“La economía estará estabilizada, pero la plata no alcanza, eso es así”, respondió un vendedor desde un puesto de ropa en la vía pública, avezado en detectar cambios de humores en la economía real. Con el repunte de indicadores financieros en las últimas semanas, el mercado festeja y el gobierno saca pecho. Pero un amplio sector de la sociedad, sin trabajo en blanco o informal, y jubilados, no sabe por qué no llegan al día veinte de cada mes, si la inflación es sólo del 2,7 por ciento. Este devenir asimétrico de la economía, que incluye euforia de unos y angustia en otros, son dos caras de un proceso que genera, al mismo tiempo, expectativas y dudas.
El ex ministro de Economía de Mauricio Macri, Hernán Lacunza, puso números a esta dicotomía en el marco de una entrevista en la red X. Allí saldó el interrogante: el descenso de la inflación no es todo para los bolsillos. Los gastos fijos, luz, gas, alquiler, expensas y transporte, aumentaron más que el resto de las cosas porque estaban atrasados, reduciendo considerablemente el ingreso disponible de cada familia; a modo de ejemplo, si en noviembre de 2023 le quedaba 100 pesos después de pagar gastos fijos, ahora le quedan 86.
Pero no es el único análisis que desoculta la verdadera incidencia del 2,7 por ciento de inflación, en gran parte de los bolsillos argentinos. Por ejemplo ¿cuánto incide el alquiler en la canasta de bienes que mide el Indec? Sólo el 3,48 por ciento, una ponderación muy baja, incapaz de mover el amperímetro de la inflación mensual, a pesar de que para cada familia representa la mitad o más de sus ingresos, después de haber sido desregulados por el decreto 70/2023, y trepar a cifras astronómicas.

Talón de Aquiles
“Ahora pareciera que todo se subordina al objetivo político de bajar la inflación, si esto implica no acumular reservas, bueno, no está acumulando reservas; si implica otro tipo de esfuerzo, se hará; como que es el único activo en materia de gestión económica que tiene el gobierno, si se saca la baja de inflación no queda nada. Los salarios están mal, la actividad económica está mal, los sectores económicos están mal salvo algunos puntuales”, explicó a Suma Política el sociólogo especialista en economía y analista de Cepa (Centro de Economía Política de Argentina), Juan Pablo Costa.
“El gobierno logra una relativa estabilización de las principales variables macro económicas a partir de poder revertir varios fenómenos, por un lado una recesión económica y caída de los salarios, dos elementos importantes que implican la desaceleración especialmente en el primer semestre”, dijo. Y explicó que lo que ahora se ve es que se frenó esa caída, pero no hay una recuperación estable, hay talones de Aquiles.
“También se ve un proceso de apreciación cambiaria, una baja del precio del dólar en términos reales, producto de sostener una tasa de devaluación del tipo de cambio oficial al 2% , con una inflación que estuvo todo el año muy por encima de eso, recién ahora está apenas por arriba, lo que implica un abaratamiento mes a mes del dólar oficial”, describió. Y dijo que a ese escenario hay que sumar el abaratamiento del dólar financiero, producto de ese ajuste gradual y regulado del tipo de cambio —crawling peg—, el aumento de la oferta de dólares en el mercado paralelo y la cotización a la baja de esta divisa.
“El gobierno tuvo la decisión política de resignar reservas en pos de profundizar la baja de la inflación, algo que le advierten economistas cercanos, a todo esto se suma el blanqueo que implicó una entrada importante de dólares que se liquidaron, esto contribuyó a un aumento de la oferta y por lo tanto a una baja de los dólares”, explicó Costa. Y dijo que “la conclusión de este devenir que movió las fichas en el tablero de las finanzas es la estabilización de las principales variables macroeconómicas, fuerte reducción de la volatilidad financiera, pero también un no despegue de la economía real que está más atrasada”.
“El costo de toda esta política, mal o bien, a algunos le gustará más a otros menos, pero el costo de esta política es que el gobierno no está pudiendo recomponer reservas, es su talón de Aquiles, porque en un escenario de volatilidad o si el mercado se da vuelta, será complicado sostener este esquema”, enfatizó. Y dijo que si bien esta estabilización genera mejoras en los índices de popularidad y consenso del Gobierno, “hay gente que no la está pasando bien”.
