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Política

La batalla en el peronismo escala a su máxima tensión: sin tregua y en todos los frentes

A todo o nada. Así parece el enfrentamiento entre el gobernador Omar Perotti y el senador Armando Traferri. Aunque muchas veces no sean ellos los que protagonizan la pelea, el detrás de escena esconde sus movimientos. Ahora la disputa tiene un capítulo institucional, y otro político, donde la novedad es que empezaron a amagarse con romper la unidad de los archipiélagos peronistas a la hora de definir el armado de las futuras listas de candidatos.

Primero fue el gobernador, quien con sus dos reuniones a solas con María Eugenia Bielsa pareció reflotar a una dirigente que venía devaluada después de su salida del gobierno nacional. Desde esos encuentros se empezó a hablar de que podría encabezar la lista de diputados nacionales de todo el peronismo santafesino, un lugar en el que con más consenso otros ven al diputado Leandro Busatto.

Ahora se sabe que la ex ministra nacional ya le habría confiado a sus allegados –al mejor estilo de Carlos Reutemann– que no tiene intenciones de ser candidata. Seguramente se dirá que nadie le ofreció nada.

A esa movida le respondió el propio senador Traferri cuando empezó a poner en duda el binomio Roberto Mirabella-María de los Angeles Sacnún –en ese orden o al revés– como candidatos seguros e incuestionables para seguir representando a Santa Fe en el Senado de la Nación.

Ambos quieren ir por la reelección, uno es impulsado por el gobernador Perotti, y la ex concejala de Firmat tiene el respaldo de Cristina Fenández. “El ministro Agustín Rossi sería mejor candidato, porque representaría a todos los sectores”, dijo el senador de San Lorenzo para poner en debate una definición que parecía cerrada.

“Esa insinuación a lo único que apunta es a decirle a quienes impulsan a los senadores actuales como candidatos que no les va a resultar fácil cerrar esa lista, pero nada más”, dicen desde otros sectores que le restan vuelo a la jugada.


¿Se arma una lista alternativa?


En paralelo, empezó a haber mar de fondo con los nombres que podrían integrar la supuesta única lista de candidatos a diputados nacionales (Santa Fe renueva nueve). Ya hay dirigentes del peronismo santafesino que, alejados de las conversaciones donde se decide, empezaron a reunirse con la idea de armar una lista alternativa que contenga al conjunto.

“Así vamos mal, nos llevan a la derrota, porque nadie va a trabajar en esta campaña. Por eso hay que ir a las Paso”, le comentan sin vueltas a sus interlocutores, entre los que dicen hay funcionarios del actual gobierno, dirigentes gremiales y varios legisladores de las dos cámaras.

Los más cautelosos recuerdan que el peronismo volvió a gobernar Santa Fe por dos cosas: la decepción de la ciudadanía con el socialismo por el tema seguridad y la unidad de todo el peronismo. “Ahora se están arriesgando ambas”, comparan.



Sain va el jueves al bloque del PJ


“No comparto la ausencia de Marcelo Sain”, tituló una comunicación de prensa el diputado Luis Rubeo, en una muestra más de la disonancia que existe entre los propios integrantes del oficialismo que llegó unido a la victoria electoral.

Se refería a la decisión del ministro de no concurrir a la citación de la comisión de Seguridad de la Cámara de Diputados, por disentir en las formas del encuentro y que éste no fuera abierto ni público.

Rubeo hizo un mea culpa y reconoció que la gestión de Sain “no encontró el rumbo para mejorar la situación que viene soportando la provincia desde hace más de 12 años”, y opinó que “las políticas de Estado tienen que estar por encima de los egos personales y cuando uno gobierna debe generar consensos”.

En ese marco, Rubeo criticó tanto “la actitud oscurantista y mezquina del Frente Progresista”, como “la tozudez del ministro”, y señaló que ambas “privan a la sociedad santafesina de poder conocer el verdadero estado de la seguridad”.

El sainete al que alude duró toda la semana. El primer reproche fue que la invitación se conoció antes por los medios, después siguió una insólita negociación por ver si era en la sala de la comisión o en el recinto de sesiones, si iban a estar o no los taquígrafos y si se permitiría el acceso de la prensa y las transmisiones por internet.

La decisión de Sain de no concurrir fue comunicada por el presidente del bloque del PJ, Leandro Busatto, quien habló de oscurantismo y ligó los secretos de la oposición con el estado actual de la seguridad en la provincia.

