Dios, y el cruce con la política

“Viví en La Cava toda la vida, pasé carencias y ahora tengo la oportunidad de cambiar esa realidad desde el Estado. Acá la novedad es que nunca antes hubo un secretario de Estado que provenga de un barrio popular, y continúa viviendo allí”, dice Ramona Fernanda Miño, secretaria de Integración Socio Urbana de la Nación y militante social de toda la vida en el conurbano bonaerense.
La religión también forma parte de su formación. “Soy una persona de fe, profesora de catequesis, con la preocupación de llevar la lucha de la tierra y la vivienda. Y de repente la política se cruzó en mi camino y pasan estas cosas. Creo que es obra de Dios”, dice la funcionaria. Aunque, en un plano terrenal, para su nominación tuvo mucha incidencia el dirigente Juan Grabois.
“Todavía me veo de muy chica jugando en un basural, en una laguna muy cerca de mi casa, y soñando con una vida mejor —recuerda Ramona—. Esos sueños, los de hoy, pertenecen a esa nena de hace cuatro décadas atrás”.
