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Sociedad

En el Gigante o en el Coloso, la misma sombra y el mismo nombre: “Guille”

Todos los caminos conducen, otra vez, a Ariel “Guille” Cantero. La imputación del líder de Los Monos como jefe de una asociación ilícita dedicada a explotar los negocios de la barra brava de Newell’s formalizó esta semana en el Centro de Justicia Penal algo que es vox populi en Rosario desde hace una década. Las acusaciones no sorprenden a nadie, pero la actualidad depara un agravante: Cantero y Leandro Vinardi, su mano derecha, siguieron activos cuando en teoría estaban en regímenes de aislamiento, con lo que el caso demuestra, también de nuevo, la inutilidad de la cárcel para interrumpir los circuitos del delito aun cuando se refuercen los mecanismos del castigo.

“Guille” también asoma en el compás de espera abierto por la sucesión de Andrés Bracamonte en la barra de Central. Su primo Leopoldo Carlos Martínez, “Pitito”, estaba destinado a ocupar ese lugar pero el asesinato de “Pillín” y las acusaciones de traición que corren en el ambiente lo implican en la trama: por ahora está imputado por encubrimiento y hurto agravados y falso testimonio, acusado de deshacerse del teléfono celular de Daniel Attardo, la otra víctima del doble crimen de Arroyito, y de mentir a los policías y los fiscales que lo interrogaron.

En mayo de 2023, en la audiencia de imputación de Guillermo Manuel Sosa como instigador del asesinato de Nelson Saravia, los fiscales Luis Schiappa Pietra y Matías Edery ya habían señalado que “Guille” era “el número 1” en la pirámide criminal y que existían facciones de la barra al mando de Vinardi, alias “el Pollo”, Carlos Damián Escobar, Pablo Nicolás Camino y Marcos McCaddon. En junio de ese año, a propósito del asesinato del músico Lorenzo “Jimi” Altamirano, los mismos fiscales dieron cuenta del enfrentamiento iniciado en noviembre de 2022 entre dos sectores alrededor de una deuda de 60 mil dólares no reconocida por Vinardi y también por el control de los negocios que ahora vuelven a la luz.

Los negocios asociados a la barra brava del club, según los fiscales Adrián Spelta y Franco Carbone, son el cobro de dinero aportado por la dirigencia ante cada partido disputado de local, especie de garantía para que reine la paz en el estadio; la reventa de entradas de protocolos; la organización de eventos en espacios del club; el cobro por estacionamiento en lugares públicos y el cobro de comisión por la venta de comidas y bebidas en los “carritos”. “Guille” Cantero era el beneficiario final, dijeron los fiscales.



El dueño de la parada


Los encargados de la barra rendían cuentas a Cantero sobre los ingresos obtenidos después de cada partido de Newell’s en el Parque Independencia. El manejo estaba a cargo de Vinardi, quien a su vez lo delegó en su pareja, Sabrina Barrías, quien por su parte lo puso en manos de Luciano Román Gallardo, el único de los tres que estaba en libertad.

Vinardi cumple condenas por secuestro extorsivo, asociación ilícita y homicidio en la cárcel de Ezeiza y la relación con “Guille” no está exenta de roces. En 2021 un imputado colaborador declaró ante la Agencia de Criminalidad Organizada que “el dueño de la barra es el Guille” y Vinardi “hizo cosas que no tenía que hacer, sumó puntos sin preguntar, quiso ocupar el lugar del Guille y al Guille no le gustó, lo sacó de vuelo”.

A fines de 2022, Vinardi se molestó a su vez con Cantero porque supuestamente no reaccionaba ante los ataques de la facción encabezada por Pablo Camino y Leandro Vilches, presos en Rawson. “Vos tenés la palabra para enseñar, para decir: Amigo, molestá al que tenés que molestar”, exigió el “Pollo”. La conversación fue interceptada por la Procunar el 2 de febrero de 2023, horas después del asesinato de Lorenzo “Jimi” Altamirano.

Cantero mantuvo una postura equidistante, ya que en principio Camino y Vilches no desafiaron su autoridad y plantearon el enfrentamiento como un problema con Vinardi, Escobar y el prófugo Gerardo “Dibu” Gómez, a quienes identificaron en el mensaje que dejaron los asesinos de Altamirano. Pero en el último juicio que afrontó en la Justicia Federal Cantero desconoció a Camino como parte de la banda. Fue una especie de excomulgación. 

