Este lunes 6 de mayo la Cámara de Casación Penal revocó la condena contra el policía Luis Chocobar, y ordenó que se realice un nuevo juicio.
Aquel policía, hoy de 36 años, fue incorrectamente declarado culpable tras matar a un ladrón en un enfrentamiento en el que el entonces agente policial intervino salvando la vida de un turista que estaba siendo asaltado y apuñalado por dos criminales, de los cuales uno -menor de edad- logró darse a la fuga.
Ahora, la Sala II de la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional dictaminó anular la condena y realizar el juicio nuevamente, atendiendo un pedido de la defensa de Chocobar para la nulidad del juicio que data de junio de 2021.
Desde el hecho acaecido hasta hoy, el oficial Chocobar renunció a la policía, estuvo en coma diabético y sufrió una pérdida de masa corporal de 43 kilogramos. No faltaron los medios, los políticos y agrupaciones que del sufrimiento de un oficial hicieron bandera política, amparados siempre bajo el telón ideológico de la doctrina más destructiva para la seguridad nacional y el cumplimiento efectivo de la letra de la ley en nuestro país: el garantismo de Zaffaroni.
Poco les importó en sus ardidas y rápidas condenas lo que en rigor de verdad terminó sentenciando la Justicia ahora: las pruebas estaban mal, y hubo una verdadera discriminación contra un oficial de policía. Una interpretación equivocada, en el mejor de los casos, bastó para que se intentaran llevar puesta la vida de alguien que puso su vida al servicio de cuidar a los argentinos.
Esta sentencia judicial es un importante paso para la Argentina en que vivimos. No faltó razón en los apoyos del expresidente Macri y la actual ministra de Seguridad Bullrich durante 7 años a Chocobar. No fue menor que la propia Bullrich pasara buena parte de ese tiempo declarando que, contrario a lo que muchos decían, la “Doctrina Chocobar es la doctrina del buen policía, la doctrina del que cuida a los ciudadanos de bien”. Y es un saludable signo en la restitución del orden público que la Justicia haya anulado la sentencia incorrecta.
No hay salida sin orden. La subversión de la paz amparada en doctrinas del derecho diseñadas para beneficiar al que delinque es una condena a la sociedad en su conjunto que ya no tiene lugar en la presidencia de Javier Milei.
El caso Chocobar tiene, además, un mensaje fundamental para los efectivos de todo el país, y especialmente para los que dan la incansable guerra sin cuartel contra el narcotráfico en las calles de Rosario. El comando de las fuerzas está en manos de personas convencidas de cuidar a quienes nos cuidan, de brindarles todas las herramientas necesarias y el respaldo político para terminar con la narcocriminalidad y su faceta narcoterrorista.
Ante los intentos de maximización del control de la cosa pública por parte de la criminalidad, los poderes del Estado están dando una respuesta contundente: sentencias conforme a una doctrina enfocada en proteger a quienes cumplen la ley y su deber por parte del Poder Judicial, la implementación del sistema acusatorio, vigente desde hoy en Santa Fe, permitiendo un desarrollo más transparente, efectivo y rápido contra la criminalidad, y el máximo despliegue de recursos e inteligencia, con el coraje para liderarlos en una lucha incorruptible y sin descanso, por parte del Ejecutivo.