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Sociedad

Vecinos de Empalme en alerta por posibles inundaciones si prospera una nueva urbanización en Funes

Los vecinos del barrio Empalme Graneros vienen manifestando su preocupación ante el avance de un emprendimiento inmobiliario que podría generar inundaciones en la zona. Se trata de un loteo que abarca unas 70 hectáreas en la localidad vecina de Funes, contiguas a la presa retardadora del arroyo Ludueña que atraviesa el barrio de oeste a este hasta desembocar en el Paraná. Un informe de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) advierte sobre las consecuencias de edificar en la zona, pero desde la vecinal denuncian oídos sordos de gran parte del arco político sobre el tema. “Hay muchos que por acción u omisión son cómplices de lo que va a pasar”, señaló Osvaldo Ortolani, presidente de la vecinal Empalme. Los vecinos denuncian que hubo movimientos de suelo y hasta intimaciones de Provincia para que se cese con las obras. “Esto es crónica de un desastre anunciado”, advirtieron.  

Como adelantó Suma Política, la estancia deportiva “Damfield” cuenta con la infraestructura para la práctica de distintas disciplinas en un predio de 20 hectáreas en las afueras de Funes. Pero los terrenos forman parte de un campo más extenso aún: unas 200 hectáreas de las cuales se busca urbanizar unas 70 para viviendas residenciales. La iniciativa fue aprobada en el Concejo de Funes aunque aún no tiene el visto bueno del área de Hidráulica de la provincia para avanzar con las obras.  

Pero los vecinos de Empalme Graneros pusieron el grito en el cielo. Es que las obras se planean sobre parte del embalse de la presa retardadora del arroyo Ludueña, una obra construida décadas atrás para controlar los excesos de ese curso de agua que viene desde Funes y que en Rosario atraviesa de punta a punta la barriada en la que viven alrededor de 40 mil personas. “Estamos hablando de la única reserva de agua que tiene toda la cuenca del Ludueña y que ya viene perdiendo capacidad de almacenamiento año a año. En vez de ver cómo ampliamos esa capacidad, se piensa en un proyecto inmobiliario”, cuestionó Ortolani. 

En esa línea, el vecinalista recordó que se trata de una represa hecha con tierra compactada, que nunca tuvo revisión y que hoy está agrietada en varios lugares: “Son seis kilómetros y medio de tierra y tiene solamente un frente de 50 metros de hormigón. Si el volumen del agua que puede resguardar sube, y tenemos la desgracia que esa agua supere el nivel de la represa, se va a producir un tsunami, no una inundación. Y va a arrasar desde Funes hasta el río Paraná”. 

Ortolani detalló que la construcción de esas viviendas residenciales significa hacer un “trasvasamiento de cuenca”, es decir, canalizar el agua que iba a la represa para mandarla directamente al arroyo. Y eso podría generar complicaciones en los canales Ibarlucea y Salvat que son afluentes del Ludueña. “No van a poder tirar sus aguas y vamos a ver toda esa población también inundada. Es un desastre ecológico, social, político y económico”, aseguró. 

A su vez, el histórico dirigente barrial apuntó que en los últimos 10 años se loteó un 90 por ciento de la cuenca del arroyo, lo que tarde o temprano mostrará sus consecuencias: “Eso genera desertificación, está haciendo pasar las precipitaciones y que esa agua que iba a llegar y se iban a detener por meses en lagunas, pasen directamente e inunden todo a su paso. O sea que hay un sinnúmero de poblados que con lluvias fuertes van a tener inundación, seguramente”. 



Voz autorizada


En noviembre de 2022, el Centro Universitario Rosario de Investigaciones Hidroambientales y Departamento de Hidráulica (Curiham), de la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura de la UNR publicó un informe donde detallan aspectos técnicos vinculados con los posibles impactos que podría generar la construcción de viviendas en la zona de la presa del arroyo Ludueña. La posición del organismo es clara: el territorio con afectación del embalse no debe ser ocupado por asentamientos humanos permanentes.

