Connect with us

Hi, what are you looking for?

Política

Del “clon” Bermúdez al ARI trucho: picardías, avivadas y curiosidades de las elecciones santafesinas

A veces la política deja de lado su presunta solemnidad para dar lugar a hechos o situaciones tan insólitas que parecen irreales. Algunas más picarescas, que no tuvieron mayores repercusiones y apenas se las recuerda. Pero otras de fuerte impacto, que incluso tuvieron secuelas judiciales o derivaron en comisiones investigadoras, y que al día de hoy se recuerdan en el mundillo de la política. La candidatura de Yamil Sontoro a legislador porteño —con apellido y logo similar al de su principal competidor, Leandro Santoro— desempolvó algunas viejas historias de la política santafesina que, en ese tipo de avivadas, tiene antecedentes como para presumirse pionera. 

El cierre de listas a legisladores en la Ciudad de Buenos Aires dejó tela para cortar. Hasta última hora se especuló con que el referente del espacio Unión Porteña Libertaria, Yamil Santoro, incluiría a su hermano Leandro como cabeza de lista. La posibilidad generó el rechazo del peronismo, que ya había anunciado al diputado nacional Leandro Santoro como su candidato. Desde el espacio denunciaron que la maniobra buscaba engañar al electorado, que en el cuarto oscuro se encontraría con dos boletas, de dos espacios distintos, pero con un candidato con el mismo nombre: Leandro Santoro. 



Por si fuera poco, el armado de Yamil Santoro ya había estado en la mira de la Justicia por la presentación de un logo muy similar al de Unión por la Patria, pero con los colores de Juntos por el Cambio y la palabra “libertaria”. Todo en una misma bolsa. El logotipo le valió un pedido de impugnación ante la Justicia electoral por parte del justicialismo, que el Tribunal Electoral porteño terminó validando con una orden para que el espacio de Yamil Santoro rediseñara su insignia partidaria con el fin de evitar “malos entendidos”. Finalmente, será el propio Yamil quien encabece la lista y no su hermano, homónimo del candidato peronista.

La maniobra de Santoro resucitó viejas historias de la política rosarina y santafesina. En redes sociales, el diputado nacional por la provincia de Santa Fe Esteban Paulón fue uno de los que trazó paralelismos. “A la pesca de votos. En Santa Fe lo inventamos hace rato esto: logo y apellido. Tuvimos al ‘clon’ Bermúdez” escribió en su cuenta de X. ¿Quién fue?


Candidatos clonados


En las elecciones legislativas de 1997, en plena vigencia de la Ley de Lemas en la provincia de Santa Fe, el Partido Justicialista presentó 20 sublemas en Rosario para competir por un lugar en el Concejo. Una de ellas, “Rosario es posible” la encabezó Carlos Américo Bermúdez, un dirigente de carrera dentro del justicialismo. Con 20.291 votos no tuvo inconvenientes para acceder a una banca dentro del Palacio Vasallo. Aunque probablemente su caudal de votos podría haber sido mayor.

Es que la sorpresa de la elección la dio Rubén Oscar Bermúdez, hasta entonces un ignoto para la política rosarina. Era un actor rosarino, que encabezó la lista “Genera acción” y consiguió 11.337 votos en su debut electoral. En los pasillos de la política su buena performance electoral se atribuyó a la maniobra utilizada: imprimir su apellido en grande en la boleta de su sublema y su nombre en letra pequeña, más escondido, lo que llevó a muchos partidarios de Carlos Bermúdez a poner la boleta equivocada en las urnas. Desde entonces quedó instaurada la leyenda del “clon” Bermúdez.

Algunos sostienen que entre ambos existía un vínculo familiar, aunque no está del todo claro. Lo cierto es que la carrera de los Bermúdez siguió rumbos diversos. Carlos fue defensor del pueblo hasta 2008 y luego acompañó como candidato a vicegobernador en la fórmula que encabezó Omar Perotti en 2011. Diez años después, con el rafaelino en la Casa Gris, se sumó como el nuevo secretario de Comunicación Social del gobierno.

En tanto, la vida del “clon” continuó más alejada de la política, luego de cumplir su mandato en el Palacio Vasallo. Conocedores de la actividad parlamentaria de aquellos años lo recuerdan cercano al expresidente del Concejo, Pablo Cribioli. Otros, prefieren recordarlo como el Secretario general del Sindicato de Ladrones de Pasacassettes, uno de los personajes que interpretó como parte del elenco de Tato Bores. 



