Algo ha cambiado en los últimos años respecto a la gestión de problemáticas ambientales. La pandemia de Covid-19 trajo sin duda una nueva sensibilidad, al permitir que en la quietud se manifestaran plenamente los ciclos naturales. Por otro lado, la conflictividad ligada a las quemas en todo el humedal del Acuífero Guaraní puso en juego la necesidad de un accionar estatal más contundente frente al malestar y las protestas en los grandes centros urbanos. En esa línea en Santa Fe toma impulso la creación de un Área de Manejo Integral sobre el humedal del Jaaukanigás, que con sus casi 500 mil hectáreas es uno de los tres más grandes de la provincia junto con la laguna de Melincué y las islas del delta del Paraná.
El proyecto está siendo tratado en la Legislatura, donde esta semana distintos actores económicos de la región involucrada hicieron hicieron oír sus críticas a una eventual cesión de tierras fiscales de Santa Fe al gobierno nacional con el destino de crear allí un nuevo Parque Nacional.
Ubicado en el departamento General Obligado, el Jaaukanigás fue declarado sitio Ramsar en octubre del 2001.
Por su enorme diversidad biológica y su valor arqueológico, es considerado un área de importancia internacional. Su nombre proviene del pueblo abipón, parcialidad de la familia guaycurú que habitó esa región del chaco santafesino, y significa “gente del agua”. El Ministerio de Ambiente y Cambio Climático de la provincia se propone articular los recursos que actualmente se vuelcan allí sobre todo un mosaico de áreas protegidas y parques nacionales, bajo control de diversas jurisdicciones estatales.
“Estamos planteando una Área de Manejo Integral que tiene una reserva hídrica de 130.000 hectáreas y 9.000 hectáreas que confluyen en tres núcleos, integrando reservas y parques nacionales”, explica la titular de Ambiente, Erika Gonnet, a quien le ha tocado enfrentar situaciones muy desafiantes: bajante histórica del río Paraná, los incendios, la sequía. Todas emergencias donde el denominador común es la crisis climática, que empieza a ganar espacio en las agendas gubernamentales.
En el contexto de los incendios el gobierno provincial dio inicio a un programa que lleva el nombre de Regenera Santa Fe y que incluye, en principio, lo que se ha dado en llamar Inventario Provincial de Humedales, que también se está llevando adelante a nivel nacional. Por otro lado, se han ido ampliando las diversas áreas protegidas provinciales. La primera iniciativa en esta dirección fue dar gobernanza, allá por 2019, al Parque Nacional Islas de Santa Fe con sus poco más de 4.000 hectáreas de espacios dedicados a la conservación. La gestación del Área de Manejo del Jaaukanigás se inscribe en la misma dirección y se remonta a marzo de 2022.
El proyecto cuenta con el apoyo de organizaciones de la sociedad civil como la Fundación AVES y de reconocidos investigadores del área como Patricia Kandus, por la Universidad Nacional General San Martín, y Carlos Ramonell por la Universidad Nacional del Litoral.
Erika Gonnet lo describe así: “Iniciamos un camino: el de trabajar en la región con investigadores, con las organizaciones, con los intendentes y los presidentes comunales. Estamos impulsando esta acción junto con un consejo que integra a los diferentes actores de la zona. Por las características específicas de esta región nosotros estamos proponiendo un área de manejo donde lo que existe es un mosaico que integra reservas nacionales, provinciales y también municipales, como existe por ejemplo en Villa Ocampo”.
“Pasando en limpio —explica la ministra—, el proyecto consiste en un área de Reserva Hídrica Provincial y dentro de ella núcleos de Parques Nacionales”. Esta figura mixta parece ser la única con capacidad de contener la diversidad de jurisdicciones que coexisten.

Una oportunidad
El Jaaukanigás es para muchos santafesinos tanto un descubrimiento como una oportunidad. Si bien es cierto que para quienes se encuentran empapados en la agenda ambiental este humedal ya está en el mapa hace tiempo, la mayoría escasamente lo conoce. La provincia ha sido tradicionalmente expulsora en materia turística, pero eso ha cambiado desde la pandemia. Como indica Gonnet, “en este último tiempo el turismo interno creció de una manera exponencial, haciendo de Santa Fe uno de los diez destinos más visitados del país. También es cierto que proyectos como este ayudan a diversificar la matriz productiva, fomentando aquellas actividades que son más sustentables. La idea es que este proyecto pueda colaborar en la puesta en valor de este norte santafesino que a veces también es expulsivo, para que esto sea una oportunidad. Esta área tiene similitudes con los Esteros del Iberá —no son iguales, tiene similitudes— pero tiene la particularidad de que convive con la producción ganadera, que sin señalar a nadie es un tema. Creo que esta es una oportunidad también para que podamos evaluar las formas de producir, de qué manera y cómo. También entendemos que es una forma de que la gente tenga oportunidades y que, como dice el gobernador, tengamos arraigo, porque si bien este proyecto es un generador de oportunidades en lo que significa para el ambiente es importante que la gente no se quiera ir”.
Resistencias y críticas locales
Si bien el proyecto cuenta con el apoyo de varias fundaciones, organizaciones ambientalistas e investigadores especializados ligados a las universidades de la región, se han ido alzando voces críticas en las más importantes localidades de la región. Ya en el mes de marzo la Sociedad Rural de Reconquista señaló que “el proyecto cede al gobierno nacional el dominio (propiedad) y jurisdicción (decisiones y regulaciones) sobre un territorio que hoy son de dominio y jurisdicción provincial y municipal” anticipando su desconfianza frente al Estado nacional.
En Villa Ocampo, “productores, comerciantes, operadores y vecinos” reunidos en el Centro Comercial emitieron un comunicado en el que sostienen que “hoy la zona está mejor cuidada que cualquier Parque Nacional” y la localidad “es ejemplo de producción, explotación turística y protección” del medioambiente. “Comparado con muchos Parques Nacionales, en esta zona no hay depredación. De todas maneras —advirtieron—, si existiesen normas que no se cumplen ahora ¿Porque se van a cumplir después? El estado nacional no puede garantizar ni siquiera la seguridad fronteriza.
Si bien el proyecto sigue su curso en el poder legislativo, la polémica ya está abierta.
