Amalia Granata dice no tener ninguna inspiración política del país ni del mundo. Después de casi dos décadas en televisión, todavía no podría decir si este es el inicio de una extensa carrera política. Aunque no es precisa con su definición, defiende que ella no es de “la vieja política” como define a sus cinco ex compañeros de bloque. A un año de jurar como diputada provincial de Santa Fe y luego de haber quedado sola en un monobloque, se jacta de ser una “outsider”, alguien que vino “de afuera”. Afirma que en Argentina “el largo plazo es el lunes” y que por eso hoy no puede definir su papel en las elecciones legislativas del 2021.
A pesar de eso, el resto de los bloques políticos que integran la Legislatura santafesina ya mueven sus fichas y entre las conversaciones, llamados y reuniones Granata es una de las más solicitadas. Es que su debut en la Cámara de Diputados fue con 287.705 votos en junio de 2019. Encabezó la lista Unite por la Familia y la Vida —luego de una campaña centrada en la oposición a la legalización del aborto— que quedó tercera luego del Frente Progresista y del peronismo, y por encima de Cambiemos.
“El único sector con el que no tuve conversaciones es el peronismo”, dice. En los últimos tres meses tuvo reuniones con sectores del Frente Progresista y de Cambiemos. No descarta aliarse a ninguno de los dos espacios. Sólo ve como un obstáculo para establecer acuerdos la posición con respecto al proyecto para terminar con el aborto clandestino que se está discutiendo en este momento en el Senado, tras su media sanción en la Cámara de Diputados de la Nación. Sin embargo —y si bien su oposición es innegociable— piensa que “todo se puede conversar” para integrar un mismo espacio político.

Vieja y nueva política
“Estoy muy conforme, la verdad es que fue una buena experiencia”, resume Granata sobre su primer año como diputada. Se detiene en la particularidad de haber hecho los primeros pasos en la Legislatura en un año de pandemia. “Me llevé sorpresas buenas, la verdad es que hay compañerismo. Yo no sabía cómo iba a ser y también creo que para ellos fue una sorpresa, pudimos trabajar en total armonía, por más que pensemos diferente siempre se me respetó mucho y de mi lado también hacia ellos”, señala.
Para ella hay “un recambio de gente joven” y vincula este hecho con la cantidad de proyectos presentados: “Tiene que ver con la renovación de gente joven que tiene ganas de trabajar”. Granata figura entre las legisladoras que más proyectos presentó aunque destaca que fue una Cámara que trabajó mucho todo el año y que todos los legisladores estuvieron parejos.
En 2017, Granata se presentó por primera vez a unas elecciones nacionales pero fue en 2019 que logró un triunfo en las elecciones provinciales. Durante buena parte de su campaña política y luego una vez en el cargo, destacó que es una “outsider”: alguien que no estuvo vinculada a los partidos políticos tradicionales ni siquiera a algún tipo de militancia.
A un año de su asunción asegura que sigue creyendo en esta definición: “Quiero seguir siendo una outsider. Creo que una vez que te convertís o sos parte de esa política que para mí ya es vieja y hace daño es cuando dejás de ser la esencia por lo que estás. Quiero seguir en esta posición, no me quiero alejar absolutamente de la realidad. De hecho hasta sigo trabajando en un medio privado que es la radio y si puedo también trabajar de otra cosa para seguir estando en lo real. Porque lo que les pasa a muchos funcionarios es que están tantos años en la actividad pública cumpliendo diferentes funciones que se alejan un poco de lo real y no quiero que me pase eso. Me parece que es sano para todos los que están ahí adentro que suceda”.
La “vieja política” es justamente lo que asocia a sus ex compañeros de bloque. La primera ruptura fue incluso antes de asumir y la última fue hace dos meses. Hoy Granata no comparte bloque con nadie. Sin embargo, no explica qué es la vieja política y esquiva el tema: “Para mí ya está, ya pasó y ya fue. Es una experiencia que espero no me vuelva a suceder. Yo vengo de afuera de la política y la idea es mantener las convicciones o los ideales que vienen por fuera de ella. Cuando ya empezás a tener actitudes o cosas que hacen a la vieja política no van con lo que era mi ideal del espacio así que cada uno tomó su rumbo. No hace falta decir específicamente qué significa porque no quiero entrar en cuestiones que pasaron que son personales y entiendo que son adentro del espacio y no tengo por qué ventilarlas. Pero son prácticas de la vieja política que no tienen nada que ver conmigo”.