Al margen de esas discordancias, Cantero pareció insatisfecho con el porcentaje que recibía de la barra hacia fines de 2023 y alentó las expectativas de Alejandro Ficcadenti para ocupar el lugar de Vinardi. “Ahora la barra la maneja una chica jaja, altos zapallos son ustedes. Tienen que ir a votación, compadre, ya no queremos más chicas, queremos unos barras buenos”, dijo “Guille” en una conversación telefónica, en alusión a Sabrina Barrías. Esas palabras sonaron como música en los oídos de Ficcadenti, conocido como el Rengo e imputado como parte de la banda que irrumpió en la casa de Nelson Saravia en octubre de 2021 y lo asesinó impiadosamente frente a su hijo y su sobrino, de 8 y 13 años.

Ficcadenti también supo decir lo que Cantero quería escuchar: con él al frente de la barra habría más beneficios para Los Monos. En tren de hacer méritos, pergeñó las intimidaciones contra la familia de Ángel Di María en la puerta del country Funes Hills y en una inmobiliaria, por lo que fue imputado, y encargó el asesinato de Luciano Román Gallardo, que salvó su vida porque no estaba en el lugar del ataque. Un joven de 16 años resultó baleado en este episodio, el 13 de julio pasado.

Cinco días antes, Ficcadenti y Sergio Di Vanni habrían participado en el secuestro del empresario Gastón Tallone en el barrio porteño de Abasto. Tallone permanece desaparecido y según la causa en trámite en la Justicia Federal se trataría de una venganza por un robo de cocaína y dinero, detrás de la cual estaría también Cantero. Con esta acción, Ficcadenti “buscó conseguir su aval en forma definitiva”, según la acusación de los fiscales rosarinos.

Pero no fue suficiente. O quizá Vinardi mejoró la oferta. Lo cierto es que el 22 de julio Diego Gabriel Cantero, primo de “Guille”, comunicó a las partes que “Pollo” seguiría con la concesión de los negocios de la barra. Ficcadenti se sometió al dictamen y devolvió un lote de entradas que ya le habían facilitado dirigentes de Newell’s; dos días después cayó detenido en Rosario junto con Di Vanni.



Teléfonos recompuestos


Cantero y Ficcadenti pudieron comunicarse “al menos desde el día 10 de enero de 2024”, según los fiscales Spelta y Carbone, a través de llamadas trianguladas. No fue la única forma en que burlaron las restricciones que rodean al líder de Los Monos en la cárcel federal de Marcos Paz.

El Rengo, como le dicen, visitó además a Cantero el 20 y el 22 de enero de 2024. Y el contacto siguió a partir de entonces a través de Diego Gabriel Cantero, quien todas las semanas llevaba las órdenes de “Guille” fuera de los muros de la cárcel y traía de regreso las novedades sobre la marcha de los negocios.

En los papeles del Registro Civil, Diego Cantero y “Guille” son hermanos, y ese vínculo autorizó las visitas. Pero en realidad son primos. El Servicio Penitenciario Federal cayó en otro engaño: según el portal Encripdata, José Uriburu se presentó en condición de abogado para arreglar una posible representación y con esa excusa se reunió diecisiete veces con el jefe de Los Monos entre 2023 y 2024, para tratar sobre asuntos referidos al robo de drogas y el secuestro de Tallone.

Vinardi está detenido en un pabellón de alto perfil de Ezeiza y pudo mantenerse activo con mayor facilidad: solo tuvo que usar el teléfono fijo del pabellón, a través del cual instruyó a su compañera para realizar “hechos intimidatorios y violentos que tenían como finalidad asegurar los negocios ilícitos vinculados a la barra brava y demostrar el poder que poseían sobre la entidad deportiva”, según la Fiscalía Regional número 2.

Según la investigación en curso, los dirigentes de Newell’s siguieron en tiempo real el enfrentamiento entre Ficcadenti y Vinardi y se inclinaron por negociar con el primero, ya que las exigencias de “Pollo” se volvieron crecientes e insaciables: “quería más camisetas, más plata y el estadio cubierto”, denunció el presidente Ignacio Astore, que desembolsó de su bolsillo dos millones de pesos para que ningún incidente empañara el partido de despedida de Maximiliano Rodríguez. En una conversación de septiembre de 2021, registrada por la Procunar antes que se hicieran las últimas elecciones en Newell’s, Cantero, Escobar y Vinardi coincidieron en que Astore era el mejor candidato. Pero el directivo no desea precisamente tal apoyo.



