En silencio, el bloque de la UCR en el Senado tuvo un gesto clave en la última sesión del jueves, colaboró con el oficialismo de LLA y el PRO, y hundió las chances de que los jubilados en la Argentina tengan al menos una modesta recomposición de ingresos durante el invierno, probablemente más frío de las últimas décadas. La UCR no aceptó tratar sobre tablas la media sanción que llegó de Diputados con la nueva fórmula jubilatoria y que tanto enardeció en su momento al presidente Javier Milei. Como en un juego de enroques, donde van oscilando entre el ala norte y la sur del Palacio, ese puñado de decenas de legisladores nacionales de la UCR, resultan, al cabo, la llave para que el oficialismo consigue imponer, por ahora, su estrategia parlamentaria.
Los diputados radicales, que vienen votando casi todo lo que pretende la Casa Rosada, en este caso de la fórmula jubilatoria, habian tenido un acto de insubordinación, y sacaron una media sanción. Pero sus propios compañeros, en el Senado, se encargaron la semana que terminó de “corregir”, y bloquearon el impulso que vino desde UxP. Recién a partir de agosto podría volver al recinto de la Cámara alta la fórmula jubilatoria. Para llegar, en el mejor de los casos, a los bolsillos de los 5,5 millones jubilados para fines de septiembre u octubre.
Es que el conglomerado radical y el PRO, junto al oficialismo estricto de LLA, dirán presente este 9 de julio en Tucumán, acompañando a Milei en su relanzamiento del pacto que iba a ser de Mayo y pasó a julio, luego de aprobada la ley de Bases, y del sostenimiento, también con la colaboración de la UCR, del decreto 70/23, que permanece vivo en Diputados, luego de un amplio rechazo con 42 votos en la Cámara alta. La UCR, cuando hace un pequeño gesto de adversidad a la política económica de Milei, de un lado del Palacio, luego lo neutraliza del otro, y todo queda en suma cero. Y Milei se alivia.
Es el modo radical de desplegar una astucia política que le permite incluirse bastante seguido en la conversación, tanto de uno como del otro lado del Río Bravo, un verdadero milagro de supervivencia de un partido político desmembrado, disminuido y que va rumbo a cumplir 25 años de su último fracaso en la Casa Rosada, el que lo dejó probablemente para siempre fuera de cualquier pretensión presidencial.
Con todo, el Pacto de Mayo (en julio, en Tucumán) incluirá un decálogo de definiciones genéricas que satisfacen a las derechas liberales de la Argentina, que bregan por ello mucho antes de la aparición de líder Milei, y que exceden desde ya al sector mayoritario de la UCR que estará allí como así también algunos actores sueltos (y minoritarios) de tradición peronista, que también estarán en la foto junto a Milei (con el gobernador local, Osvaldo Jaldo, como representante principal).
El Pacto de Mayo, levemente retocado para su versión del próximo martes, dice:
1. Inviolabilidad de la propiedad privada
2. El equilibrio fiscal innegociable
3. La reducción del gasto público a niveles históricos, en torno al 25% del Producto Bruto Interno
4. Una educación inicial, primaria y secundaria útil y moderna, con alfabetización plena y sin abandono escolar
5. Una reforma tributaria que reduzca la presión impositiva, simplifique la vida de los argentinos, promueva el comercio
6. La rediscusión de la coparticipación federal de impuestos para terminar para siempre con el modelo extorsivo actual que padecen las provincias
7. El compromiso de las provincias argentinas de avanzar en la explotación de los recursos naturales del país
8. Una reforma laboral moderna que promueva el trabajo formal
9. Una reforma previsional que le dé sostenibilidad al sistema y respete a quienes aportaron
10. La apertura al comercio internacional, de manera que la Argentina vuelva a ser protagonista del mercado global
En voz baja, cuando a los senadores de la UCR se les preguntó por qué no impulsaron el último jueves el tratamiento de la media sanción con la reforma de fórmula jubilatoria, deslizaban “el gobierno está acomodando la macro (economía) y no queremos alterar el acto del 9 de julio en Tucumán”. La llegada de Federico Sturzenegger (nacido en Rufino, Santa Fe) ya formalizado en el gabinete como ministro de Desregulación y Transformación del Estado, termina de configurar el perfil que tendrá la Argentina en el segundo semestre del año. La destrucción de las variables económicas se profundiza, aunque por ahora, permanece incólume la creencia de un amplio sector social y político (incluida la UCR), aunque tal vez ya no mayoritario, que el master plan liberal del nuevo ministro esta vez resultará positivo luego de fracasar con estrépito al menos en tres momentos distintos de la vida nacional en las últimas décadas.
Con el ascenso de la Ley de Bases, y el no tratamiento de una ley jubilatoria, el no cumplimiento del gobierno nacional con aportes coparticipables crece a niveles sin precedentes; por caso, a Santa Fe ya le deben unos 450 mil millones de pesos sólo del sistema previsional, desde diciembre hasta hoy. También, una paralización escalofriante de casi el 90 por ciento de la obra púbica en la bota santafesina, preocupa. La obra pública sostuvo con fuerza la actividad hasta el año pasado y redundó en múltiples beneficios para todos los ciudadanos.
Con todo, Maximiliano Pullaro, gobernador de Santa Fe y de la UCR, estará este 9 de julio en Tucumán, junto a un elenco amplio de gobernadores, aunque sin el acompañamiento de los peronistas clásicos, entre ellos Axel Kicillof, hoy ya perfilado como candidato principal de la oposición.
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