El “clon Rossi”


Una historia similar se repitió en 2005, aunque a esa altura los apoderados de los partidos contaban con los anticuerpos suficientes como para estar atentos a ese tipo de movidas. En aquella oportunidad, el entonces presidente del Concejo de Rosario, Agustín “Chivo” Rossi, anunció su salto a la escena nacional como primer candidato a diputado nacional del Frente para la Victoria en Santa Fe. Finalmente, las nueve bancas en juego se repartieron entre el peronismo y el Frente Progresista Cívico y Social, que encabezaba Hermes Binner.

Pero las curiosidades se dieron en la previa a los comicios, cuando la Junta Electoral debió aceptar una serie de impugnaciones planteadas por la oposición, que le cuestionaban al kirchnerismo el uso de la bandera argentina y los colores de la insignia nacional. El espacio modificó la boleta, pero como contrapartida pidió diferenciar la tipografía utilizada por el candidato del Movimiento por la Dignidad y la Independencia (Modín), que llevaba a Héctor Rossi como cabeza de lista.

Con el antecedente de Bermúdez bastante fresco, la prensa no tardó en hablar del “clon” Rossi. Se trataba de un dirigente de trayectoria en las bases del peronismo rosarino, de larga militancia en Empalme Graneros. En la previa al cierre de listas había anunciado sus intenciones de candidatearse para una banca al Concejo, jugando en la interna del peronismo. Pero sorprendió con un volantazo de última hora.

En una entrevista con La Capital, Héctor descartó las acusaciones en su contra y reivindicó su historia de militancia. “Rossi está en el Concejo por nosotros, por los votos que trabajamos. Por eso queremos poner en marcha la doctrina de Perón. Soy un viejo militante y él vino tarde”, aseguró. 

Posando para una foto donde se lo ve delante de un cuadro de Perón y Gardel, incluso defendió al “clon” Bermúdez: “Lo acusaron de trucho, pero vale diez veces más que ellos. Fue un señor concejal. Es mi amigo, aunque lo digo por su trabajo en el barrio. A los otros solo se los conoce porque salen por televisión”.



El ARI trucho


La historia del ARI trucho aún resuena entre los rosarinos. El escándalo se desató en las elecciones del 2001, cuando los resultados consagraron como concejala a Sandra Cabrera, del Polo Social. El partido había presentado varios sublemas, entre los cuales se destacaba uno denominado Ahora Reales Ideas, que en las boletas figuraban con su sigla en grande: ARI. 

La maniobra confundió a muchos seguidores del ARI nacional (Argentina para una República de Iguales), un espacio que en aquellos años gozaba de cierta popularidad bajo la conducción de Elisa Carrió. El fraude era bastante evidente en los números: en la ciudad el sublema consiguió 10.997 votos, cuando el promedio de las otras listas rondaba los 2 mil sufragios. En Santa Fe la situación fue peor e impidió el ingreso de Ricardo Mascheroni, el primer candidato de la lista que apadrinaba Lilita en la capital provincial. 

Días después de la elección la propia Carrió adelantó que judicializaría la elección a partir de “la estafa moral que se ha consumado” en Santa Fe y Rosario. En un escrito presentado en la Justicia, los dirigentes del ARI auténtico denunciaron que durante la campaña los espacios beneficiados “distribuyeron volantes de propaganda donde utilizaban ilegítimamente el nombre de la diputada Carrió y se atribuyeron abusivamente una representación que no tenían como oportunamente lo acreditáramos con la documental respectiva”.

El presunto ideólogo de la maniobra fue un personaje particular de la política santafesina: Raimar Ataide Da costa. Nacido en el norte de Brasil, Ataide emigró hacia nuestro país y se estableció en Santa Fe, donde comenzó a militar en el Partido Demócrata Progresista primero y en el Partido Autonomista después, del que sigue siendo el apoderado al día de hoy. Las miradas también se posaron sobre Mario Vallone, titular del Partido de los Jubilados. Los dos sellos formaron parte del armado del lema Polo Social.


Raimar Ataide

Ante las acusaciones por lo sucedido, lejos de negarlo, Ataide redobló la apuesta. Durante una entrevista realizada en el programa televisivo Entre Líneas, bromeó con que Ahora Reales Ideas también podría haberse llamado “Ataide Realmente Inteligente”. No es la única “avivada” que se le atribuye al brasilero, que ni lento ni perezoso, en 2007 anotó bajo su nombre el sello “Frente para la Victoria”. Ataide se excusó diciendo que lo hizo ante versiones de que gente cercana a Binner impulsaba la misma maniobra, y que esperaba el llamado de su amigo Jorge Obeid para la devolución de gentilezas. 