La ruta de la emboscada


Andrés Bracamonte cultivó relaciones tanto con los Cantero como con Alvarado, pero no siempre se puede quedar bien con Dios y con el Diablo. Si bien las diferencias no llegaron a un enfrentamiento directo, hubo fricciones y el desplazamiento de Pillín fue un plan B que Los Monos nunca descartaron.

El último roce se produjo en 2023 cuando Cristian Avalle, preso en Ezeiza y parte de Los Monos, intentó introducirse en el negocio de las viandas para los obreros de la construcción que explotaba Bracamonte junto con Carlos Vergara, el secretario general de la filial Rosario de la Uocra. Las tratativas fueron precedidas por balaceras contra sedes del gremio y siguieron a través de conversaciones en las que Vergara invocó la figura de Pillín para poner un freno a las demandas de Avalle: “Andrés mandó a decir que no le demos bola a nadie, ¿vos sabés quién es Andrés?”, dijo el sindicalista.

“No sé por qué se mete ese salame”, se quejó Avalle en otra comunicación interceptada y citó la información sobre la que hacía cuentas: “Nosotros sabemos que son como 2.500 viandas. El negocio que ellos tienen con Andrés, que lo tengan con Andrés. Lo que nosotros le estamos pidiendo se lo estamos pidiendo por nosotros. Entonces, ¿nos van a dar negocio? ¿Nos van a dar una moneda? ¿O directamente nos dicen no vengan más y no molesten más y nosotros ya sabemos lo que tenemos que hacer?” La situación no escaló porque quedó al descubierto dentro del conjunto de extorsiones, amenazas y atentados que la Fiscalía Regional le atribuyó a Avalle y sus cómplices en la calle a fines de 2023.

Previamente, Los Monos habían considerado a “Pitito” Martínez como sucesor de Bracamonte. Parece difícil que el barra ocupe ese lugar cuando fue acusado junto con su primo Marcelo Sebastián Martínez por llevarse pertenencias de Daniel Attardo minutos después del asesinato, entre ellas una riñonera donde estaba su teléfono celular.

La riñonera fue encontrada en la casa de Leila Navarro, pero el celular sigue desaparecido. La mujer es hija de Julio César “Cara de Goma” Navarro, asesinado en 2016 en circunstancias no aclaradas.

El fiscal Alejandro Ferlazzo sospecha que el celular en cuestión tenía la ruta de la emboscada en la que cayó Bracamonte. Al retirarse de la zona del Gigante de Arroyito en la noche del 9 de noviembre, “Pillín” siguió un camino que no era el habitual y esa alteración de la rutina habría sido sugerida en un llamado recibido por Attardo.

“Pitito” quedó ubicado en la escena del crimen en una posición que provoca todavía mayores sospechas. Según Ferlazzo, venía hablando con Bracamonte apoyado en la ventanilla del acompañante de la camioneta Chevrolet que conducía Attardo y se corrió cuando apareció el sicario que ejecutó a Pillín y a Attardo.

Bracamonte habría estado así totalmente desprevenido, ya que recibió los disparos instantes después de sostener la charla con su hombre de confianza. “Pitito”, agregó el fiscal en la audiencia de imputación, “se colocó a distancia de la camioneta cuando comenzaron a disparar” y después recogió el cuerpo de “Pillín”, herido de muerte.

El eventual conflicto entre Los Monos y Bracamonte sobrevoló el asesinato de Samuel Medina, yerno de Cantero. Allegados a “Pillín” afirmaron en cambio que ambos ataques provenían de sectores vinculados con la banda de los Menores. En el partido siguiente de Central un grupo de la barra mostró una bandera con la frase “No respetamos a nadie”; mutatis mutandis, es el mismo mensaje de la bandera con las imágenes del Mono, el Toro y el Pollo durante la despedida de Maximiliano Rodríguez: “Nosotros estamos más allá de todo”. Declaraciones de guerra con destinatarios que no se explicitan porque los autores y los receptores del mensaje no necesitan mayores aclaraciones.

El asesinato de Medina pareció desplazar a la interna de Central la contienda entre las facciones que disputaban el control de la barra en Newell’s. El panorama incluye la aparición de otros actores como Lisandro Contreras, imputado como organizador de una asociación ilícita en alianza con Pablo Camino, y el narcopolicía prófugo Jonatan Garraza. En ese horizonte cargado de incertidumbre, el 23 de enero Newell’s recibirá a Independiente Rivadavia en el Coloso del Parque Independencia.


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