Puede tener sabor a remontada o funcionar de estímulo motivacional, pero las interpretaciones sobre el resultado electoral no modifican los hechos. Pasado el recuento de votos, la realidad sigue ahí. Con los mismos problemas y los mismos desafíos. Y el tablero de parcialidades en el plano legislativo se traducirá en la necesidad de generar nuevas líneas de diálogo para alcanzar resultados políticos concretos. Para el sector agroindustrial puede servir para avanzar hacia la consolidación como fábrica de alimentos, insumos, biomateriales, bioenergías y servicios ecosistémicos. Decir “campo” queda chico para abarcar desde las cerealeras exportadoras hasta las economías regionales y recorta las potencialidades de las cadenas agroindustriales.
En la primera semana poselectoral, los integrantes de la Mesa de Enlace renovaron la lista de reclamos ante el gobierno nacional. Los ejes principales fueron las exportaciones de carne y el trigo HB4, la variedad transgénica desarrollada por Bioceres junto a técnicos del Conicet y la UNL que recientemente fue aprobada en Brasil, el principal comprador. A su vez, la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina (Acsoja) presentó un informe sobre el impacto fiscal y cambiario, y señaló que “la Argentina en crisis no puede darse el lujo de ‘matar’ a su sector más productivo y eficiente”. Un ensayo de fuerza protocolar en medio del compás de espera hasta ver qué sucederá con el Fondo Monetario Internacional.
Decir “campo” queda chico para abarcar desde las cerealeras exportadoras hasta las economías regionales y recorta las potencialidades de las cadenas agroindustriales.
El 2022 no asegura replicar los niveles récords de este año, cuando por la mejora en los términos de intercambio la balanza comercial gozó de 5 mil millones de dólares extra. Durante todos los meses de 2021 las exportaciones de los principales productos agroindustriales fueron máximos en comparación al mismo mes del año anterior, y en agosto se registró el mayor valor de la historia. Sin embargo, ese ingreso de divisas al mercado no logró un fortalecimiento considerable de las reservas del Banco Central. Para el 2022, las exportaciones se proyectan en 35.966 millones de dólares, mil millones menos que este año.
La posible aceleración desde diciembre de la tasa de depreciación diaria tiene como principal efecto una postergación de las decisiones y un comportamiento de perfil más conservador. El posicionamiento del BCRA en el mercado de derivados financieros (dólar futuro) se reanudó desde agosto aumentando su posición neta vendida hasta los 1.170 millones de dólares a fin de setiembre. Estas operaciones buscan frenar las presiones devaluatorias pero, a la vez, siembran dudas sobre la capacidad para sostener la estrategia. Los cañones apuntan a la inflación desde tres frentes: ingreso de dólares, reducción de la emisión y coordinación de expectativas.
A fin de año, la Argentina tiene un compromiso de 1.800 millones de dólares correspondiente a la segunda liquidación del año del stand by firmado en 2018. Los fondos destinados serán los que llegaron a través de Derechos Especiales de Giro (DEG) repartidos por el propio FMI. De los 4.350 millones que el organismo envió, tras el pago de setiembre y el de diciembre, solo quedarán 750 millones. En enero, el gobierno debe desembolsar otros 738 millones, lo que prácticamente consumirá el total de DEG. Para febrero, los compromisos acumulan unos 379 millones de dólares con el FMI y 195 millones con el Club de Paris en función del acuerdo de junio que establecía dos pagos previos a la liquidación final de marzo 2022 por 1.900 millones de dólares. La intención gubernamental es postergar estos últimos pagos cerrando un acuerdo antes de la fecha de pago.
