La situación ideal que había imaginado el oficialismo no se dio y, si bien el tema está definitivamente instalado en la actual conformación de la Legislatura, será necesario que el gobernador Maximiliano Pullaro se involucre personalmente (él y su gobierno) para que prospere un proyecto de ley que declare la necesidad de reformar la Constitución de Santa Fe.
A solo un día de que termine noviembre, todo indica que no habrá más remedio que una convocatoria a extraordinarias con ese tema habilitado por el Poder Ejecutivo Provincial y, lo más importante, parece que además se requerirá un pronunciamiento público del jefe político del mapa de la bota en algún tipo de convocatoria formal a la oposición justicialista, la única dispuesta a hablar de reforma.
Las reuniones se sucedieron, las conversaciones se multiplicaron, las ofertas y negociaciones sobre bases hipotéticas se concretaron, pero los seis votos extra que necesita Unidos para Cambiar Santa Fe en la Cámara de Diputados no aparecieron.
El último jueves de sesiones ordinarias ya prorrogadas se ha agotado sin que al menos se haya dado despacho a uno de los expedientes presentados en la Cámara baja. Es cierto que un proyecto que requiere una mayoría calificada de dos tercios puede antes con el mismo número tener un pedido de tratamiento sobre tablas pero eso sería, cuanto menos, poco prolijo.
Hay una pista importante: el perottismo presentó este jueves su propio proyecto de ley para la reforma parcial de la Constitución, con la firma de dos colaboradores directos del ex gobernador Omar Perotti, quien con sus silencios y sus últimos movimientos dentro del peronismo y sobre todo ante el oficialismo, ha recuperado centralidad. Parecía haberla perdido ante la figura de Amalia Granata, que acaparó la atención pública ante el ajuste sobre jubilaciones y sueldos de activos en la ley de reforma a la Caja.
En Diputados se admite al cierre de esta edición que no hay espacio para otro camino que pedir al gobierno provincial que habilite un expediente en el que irán los ahora nueve proyectos con que cuenta la Cámara.
Sin apuros
En la última semana de sesiones ordinarias, llegó un punto en que el objetivo de Unidos de iniciar el proceso de reforma quedó con la llave en poder del ex gobernador.
En aquello que la jerga legislativa denomina “la rosca” —ese paso de negociaciones y conversaciones anterior al “poroteo”— estuvo claro que solo de su bloque podrían salir los hipotéticos votos para llegar a 34 en Diputados y así contar con los dos tercios del cuerpo que exige la propia carta magna a modificar.
Ese mismo texto da 28 bancas al ganador de la elección en esa categoría electoral y por eso hoy radicales, socialistas y macristas requieren de esa deseada media docena más para que el partido de gobierno tenga entonces los dos tercios sobre 50 representantes, que pueden iniciar una reforma.
A solo 24 horas de que concluyan las sesiones ordinarias para la discusión política provincial comienzan a despejarse dudas. Conviene repasar las nuevas certezas y subrayar las que aún quedan.
1. No hay despacho. El presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara de Diputados, Pablo Farías, había convocado el miércoles a “determinar los artículos a reformar”, pero eso no sucedió. Hubo solo de parte de los autores de iniciativas reformistas y jefes de bloques un pronunciamiento político frente a lo que impulsó con todas sus fuerzas el oficialismo. Ahora, se aprueba solo un pedido bajo el formato de un proyecto de comunicación de la Cámara baja para que el gobernador lo incluya en extraordinarias.
En lugar de una media sanción, el oficialismo votó una preferencia para dentro de dos sesiones, otra vez, con un expediente en el que se encuentran todos los proyectos en danza en la Legislatura.
2. El ex gobernador Omar Perotti fue el centro de todas las miradas, sobre todo dentro del peronismo. Puede que con su silencio personal (no de su sector que siempre fue parte de la estrategia partidaria), haya hecho ver a otros justicialistas que no podrán jubilarlo tan fácilmente.
3. En tanto figure la palabra “extraordinarias” luego del viernes 29, el gobernador quedará de inmediato involucrado para una habilitación del tema reforma de la Constitución. No es lo que había diseñado el oficialismo, luego de ponerse de acuerdo puertas adentro en su cónclave del lunes 25 en Rosario.
4. Si lo anterior se confirma, se derrumbará la narrativa oficial que quería que todo el proceso fuera un asunto exclusivo de la Legislatura y de los partidos políticos, no del gobernador Pullaro, que a diputados y senadores remitió cada vez que se le hizo alguna pregunta al respecto.
5. Es verdad que los legisladores pueden pedir la habilitación de un tema. Pero ese acto, hasta el primero de mayo de 2025 requiere un decreto de la Casa Gris.
6. Está claro que una negociación con la oposición exige como garantía de cumplimiento que la Cámara de origen sea la de Diputados. Y que si este viernes los senadores votaran el proyecto de reforma del senador Joaquín Gramajo (de pasado en el PJ, hoy en el interbloque de Unidos) ya no habrá condiciones para acordar de forma institucional y públicamente entre oficialismo y oposición.
7. Las diatribas antipolítica de Granata incluyen amenazas ante los medios de ir a la Justicia y acusar al gobierno provincial de querer comprar votos en su bloque. Poco importa si hay o no la correspondiente denuncia judicial. Mucho pesan, en cambio, los efectos que ese razonamiento simplista (si votás así es porque te compraron) pueda llegar a tener en la opinión pública.
8. Será solo un acuerdo negociado y público el que permita avanzar en una reforma. Se sepultan las especulaciones sobre salir a cazar votos individualmente, uno por uno, con otros recursos bastante menos políticos y a tono con las acusaciones antes mencionadas. Esa operación, si llegó a ejecutarse, no alcanzó el número necesario.