Ante ese cuadro, los diputados de la oposición decidieron redoblar la apuesta y reiteraron su convocatoria al ministro, y hasta se sentaron a esperarlo, aunque a esa altura ya habían flexibilizado en algo sus posturas. Permitieron los taquígrafos y se iba a poder usar el recinto de sesiones.

El único impedimento firme sigue siendo para la prensa, que podría hacer notas antes, durante y después, pero siempre al margen de la reunión, que seguiría siendo reservada.

Que Sain fuera el viernes que pasó a la puerta o convocara a los medios en el estacionamiento de la Legislatura fue una idea que llegó a evaluarse, pero desistieron porque las molestias también tenían otro motivo, bastante insólito.

Al oficialismo le desagradó que la fecha de la citación del ministro fuera un viernes previo al fin de semana largo de carnaval. Piensan que el día fue elegido adrede para diluir los efectos de las declaraciones del polémico ministro.

Por eso durante el fin de semana decidieron que Sain concurrirá finalmente el próximo jueves a la Legislatura, irá al bloque del PJ y expondrá los datos que presentó como informes de su gestión. Allí se invitará a los otros bloques para que pregunten y repregunten el tiempo que deseen.



La guerra de proyectos


Con el marco de esta compulsa política, en lo institucional también pasaron cosas. Se reactivó la investigación que tiene al senador Traferri en la mira y hasta hubo un pedido de los fiscales de inconstitucionalidad para que los fueros parlamentarios no impidan que el legislador sea imputado en una causa penal, después que el desafuero fuera rechazado por sus pares.

El Senado no tardó en responder. Desde uno de los bloques oficialistas se pidió un minuto de silencio por los muertos por la inseguridad, el mismo día que el ministro Sain protagonizaba el primer capítulo de su polémica citación a la Legislatura.

También hubo reproches de los senadores al gobierno por las repetidas demoras en mandar los fondos a las cámaras, y se volvió a pedir al Ejecutivo que envíe para su tratamiento las dos leyes que vetó y que se conocieron como “anti Sain”.

 “No estamos pidiendo nada raro, que mande el tema a extraordinarias porque cada mes son 50 millones de pesos en fondos reservados del Ministerio de Seguridad que se gastan sin rendición de cuentas. Y eso no puede esperar a que comiencen las sesiones ordinarias en mayo. Ya pasaron varios meses”, fundamentaron. La otra ley es la que refiere a la incompatibilidad de las dos funciones que tiene el ministro de Seguridad.

De menor intensidad podría calificarse la batalla entre el Ejecutivo y la Legislatura por ser quien marca primero la agenda. El Gobierno se había adelantado con el envío del proyecto para extender el mandato de los presidentes comunales de 2 a 4 años, pero después tuvo que apurar el paso para no quedar descolocado por sendos proyectos que ingresaron antes presentados por la oposición.

En resumen hoy hay tres proyectos bastante similares con el mismo tema:  transparentar las declaraciones juradas de los patrimonios de funcionarios y legisladores (uno del Gobierno, otro de la oposición de Juntos por el Cambio, radicales y Granata, y un tercero que ingresaron el viernes los senadores del NES).

El otro tema en el que se adelantó la oposición es con un pedido para establecer un tope al aumento de las patentes automotor: el radicalismo presentó una iniciativa que lo ubica en el 45%, que obligó al Ejecutivo a enviar a media tarde del viernes y sin tenerlo del todo consensuado con los intendentes Javkin y Jatón, su proyecto oficial que pone ese límite en el 40%. Todo por ver quien es primero o más amplio.

Como ocurrió con la discutida visita de Sain a la Legislatura, las formas terminan afectando el fondo de los problemas. “En Seguridad no se puede ganar, hay que aspirar a no seguir perdiendo”, reflexionó un dirigente del peronismo contrariado por el faltazo del ministro.

La única buena noticia para el peronismo es que el Frente Progresista no está mejor. Mientras el socialismo se debate en desgastantes negociaciones para cerrar un acuerdo santafesino para las elecciones internas –que ya no parecen ser un trámite para nadie–, los radicales siguen acelerando el motor de un acuerdo que tiene en la mira el armado nacional para el 2023. Y se entusiasman con ponerle un plazo al socialismo para que defina en qué lugar de la grieta quiere estar.


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