El asunto son las condiciones. Para eso, el llamado al diálogo invita a la oposición a brindar apoyo. Y en esa convocatoria, el agro tiene un papel fundamental. Si el criterio es lograr un equilibrio gradual del déficit fiscal a través de la mejora en los ingresos y no con un ajuste fuerte del gasto, las retenciones cobrarán una importancia aún mayor. A esas reflexiones se anticipan los dirigentes rurales al advertir sobre la presión fiscal y subrayar el incremento de costos a partir del aumento del petróleo y los insumos, con consecuencias sobre la producción en términos de márgenes, rendimiento y conservación. Desde la asociación civil Fertilizar indicaron que el 70 por ciento de los lotes que producen soja tiene nivel de fósforo por debajo de lo que necesita un cultivo normal y las aplicaciones se realizan sin relación con los ambientes, análisis de suelo ni la estabilidad del sistema.
El mayor valor de las exportaciones se espera para mayo, con despachos al exterior por 3.799 millones de dólares surgidos de los envíos estimados de maíz en grano y de productos del complejo soja. Aun logrando una reestructuración de la deuda con el FMI y la descompresión del impagable cronograma de vencimientos, la situación no deja de ser apretada. Con el ingreso del maíz tardío, en julio se espera un nuevo repunte con 3.770 millones de dólares. La meta de convergencia fiscal sin reducción de gasto supone reordenar subsidios con mayor eficiencia y progresividad, achicar la evasión impositiva y afianzar la recaudación desde la reactivación económica. Una de las iniciativas que deambulará como un mecanismo para crear trabajo e inversiones será la Ley Agroindustrial, que hasta ahora tuvo más fuerza declamativa que política.
Para la ganadería, el mapa global es muy favorable, pero las tensiones entre la dirigencia sectorial y el gobierno obstaculizan la producción. En lo inmediato, la amenaza de escasez de oferta desbarata cualquier proyección y muestra por delante precios difícilmente controlables. El jueves el ministro de Economía, Martín Guzmán, el de Producción, Matías Kulfas, y el de Agricultura, Julián Domínguez, se reunieron a raíz del aumento de la hacienda en pie en el Mercado de Liniers. Hubo, además, reuniones entre funcionarios y cámaras frigoríficas. La expectativa recae sobre la posibilidad de una administración más rígida de las Declaraciones Juradas en diciembre cuando aumenta la demanda, y no una elevación del volumen destinado para los acuerdos de precios. Para este año se espera una faena de 13 millones de animales, una disminución de un millón de cabezas respecto al 2020.
Salir de la imagen fosilizada del “campo” es un desafío para las autoridades políticas y para la dirigencia rural, a quienes les resulta cómoda la burocracia de la polarización. Los sectores “bio” comprenden la producción de los recursos biológicos renovables y su conversión en alimentos, biomateriales, forrajes, productos de base biológica y bioenergía. La bioeconomía emergió como una alternativa para crecer. La iniciativa empresarial supo aprovechar las oportunidades de mercado, los sistemas de promociones y las estrategias ofensivas antes las coyunturas adversas. Esta transformación productiva demanda el desarrollo de capacidades tecnológicas y la profesionalización del personal, un proceso que realizan las empresas tanto de forma autónoma como a partir de la vinculación con organismos públicos.
Los sectores “bio” comprenden la producción de los recursos biológicos renovables y su conversión en alimentos, biomateriales, forrajes, productos de base biológica y bioenergía
Por lo tanto, lo primero es fundamentar una visión que plantee una perspectiva superadora de los proyectos sustitutivos para integrar los avances sectoriales del pasado hacia una transición socialmente aceptable. Esto supone ampliar la base de acumulación a través de una inserción en el mercado internacional que permita generar empleo privado sobre una plataforma competitiva sólida y probada. A diferencia del siglo XX, cuando la Argentina llegó tarde a la competencia del modelo fordista, ahora el país puede acceder tempranamente y asumir un rol protagónico del nuevo esquema de desarrollo basado en la industrialización eficiente de la biomasa. Dependerá de vocaciones políticas y criterios de conveniencia tras la nueva distribución de poder. El país necesita lo que el agro tiene, que es mucho más que dólares.
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Hace periodismo desde los 16 años. Fue redactor del periódico agrario SURsuelo y trabajó en diversos medios regionales y nacionales. En Instagram: @lpaulinovich.