Pero lo sucedido con el ARI trucho también tuvo otras versiones que apuntaban a una propia interna dentro de la Alianza en la provincia, que por aquellos años comenzaba a fragmentarse al calor de las disputas entre Horacio Usandizaga y Hermes Binner. En concreto, una maniobra de la UCR provincial para quitarle poder electoral al ARI, que estaba en auge por aquellos años. Quien lanzó públicamente la acusación fue el entonces concejal Jorge Boasso, que sindicó al diputado nacional del radicalismo, Juan Carlos Millet, como el ejecutor de la maniobra.



Los argumentos de Boasso tenían varios frentes. Por un lado, una relación de amistad entre Millet y Vallone, que venía de larga data. Ese vínculo, que en principio no prueba nada, tomó otro color cuando Boasso recordó que el sublema con la sigla ARI había sido inscripto por Millet dentro de la UCR santafesina. El propio Millet reconoció esa situación, pero se defendió explicando que con Carrió fuera del radicalismo, se había abandonado ese sublema. No obstante, apenas se bajó la lista con ese nombre Vallone lo adoptó para su lema Polo Social. 

Otro dato que no es menor es la presencia de Adriana Dana en el cuarto lugar de la lista que encabezaba Sandra Cabrera. La dirigente venía de ser candidata apenas seis meses antes en la lista de Millet al comité departamental del radicalismo rosarino, en internas de la UCR en las que compitió contra Horacio Usandizaga.

Las versiones tuvieron mayor fundamento cuando se conoció que la sede del ARI trucho, ubicada en Italia 281, había sido utilizada previamente como el local partidario de Millet y su agrupación. “Sandra Cabrera actuaba en el local de Millet como dueña de casa, tenía las llaves y abría la puerta”, declaró a La Capital la dirigente del ARI Raquel Roberti, en medio del escándalo. 

El revuelo se extendió por varias semanas. Cabrera nunca pudo asumir su banca y con el tiempo dejó de reclamarla. Mientras tanto, en el Concejo se crearon varias comisiones con el fin de intentar determinar qué había ocurrido, pero después del escándalo inicial se fue diluyendo. Un concejal de aquellos años lo recuerda con una frase que se le atribuye a Perón: “Si querés que algo no funcione, creá una comisión”. 


Los sublemas de Bonacci


Quien también supo sacarle el jugo a la Ley de Lemas fue José Bonacci, que en 2001 logró acceder a una banca en el Concejo. Lo hizo presentando varios sublemas en los que en todos iba él como primer candidato. Con poco más de 8 mil votos, la maniobra lo convirtió en el primer concejal del Modín, el partido que tuvo como máximo exponente a Aldo Rico. 

Luego de conocerse los resultados de la elección, explicó su estrategia en una entrevista: “La táctica fue armar varios sublemas pero con la misma nómina de candidatos. Y que cada referente militara en favor de un sublema de manera que al final del camino se cuenten los porotos. Uno, por ejemplo, logró 1.900, otro 1.600, otro 1.300. No gastamos un peso en publicidad; nuestra plataforma fue la suela de nuestros zapatos. Ahora mi compromiso es cumplir con los compañeros y devolverles el trabajo”.

Esos cuatro años en el Concejo fueron los únicos en que ocupó un cargo público, aunque sigue siendo una figura presente ante cada elección. Hoy es titular del partido Unite que sirvió de estructura para las candidaturas de figuras como los futbolistas Hernán “Sapito” Encina y Ariel “La Chancha” Cozzoni en la ciudad; y a nivel nacional con la boxeadora Alejandra “Locomotora” Oliveras o la modelo Cinthia Fernández. 

Hasta el momento, el mayor acierto del espacio fue la candidatura de Amalia Granata a nivel provincial, la sorpresa de las elecciones en 2019, cuando obtuvo unos 300 mil votos que le permitieron obtener seis bancas en la Legislatura provincial. Ese acuerdo se rompió para estas elecciones, donde la mediática competirá en otro frente, como convencional constituyente. 

El sello, además, también aportó estructura para que Milei pudiera competir en el plano nacional. Su hija, Rocío Bonacci, es diputada nacional de La Libertad Avanza, por la provincia de Santa Fe. 


Facebook comentarios

Autor

Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

También te puede interesar