Miguel Tessandori cosecha éxitos en lo que se propone. A los 17 años comenzó trabajando en radio y lleva casi cincuenta en los medios de Rosario, treinta y ocho de ellos haciendo la columna deportiva del noticiero más visto de la ciudad. También quiso incursionar en el espectáculo y cuenta con varias temporadas al hombro haciendo teatro de revista y unipersonales. Ahora, metido de lleno en el mundo de la política, se convirtió en un gran elector: obtuvo más de 32 mil votos, sacando más que cualquier candidato de Juntos por el Cambio y siendo el único de la “no política” que compitió por fuera de las grandes estructuras partidarias y logró superar las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias.
Prácticamente sin hacer campaña y sin hablar de propuestas para evitar promesas que no sabe si va a poder cumplir, el periodista deportivo sostiene que su elección no fue una sorpresa. Cuenta que el domingo recibió el llamado del intendente Pablo Javkin y se mensajeó con su ex compañero de canal, Ciro Seisas. Durante la tarde pidió no ser molestado para poder mirar la final del US Open. Desliza que los grandes medios no le dieron lugar en la campaña, pero no se hizo demasiado problema: demostró que no los necesita. “Quizás no pensaron que podíamos llegar, quizás no nos tuvieron en cuenta”, señala.
En una charla a fondo con Suma Política, Tessandori habla de todo: desde sus inicios en el mundo del periodismo hasta su gran elección en las primarias, pasando por su pasión por el fútbol, el teatro y hasta recomendando películas que los lectores no deben dejar de mirar. Adelanta, además, que no va a dejar la comunicación en caso de acceder a una banca: “Gane o pierda, el día siguiente voy a estar sentado con las autoridades de Televisión Litoral con el compromiso de continuar”.
—¿Primeras impresiones de las Paso?
—Era a lo que apuntábamos. Había 55 listas que se presentaban y la dificultad era hacerle conocer a la gente que estábamos en carrera para ingresar al Concejo. Por supuesto que sabíamos que contábamos a favor con el grado de conocimiento que tengo en el ambiente por tantos años de televisión. Pero también teníamos que hacer llegar un mensaje de por qué asumimos este compromiso y la posibilidad de que nos den el voto.
Entonces posicionarnos fue lo primero y se hizo con mucho esfuerzo y trabajo. Hacerle saber a la gente en qué lugar estábamos en la lista, que íbamos con un partido independiente totalmente al margen de los partidos tradicionales y del aparato que los respaldó con muchísima promoción. Y evidentemente el resultado ha sido muy bueno: más de 32 mil votos marcaron una muy buena cifra que nos permite ahora ingresar a las generales con el panorama mucho más claro.
—Sos el único que viene de la “no política” que logró entrar, ¿a qué lo atribuís?
—Creo que se hizo un trabajo importante. Pero también el respeto y la credibilidad que me supe ganar entre la gente obró en consecuencia, por escucharme y creer en lo que digo. Los partidos políticos tradicionales han marcado algunas tendencias en función de promesas que ya estamos cansados de su incumplimiento. Nosotros mucho no hablamos de promesas ni de proyectos concretos porque el momento de hacerlo es cuando asumamos en el Concejo. Nosotros hablamos del retorno a un orden, a una disciplina, a un concepto de una Rosario particularmente importante, con identidad. Y eso evidentemente prendió.
A pesar de todos los problemas, y de que tuvimos un presupuesto muy acotado, nos hicimos conocer y la gente nos respaldó. Nuestra prioridad es poder crecer, todo está para crecer en las que viene.

—A diferencia de las grandes estructuras hubo una campaña escueta, ¿esto estaba pensado así?
—Nosotros teníamos un recurso pautado y pensábamos que tampoco se podía exagerar estando la sociedad en general en una situación económica complicada, en un año de pandemia muy dificultoso, con la gente malhumorada y con un proceso de desencanto evidente que fue graficado con los votos anulados o de gente que no fue a sufragar.
