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Política

El peronismo santafesino en pausa, a la espera de un cara a cara entre Lewandowski y Cristina

“Está planteada, pero no confirmada”, dicen los que siguen de cerca una potencial reunión que tendría lugar la próxima semana (aseguran que martes o miércoles) entre la presidenta del Partido Justicialista a nivel nacional Cristina Kirchner y Marcelo Lewandowski, posible candidato para encabezar una lista de unidad para las elecciones de convencionales que van a reformar la Constitución de Santa Fe.

Es curioso que un encuentro del que está pendiente todo el peronismo santafesino no tenga ni día ni hora, y hasta sea negado por algunos de los dirigentes cercanos al senador nacional. “Eso es una operación”, contestan ante la pregunta. 

Una explicación posible sería que nadie quiere desairar a Cristina, al menos públicamente, y tampoco se sabe si finalmente no será ella la que cambie de planes. Por eso es mejor decir que no se hace y después ver qué pasa. También puede suceder que se concrete, pero que no haya acuerdo, aunque esto es menos probable.

“Si Lewandowski va, es para decir que sí”, deducen los que aseguran que el encuentro está agendado, aunque no se lo admita. Son los mismos que anticipan que el senador y ex candidato a gobernador va a hacer valer sus condiciones de mejor elector del PJ poniendo algunas condiciones.

Una de ellas puede tener que ver más con la elección de diputados nacionales que se disputará en agosto y octubre de este año que con la de convencionales, que se hará el 13 de abril. “No creo que le interese tanto sumar gente propia para la convención como que Miguel Rabbia encabece una lista para sumarse a la Cámara Baja”, aseguró una fuente que sigue el día a día de las roscas del peronismo provincial. Para esa carrera ya están anotados desde antes Agustín Rossi y Eduardo Toniolli.

Otro condicionamiento que podría hacer explícito Lewandowski pasa por excluir a algunos dirigentes del PJ con los que no quiere compartir candidaturas. El centro de su rechazo está con algunos senadores del partido, que ganaron y que perdieron, quienes podrían intentar volver a ser candidatos por sus departamentos. El problema es que ahora, además, conducen el partido a nivel provincial, y no es fácil completar una grilla con candidatos competitivos en los 19 departamentos. “Nos necesitamos todos”, explican desde el PJ oficial.

Ese planteo de Lewandowski, si se concreta, podría ser motivo de conflicto. Desde la conducción del PJ impulsan que jueguen en las elecciones departamentales los senadores que ya ganaron y los que perdieron por menos de cien votos, como Carlos Kaufmann en Garay y Cristina Berra en San Martín. Ni que hablar de Armando Traferri que buscará participar después de haber revalidado su banca en 2023. 

Lo concreto es que Cristina vuelve el lunes 27 de sus vacaciones en Monte Hermoso junto a su hija Florencia y su nieta Elena, y que la que viene es la última semana que queda para intentar acordar algo. El domingo 2 de febrero se deben inscribir las alianzas. Para eso el congreso del PJ del jueves último convocó a varios partidos aliados y no definió nada: ni siquiera si será un frente o una alianza o el nombre que llevará, y pateó la pelota para una semana después.

Todos los que fueron consultados para esta nota dicen aspirar a cerrar una lista de unidad que contenga a la mayoría de los sectores internos y partidos aliados que sea posible. Reconocen que esa nómina podría ser encabezada por Lewandowski, como mejor elector, e incluir a Diego Giuliano y a Roberto Sukerman, dos que dan con el perfil de equilibrio entre política y técnica constitucionalista. Eso por nombrar sólo a los primeros hombres de la lista de 50. Otro tema son las duplas mujeres que habrá que incluir por la ley de paridad.

Pendientes de la hasta ahora hipotética reunión con Cristina están Giuliano y las autoridades del PJ, que por esa razón convocaron a un nuevo encuentro definitorio para el próximo viernes en Santa Fe. Mientras, todos hablan con todos, pero se mantienen en suspenso y expectantes de lo que ocurra en el escenario principal.



Si se produce el milagro de un gran acuerdo en el PJ, hay una cosa clara: no va a participar en ningún caso el ex gobernador Omar Perotti, porque no lo van a invitar, acusándolo de haber metido al peronismo en este lío al votar la elección de convencionales sin Paso. Tampoco al rafaelino le interesa sumarse.

Los más críticos aseguran que pese a su negativa a presentarse para convencional, finalmente y sobre la hora, el ex gobernador va a inscribir una lista que lo llevará como candidato, y la va a encabezar. Pero el resto del PJ no lo cuenta ni para la elección ni para alguna estrategia dentro de la convención: “Si va a hacer número para alguien ese va a ser Pullaro; tal vez le ayude a completar la mayoría de 35 que necesita para aprobar su reelección”, aseguran probablemente con más bronca que información.

Si hay fumata blanca entre Cristina y Lewandowski, el que quedaría afuera de las negociaciones que había iniciado con el senador nacional es el ex diputado Rubén Giustiniani, que iba a hacer una alianza política con el sector del ex periodista deportivo.

Otra novedad es que uno de los que podría integrar esa lista de unidad del frente que conduzca el PJ sería uno de los convencionales que participó de la reforma constitucional de 1962, Miguel Kilibarda, que representa al MID, un partido que ahora estaba en disputa entre Lewandowski y las autoridades del PJ. Si hay unidad, le ofrecerían un lugar.

Los que reniegan de Lewandowski explican que tampoco hay que darle tanto: reconocen que es cierto que fue el más votado por el peronismo en la última elección, pero aclaran que eso fue posible con todo el peronismo atrás. “El número real del PJ son los 480 mil votos que sacó Perotti, no los 540 mil que obtuvo el último candidato a gobernador”, aclaran.

En los mismos cálculos, estiman que si el PJ va dividido tendrá que calcular el reparto de votos entre sus listas sobre ese número más chico, con lo que alguno tal vez no llegue al piso de los 72 mil votos que se necesitan para entrar al reparto de los 50 lugares, y el que más saque no superar los 150 mil. “¿Sirve eso para el 2027?”, se preguntan.

“Si pesa más la camiseta partidaria que lo personal, estimo que vamos a llegar a lograr un acuerdo, como siempre sobre la raya, faltando una hora para el cierre de listas”, dice uno de los dirigentes que está cerca de las negociaciones. 


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