Después del paso en falso que dio Unidos para Cambiar Santa Fe en la Cámara de Diputadas y Diputados, cuándo no logró reunir la mayoría especial para sancionar una Ley de Necesidad de Reforma Constitucional durante el período ordinario de sesiones, tuvo que terciar en la discusión un actor que manifestó en reiteradas ocasiones una peculiar indiferencia ante la propuesta de remodelación normativa: el gobernador de la provincia.
Por pedido de la Cámara baja, Maximiliano Pullaro debió estampar su firma en un decreto para habilitar el tratamiento en sesiones extraordinarias de, entre otros temas, los diez expedientes que solicitan una modificación de la Carta Magna santafesina.
Con el permiso del Ejecutivo sobre el escritorio esta semana comenzaron las reuniones entre legisladores para avanzar en la redacción del proyecto que se votará este jueves por la tarde. Los dos primeros encuentros se concretaron sin acceso para la prensa acreditada y participaron integrantes de la comisión de Asuntos Constitucionales que preside el socialista Pablo Farías, junto con los diputados autores de las nueve iniciativas sobre el tema —la décima es de un senador—. También estuvieron presentes el presidente de la comisión homónima del Senado, Rodrigo Borla, y otros pares, a excepción de los legisladores departamentales justicialistas que no estuvieron en ninguno de los tres encuentros.
El puntapié final
Recién este miércoles se concretó el punteo final de los artículos de la Constitución provincial que podrán reformarse. Serán alrededor de 50, lo que implica poner en debate casi la mitad de la Carta Magna. Entre los artículos habilitados destacan los que establecen la duración de las sesiones ordinarias, la extensión de los mandatos de las autoridades del Poder Ejecutivo y de los intendentes y presidentes comunales, y la religión de la provincia de Santa Fe.
Respecto a los temas nuevos a incorporar existen diferencias que aún no fueron saldadas. Por un lado habría acuerdo entre fuerzas para proponer que se otorgue rango constitucional, como “órganos extrapoder”, con autarquía financiera y funcional, al Consejo de la Magistratura, al Ministerio Público de la Acusación y al Servicio Público Provincial de Defensa Penal. Por el contrario, hay una severa resistencia de algunos bloques a incorporar temáticas respecto a nuevos derechos y garantías, como la independencia legislativa de la Defensoría del Pueblo, entre otras.
Entretiempo
Cuando estaba a punto de finalizar el cónclave, los presentes votaron un cuarto intermedio, actitud atípica en las reuniones conjuntas de comisiones. Algún legislador planteó en tono afable que tal hecho “jamás había ocurrido”. Restaba entonces definir una cuestión trascendente: las características de la elección constituyente.
En principio el resultado de esa discusión iba a conocerse en la reunión ordinaria de la comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara baja, convocada para este jueves. Sin embargo, el diputado granatista Emiliano Peralta propuso que no se dilate ese debate. Ante ese pedido, el socialista Joaquín Blanco ofreció dos caminos: tratar el tema en el encuentro convocado para tal fin, o hacer un parate a la espera de que vuelvan al recinto sus pares Celia Arena y Marcos Corach, del bloque que lidera el ex gobernador Omar Perotti, quienes se habían retirado previamente de sus bancas.
Tras el entretiempo parlamentario surgieron algunos imponderables que le agregan vértigo al tratamiento de la Ley de Necesidad de Reforma. El radicalismo propuso que la elección constituyente se realice junto a los comicios primarios locales de 2025 con un sistema mixto que incluya dos tipos de boletas: una por distrito único y otra de representantes departamentales. Esa definición es la que se plasmaría en el dictamen que se pondrá a consideración en la sesión de mañana y para la cual no prestarán acuerdo algunos legisladores opositores. Allí se generó uno de los encuentros más ásperos de la jornada: mientras hablaba el radical Martín Rosúa, argumentando su posición coincidente con lo planteado respecto a la utilización de dos boletas diferentes, lo interrumpió intempestivamente Peralta, con algunas recriminaciones que los cronistas parlamentarios no pudieron apreciar desde su lugar en las barras del recinto. Ni bien terminó Rosúa su alocución, se dio vuelta y respondió con vehemencia a la actitud del delfín granatista.
En tanto, la obligatoriedad de establecer un piso de un tres por ciento de votantes del padrón electoral para la elección de los convencionales constituyentes también fue motivo de un tenso debate. El Frente Amplio por la Soberanía, que iba a aportar los votos de Fabián Palo Oliver y Claudia Balagué, y no así el de Carlos Del Frade, anticipó que reconsiderará su votación si no se acepta su propuesta de evitar definir un umbral específico de sufragios, ya que eso “afectaría la representatividad”. En ese contexto, Unidos para Cambiar Santa Fe necesita que, indefectiblemente, acompañe la sanción todo el bloque del “perottismo”, compuesto por los diputados Omar Perotti, Marcos Corach, Celia Arena y Sonia Martorano —con excepción de Walter Agosto que ya anunció que no votará a favor—, más Juan José Piedrabuena (Del Barrio para la Gente) y Omar Paredes, quién confirmó que votará a favor, despegándose así de la postura negativa del bloque Somos Vida, que integra, y conduce Amalia Granata.
Con este escenario, el oficialismo conseguiría apenas los dos tercios de votos requeridos para alcanzar la mayoría especial necesaria. Lo que parecía definido este miércoles pasó a depender exclusivamente de que 34 legisladores no cambien su voto bajo ningún concepto. Algunos representantes de Unidos para Cambiar Santa Fe confían en que eso no sucederá y por consiguiente mañana la Ley de Necesidad de la Reforma Constitucional tendrá media sanción de la Cámara baja e ingresará al Senado para su tratamiento definitivo el próximo viernes.