En el informe se explica que no se trata solamente de una zona con amenazas de inundación, sino también de un territorio destinado al almacenamiento de agua y su lento drenaje para atenuar las crecidas. “Los procesos hidroambientales son mucho más complejos que en una zona ribereña con amenaza que puede ser ocupada temporalmente por las aguas”, detallaron. 

Entre otras advertencias, el informe señalan la peligrosidad de sobreelevación por acción del viento, las elevadas permanencias de los niveles dentro del embalse, la degradación hidroambiental de la zona, y el aumento de amenaza por hipótesis de riesgo de rotura de presa. “Los fundamentos tienen que ver con la funcionalidad de la presa; la seguridad de la presa, la seguridad de los habitantes del territorio tanto aguas arriba como aguas debajo de la presa y la preservación de la calidad hidroambiental del territorio”, explica. 

En ese marco, desde Curiham recomiendan al gobierno provincial realizar una actualización de los estudios hidrológicos en la zona, así como también un relevamiento topográfico de precisión sobre el embalse, y restituir todo el sistema de mediciones del alerta hidrológico en la cuenca del arroyo Ludueña. Las sugerencias servirán para “despejar todo tipo de incerteza sobre la delimitación de los mapas de inundación en el embalse y en función de posibles cambios en los regímenes de lluvia, fundamentalmente en los cambios antrópicos que se han producido en la cuenca de aporte a la presa”. 


Pedido de informes


Una de las preocupaciones de los vecinos es el silencio de la sociedad en general y del arco político en particular respecto al tema. Los sectores y dirigentes que se hicieron eco del asunto de alguna u otra manera son pocos, y por eso los referencian de forma sencilla: la defensoría del pueblo, el diputado provincial Carlos Del Frade y el senador provincial Miguel Rabbia. Este último realizó un pedido de informes a finales de 2022 donde pidió conocer desde permisos y habilitaciones correspondientes hasta las titularidades de las tierras afectadas.

En la solicitud, el legislador advierte las posibles consecuencias de esa situación: “Actualmente se encuentran en desarrollo distintos emprendimientos urbanos, bajo la figura de barrios abiertos y/o cerrados, dentro de la zona del valle de inundación del arroyo Ludueña. Dichos asentamientos, de producirse una crecida del arroyo, corren serios riesgos de inundarse poniendo en peligro la vida de los habitantes como así también de toda la zona circundante al valle de inundación, al permitir un menor escurrimiento y absorción de agua”.

En declaraciones a este medio, Rabbia comentó que el pedido de informes aún no fue contestado aunque sí generó algunas repercusiones que derivaron en reuniones y visitas a la presa junto con autoridades provinciales. Los vecinos denuncian que hubo movimientos de suelo con intención de avanzar con las obras, pero el proyecto aún no cuenta con aval de provincia: la iniciativa está en evaluación y por eso ya hubo dos intimaciones a los emprendedores para que no se haga nada hasta no contar con las autorizaciones correspondientes. 

“Nos metimos adentro del embalse y vimos cómo están levantando el terreno, han metido mucha tierra adentro del embalse.  Ir a verlo sorprende porque ves el terraplén de cinco o seis metros de altura y adentro del embalse están levantando un metro y medio de terreno. Y sorprende sobre todo conociendo que eso se ha inundado con anterioridad”, manifestó el dirigente que, a su vez, no descartó que se tenga que dar marcha atrás con el proyecto: “Ha ocurrido en otros lugares que los emprendedores se han puesto a hacer obras y después tuvieron que retrotraer todo a su situación de origen”.