“Pero quien tiene trabajo registrado ve que la cosa mejora, la apreciación cambiaria también genera un efecto riqueza porque al abaratar el dólar es más barato viajar, son más baratos los bienes de consumo o aquellos bienes que utilizan insumos importados porque se abaratan en términos relativos, es como aquel deme dos, esta sensación mejora los índices de legitimidad del gobierno”, describió.
¿Por qué el presidente Milei cambió las medidas que anunció en la campaña? “No sé, el plan de dolarización quedó desterrado, de hecho lo que hay es un proceso de apreciación, en línea opuesta a la dolarización”, comentó Costa. Además señaló que en el primer semestre el programa económico fue bastante parecido a lo que planteó en campaña, con una política de fuerte licuación del peso, pero a partir de mayo o junio, se nota un quiebre cuando el Gobierno toma la decisión política de bajar la inflación a cualquier costo”.

¿Esperando el derrame?
Para Leopoldo Tornarolli, economista del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (Cedlas), e investigador de pobreza y desigualdad, dijo que “el impacto socioeconómico de las medidas que se tomaron en la asunción de Milei, en los primeros meses del año, tuvieron un impacto muy fuerte y si bien en los últimos meses mejoraron, porque la actividad empieza a dar algunas señales de recuperación, todavía estamos muy, muy lejos”.
“Es natural que los hogares sigan sintiendo que llegar a fin de mes es difícil, y esto supongo que va a seguir por un tiempo más, si bien la economía en 2025 puede sumar recuperación parcial, los niveles de vida no van a alcanzar los mejores de la última década, en algunos momentos de 2017, 2014 y 2015, con lo cual si bien las condiciones macroeconómicas mejoraron, es claro que todavía esto no se perfiló a las condiciones de vida de los hogares y no creo que lo haga en el corto plazo”, advirtió.
En su opinión, sería una buena noticia si las mejoras macroeconómicas fueran sostenibles, si efectivamente la inflación sigue bajando y se dan varios años de crecimiento de la economía, claro que eso es justamente lo que no puede afirmarse ahora y el hecho de no poder hacerlo es señal de la fragilidad del esquema que celebra el mercado. “Sabemos que en otros períodos de tiempo, 2011, 2017, 2022, se dio un proceso similar de baja de inflación, pero no fue sostenible porque el dólar estaba atrasado y en algún momento iba a saltar, ahora está la misma expectativa, dólar atrasado, caros en dólares, una corrección podría empeorar la inflación, la diferencia es que la situación fiscal ahora es mejor pero no estamos seguro si eso alcanza”.
¿Qué implica que la Argentina sea cara en dólares para asalariados y jubilados? “Que sea caro en dólares no necesariamente implica que en este momento tenga un impacto porque la gente gana y gasta en pesos, pero hay dos situaciones que sí pueden generar un problema, uno es si este proceso es sostenible y otro es que producir siendo caros en dólares, encarece lo que produce Argentina para el resto del mundo”. Claro que también permite, para quienes tienen poder adquisitivo, viajar y comprar en el extranjero. “Esto termina teniendo impacto en la cantidad de dólares que tiene el Banco Central y tarde o temprano termina teniendo un impacto en la economía real y en el día a día de la población”, aseguró.
Mientras el mercado festeja, el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (Rigi) aún no trae los vientos de cambio esperados, en las últimas horas incluso se modificó para incluir proyectos preexistentes, lo que supone que no están ingresando los dólares con los que parecía contar el gobierno. “Supongo que la situación económica de Argentina en los últimos años, y por más que el Gobierno ahora dé facilidades incluso leoninas para la inversión, aún creo que son insuficientes para generar confianza; quizás estén esperando un poco los resultados del año que viene, las elecciones legislativas”, aseguró Tornarolli.
¿De modo que sigue vigente el modelo del derrame de la copa? “Creo que el gobierno espera que haya ese efecto, según los pronósticos al menos en 2025 se va a recuperar un poco la economía y cuando se dé esa recuperación, aunque sea parcial, haría que los niveles de vida mejoren en todos los sectores, pero acá el juego es si efectivamente es algo sostenible, un veranito no alcanza para construir un país para mejorar la situación de vida y para lograr más reducción de la pobreza”, enfatizó. Y dijo que el 52,9 de pobreza del primer semestre fue un salto enorme, como hace tiempo no se veía, y el porcentual del segundo semestre que se conocerá en marzo rondaría el 45 por ciento.
