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Sociedad

Etiquetado frontal, una ley a paso lento y sin control local en Santa Fe

El recorrido por las góndolas de un súper no deja de generar asombro. A los precios exorbitantes que no paran de subir, ahora se suman los sellos de alerta por excesos en los niveles nutricionales que muestra que los alimentos que se suponían más saludables no lo son. Es que hasta las galletitas de agua suman dos o tres advertencias.

Se trata de la implementación de la Ley de Etiquetado Frontal que asoma de a poco con los octógonos que alertan sobre exceso de azúcares, de grasas, de sodio o calorías en los productos envasados de consumo cotidiano. El impacto ya se percibe en la población que no sin sorpresas empieza a registrar los avisos en todo tipo de bebidas y alimentos procesados, incluidas barritas de cereales, yogures, y productos que se suponían más saludables.

Ese es uno de los grandes objetivos de la ley aprobada en agosto del 2022, desenmascarar a los alimentos que se presentan como beneficiosos para la salud y en realidad tienen tanto abundancia de azúcares como el paquete más dulce de galletitas. 

La ley busca la educación alimentaria de los consumidores, garantizar la información comprensible para, de esa manera, alentar a mejores decisiones acerca de lo que se ingiere. Un efecto también perseguido por la nueva normativa es que las empresas —para bajar la cantidad de octógonos en sus envoltorios— decidan avanzar en cambios en la elaboración de los productos con la intención de mejorar los niveles nutricionales.

El 16 de febrero finalizó la prórroga otorgada por el gobierno nacional a algunas empresas para implementar la medida y desde esa fecha todos los productos que salen de la planta de fabricación deben llevar los octógonos visibles, con fondo negro y letras blancas. Es por eso que comenzarán a verse mayor cantidad de envases alcanzados por los sellos de advertencia. Incluso si contiene edulcorantes y cafeína, el envase debe contener una observación acerca de que no es recomendable para niñas y niños. A partir de ese plazo las grandes industrias no pueden hacer publicidad, promoción ni patrocinio de alimentos dirigido a niñas y niños que contengan uno o más sellos.

Lo que se viene además en esta época en que se inicia el ciclo escolar es que en los kioscos que funcionan dentro de las escuelas no deberían venderse productos que contengan al menos un octógono, lo cual será muy difícil de cumplir ya que los alfajores, los snacks, muchas barritas y hasta las galletitas de agua muestran sellos de alerta.

Como sea en Santa Fe la implementación transita a paso lento y sólo las grandes marcas nacionales —a las que se les vencieron los plazos— muestran las etiquetas informativas en los paquetes.

La Secretaría de Comercio de Santa Fe avisa que no tiene autoridad para ejercer controles. “Puntualmente en la ley de etiquetado es autoridad de aplicación el Ministerio de Salud de la Nación. Nosotros intervenimos en lo procedimental de defensa del consumidor y lealtad comercial puntualmente”, afirmó Betania Albrecht, directora provincial de Promoción de la Competencia y Defensa del Consumidor.

“La normativa ya está fijada desde Nación y lo relacionado con etiquetado corresponde al área de salud, nosotros igualmente podemos prestar asesoramiento ante consultas sobre el tema”, aclaró la funcionaria en declaraciones a Suma Política.

Por su lado el titular de la Oficina del Consumidor de Rosario, Antonio Salinas, aseguró que son muchos los incumplimientos y que a pesar de que las grandes empresas ya tendrían que tener todos sus productos cumpliendo con la ley de etiquetado eso no es lo que se ve en las góndolas. “Por ejemplo en algunas presentaciones, las de mayor cantidad de producto tienen los octógonos y las de menor cantidad no”.

Además señaló otras irregularidades, como la utilización de fondos oscuros en las etiquetas. “La ley dice que tienen que tener letras y rebordes blancos, pero ya hay empresas que están diseñando fondos negros para disimular los octógonos, y otras que en vez de colocar el sello en la cara principal del producto, como tienen un envase cilíndrico, entonces aducen que todos los lados son importantes. Es el caso de Coca Cola, que está incumpliendo, y que en cada lugar donde esté el logo debería estar el etiquetado”.

Salinas remarcó otra de las obligaciones de la ley que las empresas buscan evadir. Se trata de la prohibición de publicar información nutricional complementaria en los envases. “Hay todo un debate porque hay firmas que quieren rediseñar la información nutricional utilizando un QR para evitar colocar las cantidades de ingredientes y redireccionar así a un link, y eso no es lícito”, explicó.

“En lácteos y en productos infantiles es en donde viene más lenta la implementación y donde más sensible debería ser. En snacks, cereales, galletas para niños es muy bajo el etiquetado, al igual que en aderezos; nosotros lo que hacemos es difundir los incumplimientos”, precisó Salinas, y advirtió que habrá que ver qué sucede en los próximos meses en las escuelas, donde no se podrán vender productos con al menos un octógono.

Por lo pronto recién a partir del 20 de noviembre la aplicación de la ley será obligatoria para pequeñas y medianas empresas, por lo cual la aparición de octógonos será paulatina durante el año, mientras son más las firmas que suman pedidos de prórrogas, buscan vericuetos para estirar la aplicación y diseñan ardides para incumplir.

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