En ese sentido, el legislador diferenció la parte deportiva que ya se encuentra en funcionamiento de las viviendas residenciales que se quieren hacer en el complejo: “Una cosa es un lugar al que uno va a hacer deportes cuando las condiciones lo ameritan, pero otra es vivir en un lugar donde tenés que mirar el cielo para ver si a la noche hay que salir corriendo”. Entre los vecinos del lugar que vienen llevando adelante los reclamos circula una pregunta retórica: “¿Cuánto creen que van a tardar en romper el terraplén si ven que llueve y el agua les llega a sus casas?”.

“Desde lo personal quiero que nuestra región se desarrolle, quiero que las inversiones lleguen a nuestro territorio, quiero que tengamos trabajo para nuestros ciudadanos, pero a su vez no quiero que dentro de unos años estemos poniendo recursos del erario público para resolver esto. O peor aún, lamentando una catástrofe en el lugar”, expresó Rabbia. “Hay que cuidar esta gran obra que eliminó hasta el momento las inundaciones, principalmente de Empalme Graneros, pero también toda la zona norte. Desde que está la presa han hecho cuenca abajo múltiples barrios que antes no se podían pensar porque vivían llenos de agua”, recalcó. 


Vecinos organizados


Empalme Graneros tiene antecedentes de inundaciones, pero también de organización y lucha. Por su intensidad y los daños ocasionados, quizás la más recordada sea la inundación de 1986, cuando una serie de lluvias y tormentas que se extendieron entre el 23 y el 26 de abril produjeron el desborde del arroyo Ludueña, generando inundaciones en varios puntos de la ciudad, con epicentro en el populoso barrio del noroeste rosarino. Fueron unos 160 milímetros que dejaron unas 20 mil viviendas bajo el agua y alrededor de 80 mil personas afectadas. Las crónicas de la época hablan de calles con dos metros de agua. 

De esa catástrofe surgió la organización “Nunca Más Inundaciones” (Nu.Ma.In) conformada por vecinos autoconvocados que se encargaron de reclamar una serie de obras hidráulicas para evitar que los desbordes vuelvan a ocurrir. Los resultados de esa militancia son la presa del arroyo Ludueña y una serie de aliviadores y conductos que mejoraron el panorama ante las crecidas. En la vecinal destacan a Nu.Ma.In como un movimiento “trascendental en la historia política y social de Rosario” y un grupo “bisagra” para el progreso del barrio.  

Hoy Nu.Ma.In dejó de existir como agrupación, pero aún subsiste un grupo de voluntarios que se juntan ante cada amenaza de crecida o situaciones similares. El proyecto de urbanización de Damfield ya generó tres reuniones informativas entre los vecinos, la más importante se dio hace unos cuatro meses, cuando el intendente Pablo Javkin fue a anunciar una serie de obras para pavimentar calles del barrio. Aprovechando la presencia de autoridades municipales, los vecinos del barrio manifestaron esa inquietud, aunque hasta el momento sin demasiadas respuestas. 

Pese a la historia de Empalme, Ortolani se mostró sorprendido de la situación que les toca enfrentar como vecinal. “No imaginé que se iban a animar a hacer un emprendimiento dentro de un espejo de agua. La impunidad es absoluta”, expresó y agregó: “Estamos enfrentando un pool comercial muy grueso que tiene un sin número de ramificaciones de todo tipo. Pero van por todo. Cuando unos pocos hagan ese negocio, los muertos los va a poner la ciudad de Rosario”.

“Por ahora estamos pensando que hay ignorancia, vamos a darle el beneficio de la duda. Pero si esto sigue ya no es más ignorancia. Hay muchos que por acción u omisión son cómplices de lo que va a pasar. Nosotros no lo podemos permitir, no podemos darnos ese gusto. Es vergonzoso que quedemos como espectadores viendo el desastre que van a hacer. El llamado es para que todas las fuerzas vivas de la ciudad de Rosario salgamos a visibilizar este tema. ¿Qué esperamos? ¿Tener dos metros de agua y después hacemos una colecta de colchones?”, cuestionó. 


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