Aparte, pedimos poder participar y dar nuestra opinión en los medios más importantes, pero no pudimos acceder. Evidentemente no hubo forma. Realmente agradecemos a los medios que nos han abierto la posibilidad, tanto de cable, regionales, portales y FM. Fue una batalla realmente muy dura, pero a través de ellos, de las redes sociales y de la posibilidad de meternos en ese diálogo hicimos conocer nuestro pensamiento. Y nos fue bien. Tenemos que seguir insistiendo, pero siempre dentro de la modalidad que hemos establecido para poder llegar al 14 de noviembre con la mejor condición.
—¿Qué pasó con los grandes medios?
—No soy yo el encargado de hacer ese análisis y tampoco podemos quedarnos con eso. Quizás no pensaron que podríamos llegar, quizás no nos tuvieron en cuenta. Y todos me han hablado de nuestra elección como una sorpresa, pero para nosotros no fue una sorpresa. Posiblemente para otra gente sí, pero para nosotros no porque confiábamos en nuestro trabajo. Después el que tiene la decisión y el voto es el ciudadano.
—¿Cómo se plantea la estrategia de cara a las generales? Muchas listas quedaron afuera y hay más de 40 mil votos a captar. ¿Se empieza el diálogo con otros sectores?
—Nosotros somos totalmente abiertos al diálogo con todos los sectores que se quieran adherir a nuestra propuesta. Pero siempre dentro de este marco: exijo disciplina, honestidad, orden, sacrificio, volver a las fuentes, volver a la parte deportiva en los clubes de barrio y tratar de dinamizarlos, ayudar al ciudadano, empatía, estar con los problemas de la gente. No solamente ganar una banca y después quedarse sentados. Hay que seguir y también pedirle a la gente que nos exija rendición de cuentas, porque yo sigo sosteniendo que el voto ciudadano es muy importante y nos da una responsabilidad manifiesta.
Me siento a conversar con quien tenga estas coherencias en su estructura. Por supuesto que charlaremos para acomodar lo que haya que acomodar. No tenemos demasiado más para brindar que esto. Si vale, bienvenido. Y si no seguiremos adelante, no hay problema.
—En la previa a las Paso no hablaron de propuestas. ¿De cara a las generales la postura es la misma?
—Por supuesto que estoy con un equipo de trabajo que está proyectando la visión para cuando podamos asumir, si es que el voto nos avala. Pero la generalidad de las cosas está planteada y todos tenemos entendido qué hay que hacer. Evidentemente hay que sentarse con la gente que sabe y es profesional en cada uno de los temas.
Yo soy un tipo que viene del periodismo deportivo y sé que Rosario ha sido y sigue siendo una de las grandes potencias en ese aspecto. Hay que dinamizarlo. También hay que potenciar la parte educativa: tengo muchas propuestas alternativas que se dan a través de una conjunción de educación y deportes con los clubes de Rosario que han sido y tienen que seguir siendo los pilares donde la familia descansa. El desarrollo familiar sigue en los clubes de barrio, prosigue en los clubes grandes y después se proyecta también en las aulas. Hemos tenido muchísimos problemas educativos por la pandemia, más la inacción de los gobernantes.
También hemos tenido muchísimos problemas en el transporte, con noventa días de “parate”. No hay una ciudad en el mundo que pueda soportar sin transporte público ese tiempo. Esas cosas se han atravesado y hay que comenzar a cambiarlas. Yo lo que exijo es acción en los gobernantes. No mirar o dejar pasar.

—En la previa se habló mucho de las figuras de la TV que se volcaban a la política. Y terminaron siendo los candidatos a los que le fue bien. ¿Qué mirada tenés al respecto?
—A mí me parece que hay una sensación de que la gente te tiene respeto si vos has sido creíble. El periodista ha sido de lo más creíble en nuestro país cuando los políticos han caído en una decadencia de credibilidad llamativa, sea el color político del que hablemos, no hago distinciones en ese aspecto.
