Rezzara e Ivanowski. Son los nombres de dos calles del barrio Tablada que Pablo Javkin menciona antes de explicar las mejoras que se están haciendo para que dejen atrás la fama que tienen como territorios más violentos en Rosario. Este martes, a propósito de la visita a la ciudad de la ministra nacional de Seguridad, Patricia Bullrich, comentó que estuvo parado en una esquina de ese barrio donde “en los últimos doce años murió más gente que en la guerra de Malvinas”.
En una larga entrevista en el programa “Radiópolis” de Radio Dos, el intendente de Rosario minimizó las mezquindades políticas que hicieron que el gobernador no haya sido invitado a ese acto, o que la referente de La Libertad Avanza Romina Diez posteara en sus redes sobre la importancia de esa obra sin nombrar a nadie más que al presidente de la Nación.
“La política tiene sus cosas. Mi trabajo es conseguir que los vecinos puedan vivir como merecen. Lo que se logró en Tablada le cambia la vida a 1.800 personas. Mirá si me voy a fijar si me mencionan en un posteo”, contestó ante una pregunta sobre el tema.
Cuando habla de “lo que se logró” se refiere a que la Nación concretó el primer desembolso de fondos para una obra pública en Rosario. Desde la asunción de Javier Milei no se había empezado ninguna obra en la ciudad con fondos nacionales.
Por qué no estuvo el gobernador fue algo que no pasó inadvertido. Javkin prefirió no hacer foco en ese conflicto entre partidos y propuso tener otra mirada: “La gente estuvo contenta de que fueran los que fueron, así como lo estuvo cuando se metieron las fuerzas federales, cuando los fiscales allanaron y cuando se producen identificaciones con los patrulleros adentro del barrio. Porque el que más sufre a las organizaciones criminales es el que vive donde esas organizaciones se asentaron. La política está en esta crisis porque especuló más con lo que le conviene que en ver cómo la gente vive mejor”.
“No nos ganó el narco”
Javkin respondió sobre un tema polémico: las identificaciones policiales en la calle, en el medio de una controversia sobre si esa medida afectó a un alumno de 13 años de la escuela Gurruchaga. Dijo estar convencido de que esa práctica policial de identificación sirve y tuvo incidencia directa en la baja del delito que hay en la ciudad desde hace unos meses.
Incluso puso como ejemplo que el “líder” de 17 años de una de las bandas delictivas de Rosario, denominada “Los menores”, fue detenido a las tres y media de la madrugada en calle Urquiza al 1800, producto de un control policial de rutina.
Aseguró que “esa es una batalla que había que dar, porque si la gente no puede ganar la calle, el Estado no puede hacer nada más. El narcotráfico no era un fenómeno cuando nosotros luchábamos contra una razzia policial. Hoy es una realidad que mató a miles de pibes, varias guerras de Malvinas de pibes asesinados. Mirá si no implica tomar la decisión política de enfrentarlo”, fundamentó.
Afirmó que “hoy no se puede tener prejuicios porque las fuerzas de seguridad estén presentes en la calle”, aunque en sus tiempos de militancia estudiantil y juvenil haya estado en contra de esas mismas prácticas. “Fuimos una generación que sufrió al Estado reprimiendo a la gente buena, a los ciudadanos, y persiguiendo por razones políticas e ideológicas. Esa secuela quedó. Pero cuando hay organizaciones criminales capaces de matar a una generación de un barrio, no se puede tener esa misma mirada que teníamos nosotros, frente a un Estado que hacía persecución ideológica”.
Opinó que el resultado de esa idea del pasado hacía que el Estado no combatiera a una organización criminal, y criticó por eso al ex ministro nacional de Seguridad Aníbal Fernández cuando dijo que el narcotráfico en Rosario había ganado la batalla. “Eso mata a los pobres, porque ¿quién pone los muertos?, ¿cuánta gente murió?, eran pibes de los barrios”.
“Por experiencias que vivimos en otra época de nuestras vidas, no podemos ignorar lo que está pasando hoy, donde tenemos organizaciones que mataron. Tenemos que sacarnos de la cabeza la idea que teníamos de antes. No puede ser una discusión. La seguridad es un servicio público, y el Estado la tiene que garantizar. Eso se reclamó durante tanto tiempo. Y la prueba está ahora que haciéndolo bien, sin que demos nada por terminado porque esto es día a día, el cambio ya es muy abrupto”, dijo sobre la baja de los homicidios en la ciudad.
“Nos baleaban la motoniveladora”
No obstante, como intendente prefirió que el Estado “urbanice” antes que dedicarse a garantizar la seguridad, pero recordó que “puedo urbanizar Tablada porque tengo las fuerzas federales trabajando desde hace diez meses. Si no ¿cómo puedo poner una máquina ahí?”
Recordó que cuando empezaron las obras en Villa Banana, “nos baleaban las motoniveladoras. Y lo mismo pasó en Sorrento y Cullen”. Entonces se preguntó: “Qué hace el Estado frente a las organizaciones criminales?, ¿reproduce una filosofía impotente?”.
Con todo aclaró que “hay cuestiones que hay que mirar”, y sobre posibles excesos policiales advirtió que “si hay una situación, me hago cargo de la denuncia y me ocupo personalmente, como también lo hace el ministro provincial”.

Autor
-
Periodista. Licenciado en Comunicación Social de la UNR. Ex jefe de Redacción de La Capital. Twitter: @DanielAbba_
Ver todas las entradas
