser las personas exitosas que son, ambos.

—Usted es arquitecta y se dedicó a su profesión.

—Estudié arquitectura porque mi padre eligió esa carrera para mí.

—¿En serio?

Sí, soy todavía de esa generación. Yo quería estudiar magisterio y Bellas Artes pero él decidió que hiciera perito mercantil y estudiara arquitectura. Lo gracioso fue que terminé dando clases en la Facultad de Bellas Artes de Rosario, lo cual indica que uno siempre puede hacer una vuelta de 180 grados y encontrarse de alguna manera con su verdadera vocación.

—¿Fue frucítera finalmente la arquitectura? ¿Tiene aspectos en común con el periodismo y la comunicación?

—La carrera de arquitectura te prepara para muchísimas otras actividades de tu vida porque te enseña a pensar desde lo general a lo particular, a tener una visión global y a llevarla a su concreción física. La comunicación sigue esa misma ruta, se parte de una idea y se desarrolla hasta su concreción en palabras e imágenes. También en la época en la que cursé, la época de la dictadura militar de los años 60, tuvimos grandes profesores maravillosos que nos enseñaron el valor del pensamiento crítico. De ahí a la comunicación hay un solo paso: desarrollar el amor por el lenguaje y la escritura.

El trabajo, los premios, las nostalgias

Latinas in Business, donde Susana Baumann es presidenta, CEO y editora en jefe, proporciona a sus miembros —más de 1.800 en todo EE.UU.— servicios de branding, marketing, publicidad, asesoría digital, campañas en redes sociales y acceso a eventos educativos, todo a través de una plataforma digital.

A lo largo de su fructífera carrera, Baumann ha cosechado una larga lista de premios y distinciones: fue considerada “Periodista del Año” por la Cámara de Comercio Hispana de Nueva Jersey, distinguida como “Latina de Influencia” por la Hispanic Lifestyle Magazine de California, recibió el Premio Red Shoe Movement de Nueva York (que distingue a mujeres que trabajan por mujeres), el Premio Latinas in Technology y el TECLA Award, entre otros. Trabajó con la Fundación Bill y Melinda Gates. Dirigió un periódico bilingüe, escribe en distintos medios, da conferencias y es frecuente panelista de programas de televisión.

—En 2014 usted creó Latinas in Business. ¿De qué se trata, qué tareas realiza y cómo se sustenta?

—Latinas in Business es una organización sin fines de lucro de medios digitales que promociona y da a conocer las historias de mujeres latinas emprendedoras y dueñas de negocios en los Estados Unidos. Ayudo a las mujeres a lograr sus objetivos evitando obstáculos y desafíos que tuve que enfrentar cuando comencé. La idea es que puedan liderar su viaje hacia el éxito tomando el control de su propia historia, Seguí en la veta de la mediatización porque en muchos casos es muy difícil promover o mercadear tu negocio cuando recién se empieza, y no alcanza el presupuesto para hacerlo. La oenegé se sustenta con patrocinios y con contribuciones de sus miembros.

—Hace poco fue convocada por las autoridades de Nueva Jersey para asesorar en la recuperación económica de la ciudad post covid-19. ¿Qué planifican?

—Es un proyecto de relevamiento e integración de los negocios de minorías a redes efectivas de soporte y sustento económico y al mismo tiempo, de integración a los territorios locales donde están ubicados. Es un proyecto complejo y que se irá haciendo por etapas para extender una red de protección económica y de recursos para los negocios más afectados y aislados.

—¿Cómo fue su experiencia como migrante en EE.UU.? ¿La condicionó de alguna manera para dedicarse a la comunicación y a trabajar con comunidades más postergadas?

—En Argentina tuve militancia política en la época estudiantil y nunca dejé de involucrarme en actividades comunitarias de solidaridad. Cuando llegué a los EE.UU., encontré una enorme población de habla hispana que no tenía voz, no sólo porque no hablaba inglés sino porque tampoco tenía ningún tipo de representación. Organicé mi empresa en base a construir un puente —otra vez la arquitectura— entre la población de habla hispana y organizaciones de servicio comunitario que tenían obligación de servir a estas comunidades: bibliotecas, escuelas, hospitales, clínicas y agencias gubernamentales. Creé programas de Español con Propósito Especifico en todas estas actividades, y ello me llevó hasta tener la oportunidad de trabajar con la Fundación Bill and Melinda Gates en un programa nacional para bibliotecas. La publicación de mi libro, Hola, ¡amigos! A Plan for Latino Outreach derivó de esta fantástica experiencia y se vendió a más de 6.000 bibliotecas alrededor del país.

—¿Qué piensa de los movimientos feministas? ¿Qué cree que falta en materia de igualdad de oportunidades para los géneros?

—No soy feminista, pero creo en la igualdad de oportunidades basada no solo en género, sino también en raza, religión, capacidades, y de tantas otras diferencias que sólo nos hacen humanos. El feminismo fue un movimiento “en contra” y yo estoy “a favor” de las igualdades y oportunidades para todos.

—¿Qué recuerda de Rosario? ¿Se sigue sintiendo rosarina, con orgullo y amor por su ciudad?

—Nací en Rosario, en una familia de clase media. Mi madre murió cuando mi hermana y yo éramos muy pequeñas y nos fuimos a vivir con mi abuela paterna y dos tías solteras, hermanas de mi papá. Siempre digo que la vida nos quitó una madre y nos dio dos. Tengo familia, mi hija que vive en Rosario (ahora con su pareja), mi hermana, mis sobrinos, mis amigos de todas las épocas, inolvidables compañeros de colegio, otros que fueron mis alumnos… Y no hay nada que disfrute más que volver cada año a retomar esas relaciones y amistades que me hacen mucho bien.

—Pero después regresa a Nueva Jersey…

—Sí, siempre regreso a Nueva Jersey, donde viven mi hijo y mis dos nietas. En verdad me siento como dice la canción, que “no soy de aquí ni soy de allá…”. Estoy bien donde están mis afectos, y por suerte he podido formar una gran cantidad de afectos en los dos países.

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