En nuestro país es permanente que el que te sucede te hace bueno. El que asume y está unos meses en el gobierno te hace empezar a pensar en el anterior. Esto es realmente llamativo y habla de una decadencia que parece no tener límites. Ojalá que alguna vez pongamos límites a esto: si los periodistas puestos en función respondemos a ese mandato será bienvenida esa elección. Ahora, si nosotros nos convertimos en lo mismo que lo que criticamos seríamos doblemente responsables negativamente.
—En caso de que entres al Concejo te vas a encontrar con antiguos compañeros de canal, como Ciro Seisas y Marcelo Megna. ¿Quedó una relación?
—Yo tengo relación con todo el mundo. La televisión me ha unido a gente maravillosa de muchos años y soy un tipo muy abierto en ese aspecto. Con Ciro nos hemos mensajeado en el momento de la elección felicitándonos mutuamente. También me llamó Pablo Javkin para felicitarme y para mí es un orgullo haber recibido el llamado del intendente. Estoy convencido de que podemos aportar todos juntos para tratar de dinamizar Rosario. Yo a esta ciudad la quiero desde lo más profundo: nací acá, me hice hombre acá, construí mi familia, tengo mis hijos, hice mi carrera, mi profesión. A Rosario la defiendo hasta morir con las botas puestas.
—¿A qué otro periodista de la ciudad propondrías para el Concejo?
—(Risas). Es un juego del que no puedo participar porque es una decisión muy personal. A mí muchas veces me vinieron a buscar antes de esta decisión y siempre dije que no. Yo no soy quién para decir cuál periodista puede ocupar un cargo en la parte política, pero creo que los periodistas estamos capacitados. Después las decisiones son personales. No juego opiniones porque parece que uno podría llegar a influir sobre la decisión de alguien. Ni siquiera de las decisiones tomadas por la gente: si la gente elige es por algo. Pero “no me pidas que cabecee”, como decía aquella publicidad de fútbol.
—Se dice que el periodismo es una profesión de 24 horas que resta tiempo para la familia. Y la tarea política va en el mismo camino. ¿Qué te dijeron en tu casa?
—Me conocen que yo consulto, pero tomo decisiones que son irrevocables. Mi familia siempre avaló lo que hice en el periodismo y después en el escenario, cuando hice teatro de revista y unipersonales. Y ahora me avalan totalmente. Esto es pasión: el periodismo es pasión, la política es pasión. Y hay que entregarse con todo. Pero también con tranquilidad. No me parece lindo volverse loco ni hiperquinético con un tema como este.
El domingo cuando me llamaban ya esperando los primeros resultados estaba todavía en mi casa y les pedí que no me molestaran porque estaba viendo la final del US Open entre Djokovic y Medvedev. Hasta que no terminó el partido no me enfoqué en la política. No tenía la ansiedad manifiesta de saber ya e inmediatamente qué podía pasar. Así les fue a algunos que anticiparon triunfos que no se concretaron.
—¿Cómo fueron tus inicios en los medios?
—Yo empecé haciendo radio en LT8 en 1972, cuando tenía 17 años, hace ya casi 50 años. Había salido recién del colegio San José y entrado en la Facultad de Ciencias Económicas, pero no me gustaba. Dejé rápidamente y me metí en LT8 a trabajar a la par que estudiaba la parte periodística. Y después en Canal 5 empecé en 1977 con Confirmando, es decir que son 44 años. Hubo un pequeño lapso en el 78 en el que hicimos radio. En el 79 empezamos El clan y fueron cuatro años seguidos. Después en el 83 pasé a Canal 3 y desde el 84 ininterrumpidamente haciendo De 12 a 14. Son 38 años seguidos en el noticiero.

—Siempre vinculado al deporte imagino que de chico simpatizabas con algún club de fútbol. ¿Se sigue manteniendo ese sentimiento después de tantos años informando?