El largo plazo es el lunes
En 2021 hay elecciones legislativas y los diferentes espacios políticos ya están especulando posibles alianzas para ganar la mayor cantidad de votos. En este marco, Granata mantuvo conversaciones con integrantes del Frente Progresista y de Cambiemos aunque no recibió ninguna propuesta específica.
“Lo que les dije a ellos es lo que te voy a decir ahora a vos: para mí el largo plazo en Argentina es el lunes”, sentencia y agrega: “Acá todo el tiempo suceden cosas diferentes, hoy no puedo estar pensando en el año que viene. Primero me parece un poco una falta de respeto para la gente que hoy vive una situación muy complicada. Además falta mucho y todos los días pasa algo inesperado, así que tomar una decisión ahora o pensar qué voy a hacer en octubre del año que viene no lo sé, sería muy arriesgado e imprudente, me parece muy pronto pero sí me he sentado a dialogar con muchos espacios”.
En este marco habla de Maximiliano Pullaro, jefe del bloque de la UCR en Diputados y aliado del ex gobernador Miguel Lifschitz, y destaca que tienen muy buena relación. El ex ministro de Seguridad dijo públicamente que ve la posibilidad de un armado que incluya a Granata y elogió su “potencial político”.
“Conmigo ha sido muy buena persona y cuando yo a veces tenía dudas sobre el manejo interno de lo legislativo, me he apoyado en él o hemos dialogado y me ha ayudado mucho”, afirma la diputada. No determina si se ve más cerca del Frente Progresista o de Cambiemos pero ve compatibilidades con ambos.
“Con el Frente quizás el punto de inflexión y a conversar es el tema del aborto que ellos lo tienen muy arraigado y no es mi posición pero después en lo demás hemos tenido bastantes coincidencias. En Cambiemos el tema del aborto es ambiguo porque hay algunos a favor y otros en contra. Si me voy a las votaciones que tuvimos este año, creo haber disentido en muy pocas o haber votado diferente a Cambiemos. Más o menos coincidimos en lo que pensamos y hacia dónde vamos. Pero hay puntos que para mí son fundamentales que ahí hay una discrepancia y que deberían ser hablados en profundidad”, explica.
La postura con relación a la legalización del aborto puede ser un obstáculo para generar acuerdos, sin embargo Granata piensa que “en el caso de hacer un gran frente o alianza sería un tema ríspido que habría que ponerse de acuerdo. Mi posición es inamovible pero es cuestión de dialogar a ver cómo podemos congeniar o llegar a puntos de acuerdo sin que mi postura tenga que cambiar en ese sentido”.

La niñez, el gobernador y el intendente
Granata señala que uno de los temas que más la convoca —e invita a repasar sus discursos en el recinto virtual— es la niñez. “Como los niños no votan a los políticos no les importan”, plantea. “Cuando vemos los índices de la situación de pobreza que hay en la niñez, casi un 60 por ciento de niños pobres, pensá de acá a 10 años, esto va a ser muy complicado si siguen esos números. Me pareció muy preocupante lo que pasó con la educación este año que la tomaron muy livianamente como algo no esencial cuando justamente tenemos niños pobres y sin educación. Los chicos que son pobres no tenían la notebook en la casa para conectarse con la profe online todo el día”.
Habla sobre la gestión provincial y apunta contra Omar Perotti: “Vi un gobernador muy individualista, muy sin equipo y de hecho se ha visto porque han renunciado sus ministros. En el equipo de un gobernador lo principal son sus ministros y no veía que trabajen en conjunto. Se ve un gobernador muy individual y desconectado de su propia gente incluso dentro de la legislatura. Él pone un ministro de Seguridad que yo estoy más que segura que muchos de sus diputados y senadores están totalmente en desacuerdo, sus propios espacios están en desacuerdo con sus políticas porque a la hora de hablar se quedan callados porque estoy segura que no acuerdan pero no lo pueden decir”.
Recuerda, en ese momento, que es el peronismo el único sector político con el que no entabló diálogo para pensar posibles alianzas electorales.
Con el intendente rosarino Pablo Javkin no le pasa lo mismo que con el gobernador. Granata considera que sería injusta si evalúa su primer año en el Ejecutivo siendo que hubo una pandemia de por medio y considera que el intendente hizo un buen manejo de la crisis sanitaria: “Hacer un análisis de gestión con una pandemia sería poco objetivo de mi parte pero la verdad es que él me cae muy bien y me parece que le vino también a poner un poco de energía y frescura a la Intendencia”.
En 2017, cuando Granata hizo su primera campaña electoral, dice que recibió muchas críticas, “de todo, barbaridades, todo era críticas negativas y ataques”. Sin embargo, plantea que no le importó porque si se presentó fue porque estaba “emocionalmente preparada” para eso. “Seguí adelante, el año pasado me volví a presentar y bueno, pasó lo que pasó”. Más de 280 mil votos después, rupturas políticas de por medio, la flamante legisladora define paso a paso, día a día, cómo sigue su carrera política.
