“Por un radicalismo que quiere unir y gobernar el país”, rezan los carteles que aparecieron en la vía pública (al menos porteña) tras la elección de Gerardo Morales al frente del partido. La expresión de deseo iba acompañada del rostro del jujeño. Pero si la UCR aspira a unir el país en dos años, tiene dónde ensayar. Tras el triunfo de Juntos por el Cambio (JxC) en las elecciones de medio término, si hubo algo que no primó en la coalición opositora fue la unidad, el “juntos”. Las fisuras dentro de su partido desembocaron en una ruptura en la Cámara de Diputados, lo que a la vez derivó en un interbloque conformado por 10 bancadas que, hasta la fecha, no tienen conductor. Esta semana se reunió la mesa nacional de JxC y hubo algunos gestos por parte del gobernador que aspira a ser presidente. Además, se puso fecha para ungir al nuevo líder del interbloque en Diputados: mediados de febrero.
“Es parecido a lo que era el Grupo A, pero con sello de interbloque”. Así describió una fuente que conoce muy de cerca la dinámica de JxC en la Cámara de Diputados. Es que el espacio, que cuenta con 116 diputados, se quedó sin conductor el 10 de diciembre.
Las fichas estaban puestas en renovarle la presidencia al cordobés Mario Negri. El diputado tenía el visto bueno de los jefes de la Coalición Cívica (CC) y el PRO: le reconocen que durante seis años condujo con eficiencia la coalición. Además de que apenas registró tres fugas desde que Alberto Fernández es presidente.
Pero su derrota en la provincia de Córdoba fue el argumento que utilizó el sector que responde a Martín Lousteau no solo para vetar su candidatura como jefe del interbloque, sino también del bloque. Los 12 legisladores no tuvieron éxito. El cordobés cosechó la mayoría de las firmas de sus correligionarios y retuvo la presidencia del bloque UCR.
Los 12 detractores terminaron haciendo rancho aparte y conformaron el décimo bloque: Evolución Radical, que también preside un cordobés, Rodrigo De Loredo. Se hicieron de la “vocería” que tanto reclamaban. Aunque sí lograron vetar a Negri al frente del interbloque.
Ahora bien: ¿quién conduce entonces la bancada en la que conviven desde Margarita Stolbizer hasta Ricardo López Murphy, pasando por Fernando Iglesias y Martín Tetaz? “(Silvia) Lospennato hace esfuerzos sobrehumanos, pero no hay realmente un trabajo de ‘interbloquismo’”, observó una fuente.
Es cierto: la diputada del PRO fue la que lideró el operativo Bienes Personales que, con un covid positivo y una diputada en Disney, además de un legislador porteño de viaje por Berlín, derivó en un resultado opuesto a lo esperado. A contramano de las promesas en campaña de JxC de “no subir impuestos”, el oficialismo se anotó unos porcentajes extra en el gravamen. Todo esto por el precio de un voto.
El faltazo de la cordobesa que estaba en Disney con su familia no hizo más que reavivar la grieta radical. El ala más tradicional apuntó contra Lousteau por dejarla ir a 12 días de asumir. (Álvaro González le había pedido permiso al presidente de su bloque para asistir al casamiento de su hija en Alemania semanas atrás). Desde el entorno del senador porteño reprocharon convocar a una sesión sin tener los números suficientes.
Puentes
En medio de los chispazos, el jujeño tendió algunos puentes en pos de la unidad radical.
Luego de haber desbancado a Lousteau de la vicepresidencia del Senado, Morales le hizo un guiño para que no quedara afuera de la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio. Esta semana, la conducción nacional tuvo el último encuentro del año. Allí definieron los criterios para integrarla. Es que algunos presidentes de los bloques que surgieron el 10 de diciembre pedían una silla allí. Pero se la negaron.
“Va a ser una asamblea”, argumentaron.
“No hay reducción, prácticamente. La Mesa Nacional se mantiene con los presidentes de partidos, que pueden ser acompañados por otro integrante que resuelva la mesa de conducción del partido; bloques y gobernadores”, dijo el jefe de la bancada de la UCR en el Senado, Luis Naidenoff, apenas terminado el encuentro.
El acompañante de Morales será Lousteau, según confirmó uno de los laderos del jujeño. Días antes, el porteño también había sido ungido vicepresidente del partido en la convención radical. ¿Fumata blanca?
Pero en esa declaración, Naidenoff pasó por alto que también integrará la nueva conducción Mauricio Macri, por su condición de expresidente. Así lo especificaba el documento que hicieron circular minutos después.
De ese texto también se desprende que sí hubo reducción.
El listado de participantes no incluye a exgobernadores de JxC. Alfredo Cornejo, que gestionó Mendoza entre 2015 y 2019, logró recalar en la mesa chica por ser jefe del interbloque de JxC en el Senado. Pero, ¿y María Eugenia Vidal? ¿irá como “acompañante” por el PRO? ¿la llevará Patricia Bullrich? El PRO también tiene sus internas. Y ahí hay una.
Cuestión de números
Limadas las asperezas con Lousteau, los radicales que responden a Morales aspiran a reunificar el bloque en Diputados. Pero admiten que es difícil. “Seguramente en marzo arranquen las negociaciones”, auguró un integrante de la mesa nacional. “Yacobitti no quiere saber nada”, dijo otra fuente que ve improbable que esas negociaciones lleguen a buen puerto.
Pero, si los 12 rebeldes vuelven, no será gratis. La presidencia del Interbloque fue uno de los pedidos que hizo Emiliano Yacobitti en la previa a la ruptura. Pero ese reclamo ya fue descartado: el sector que responde a Negri les explicó que ese lugar no le corresponde a la UCR.
A mediados de febrero (el 18 y 19), se llevará adelante el primer encuentro de legisladores nacionales y la mesa de JxC en la provincia de Santa Fe. En ese evento Cristian Ritondo será coronado jefe del interbloque.
La explicación es sencilla: el bloque del PRO que él preside es el más numeroso. Si seguía Negri era por acuerdo entre los tres principales jefes de bloque (UCR, PRO y CC). De lo contrario, la bancada se regiría por parámetros netamente numéricos. Y así será.
Desde el entorno de Negri ven con cierto alivio que sea el ex ministro de Seguridad bonaerense el encargado de lidiar con un bloque tan heterogéneo en el que más de uno buscará protagonismo desde su banca y en que la pelea por quién es el “más duro”, como ocurrió durante el debate del presupuesto, será moneda corriente. El 2023 está a la vuelta de la esquina.
“¿Sabés lo que va a ser conducir ese loquero?”, ironizó una fuente que mira con cierta tranquilidad el nuevo escenario.
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Periodista acreditada en el Congreso de la Nación. Cronista.com, Radio Perfil, y DiputadosTV. En Twitter: @ddeurieta
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