– No, la verdad que no. Por supuesto que uno es simpatizante de un club, de un repollo no ha nacido acá en Rosario. Yo me metí en el periodismo muy temprano y tuve una particularidad: en los primeros años de mi trabajo hice estudios centrales y eso me quitó la vivencia de la cancha, fue minando el aspecto que tenía que ver con el hincha de fútbol. Entonces yo rápidamente perdí esa motivación plena por un equipo. Y como tuve que comentar siempre a los dos equipos de mi ciudad, después ya la objetividad fue manifiesta. Uno pierde mucho. Por supuesto que sigue viviendo las epopeyas deportivas como la primera vez. Yo en algún momento salí a festejar el triunfo de Juan Martín del Potro en el US Open. Hoy soy más fanático del tenis que del fútbol.
—¿Nunca dijiste de qué club sos?
—No, porque tradicionalmente esta es una ciudad muy dividida y ese tema parece tabú. Una vez hice “Noche brillante” con Manuel Cansino y teníamos un sketch en el que yo revelaba mi pasión por el fútbol hablando con una supuesta psicóloga. En un momento de la actuación me saco el traje que tenía y abajo aparecía la camiseta de Central en la parte de adelante y atrás tenía la de Newell’s.
—¿Tenés pensado volver a la tele?
—Actualmente estoy haciendo un programa por Canal 3 que se llama “Una nota diferente” que va a seguir estando hasta diciembre. Yo ahora compito por las elecciones el 14 de noviembre, y gane o pierda la banca, el día siguiente voy a estar sentado con las autoridades de Televisión Litoral con el compromiso de continuar. Entre ellos y yo vamos a establecer de qué manera. Pero yo no voy a dejar la comunicación, esto te lo estoy anticipando. No voy a dejar.
—También has hecho teatro. ¿De dónde viene esa faceta cultural?
—La parte cultural siempre estuvo presente en mi vida. La cultura y la educación tienen que ser prioritarias. Me gustan mucho las manifestaciones del arte. He visto musicales, obras de teatro maravillosas. Tengo una avidez por el cine en donde además investigo toda la información. No sólo me gusta ver cine, sino saber qué pasa con el que hizo la música, la dirección.
—Recomendá dos películas que los lectores no puedan dejar de ver.
—Suelo mencionar tres. Una es El Padrino. Es una película inolvidable, la mejor de la historia del cine, de (Francis Ford) Coppola, donde se refleja lo que es la vida desde todo punto de vista. Otra es Amadeus, la inmortal obra de (Peter) Shaffer sobre el supuesto duelo entre Mozart y Salieri, donde Murray Abraham hace de Salieri en una actuación inolvidable, brillante. Y la tercera, para que se diviertan y gocen, es Cantando bajo la lluvia, una película que se hizo en 1952, dos años antes de que yo naciera, en donde Gene Kelly la rompe y la deja chiquitita con Donald O’Connor y Debbie Reynols, un musical inolvidable. Tres de las tantas que puedo recomendar (risas).
—¿En quién pensaste cuando ibas viendo los resultados favorables?
—Pensé en la gente que me apoyó y que tuvo un trabajo arduo y duro. Por eso quería que realmente el resultado sea satisfactorio. Y pensé en un nuevo logro porque lo mío es un esfuerzo personal: fue un esfuerzo personal ser periodista y llegué a ser distinguido por el Concejo Municipal, que a lo mejor, en una de esas, puedo llegar a integrar. Después cuando me metí en el espectáculo no quería darme el lujo de fracasar ni que la gente piense que Tessandori va al teatro para utilizar su nombre.
Y ahora fue otra apuesta personal que rendí. Entonces estoy en paz conmigo y con todos los que me bancaron, por supuesto con mi familia primordialmente. Y elevé también un recuerdo para mi hijo Alejandro que nos dejó físicamente hace 20 años y que fue el dolor más grande que tuve en mi vida. Después, la satisfacción que queda es la de haber cumplido, eso es lo más importante.

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Periodista. Licenciado en Periodismo (UNR). Conductor y productor en radio Aire Libre (91.3). En Twitter: @NachoCagliero
