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Política

Nación acusó el golpe del pedido de los gobernadores por las retenciones y ensayó su contrataque

No hizo falta que los mencionara para saber que fue una respuesta a sus reclamos. Tampoco quedaron dudas de que el gobierno nacional acusó el impacto. 

Poco después de que los gobernadores de la Región Centro advirtieran sobre el riesgo del colapso del campo y pidieran que Milei cumpla con su promesa de bajar las retenciones, el ministro Luis Caputo tomó la lanza y cargó contra provincias e intendentes. 

La buscada prolijidad en los gestos de Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Martín Llaryora (Córdoba) y Rogelio Frigerio (Entre Ríos) no tuvo correlato —como ya es habitual— en la respuesta. Los gobernadores hicieron una conferencia de prensa; Caputo les contestó con un posteo X. 

El ministro exigió que las provincias hagan más ajustes y aseguró que uno de los objetivos del gobierno es bajar impuestos; después disparó contra las administraciones provinciales. 

El mensaje tuvo tono de confrontación. “Vamos a hacer siempre el mayor esfuerzo posible por bajar impuestos, pero sin comprometer la estabilidad macroeconómica”, dijo en uno de los párrafos del posteo. “Todavía no hemos visto a ninguna provincia reducir Ingresos Brutos, sin lugar a dudas el peor impuesto que una economía puede tener”. 

Caputo fue a fondo con el tema. “Al contrario, muchas lo han subido y algunas a niveles aberrantes. Ni hablar de algunos municipios que están directamente estafando a sus vecinos con tasas municipales que no tienen ninguna correlación con las prestaciones que brindan, es decir, contrariamente a lo que dice la ley”. 

Como una dinámica habitual de su estrategia, el gobierno nacional entiende que su mejor defensa es el ataque. Caputo, fiel a esa lógica, no dijo nada concreto sobre la promesa oficial de bajar las retenciones. No habló de fechas ni de porcentajes. Tampoco respondió a la advertencia sobre el riesgo de colapso en el campo. Enumeró logros de la macroeconomía, la eliminación del Impuesto País y aseguró que “bajamos el impuesto más importante de todos, que es el impuesto inflacionario”.

Asimismo aseguró que “la ortodoxia fiscal y monetaria no es negociable”. Para finalizar invitó a entender que “la forma más saludable para bajar impuestos es bajando el nivel exorbitante de gastos que aún hoy algunas provincias y municipios tienen”.  



Así empezó


La situación se disparó después de que los gobernadores de la Región Centro pidieran cambios en la política para el campo, pero sin romper ningún puente con la Casa Rosada. “Tenemos que llevar esta voz de advertencia y preocupación al gobierno nacional, que entendemos que sabe lo que está sucediendo”, manifestó Pullaro. “Nosotros entendemos que el gobierno nacional va a escuchar”, dijo después. 

Parece que al ministro Caputo el pedido de todos modos le hizo ruido.

El primero en plantear la situación fue Frigerio. “El sector más importante de las tres provincias de la Región Centro está sufriendo una crisis muy profunda por una presión impositiva muy alta, precios internacionales que están bajando, costos en dólares que están subiendo y, por si fuera poco, una situación climática adversa. Por eso los tres gobernadores de las provincias agropecuarias más importantes del país estamos en alerta”, detalló. 

Llaryora recordó que las tres provincias acompañaron diversas iniciativas del gobierno nacional “que eran necesarias para que la Argentina avance”, al mismo tiempo que “pusieron stop” en las que creían malas. “Si no se toman medidas el campo va a terminar fundiéndose. Y eso es un motor que pierde el país, porque no vas a recaudar nada de retenciones si nadie siembra y nadie cosecha”, expresó. 

Cuando le llegó el turno, Pullaro fue por el mismo camino que sus pares de Córdoba y Entre Ríos. “Nosotros estamos de acuerdo con la baja impositiva que va llevando adelante el gobierno nacional y con sostener el equilibrio fiscal. Lo hemos hecho en las tres provincias que nos toca representar”, advirtió. “Pero entendemos que, en función de la baja de impuestos a la que se ha comprometido el presidente de llevar adelante en la Argentina, el próximo impuesto que debe bajar tiene que estar asociado directamente al campo. Tienen que ser las malditas retenciones”, sostuvo el santafesino. 

También señaló que las cargas impositivas en Santa Fe son bajas para el campo. Por el impuesto inmobiliario rural Santa Fe recaudó 14 millones de dólares en 2024, mientras que invirtió 343 millones de dólares en políticas destinadas a los sectores productivos. “Es más de 22 veces lo que invirtió la provincia de lo que recaudó. Con lo cual no nos pueden decir a nosotros que el problema de la presión fiscal tiene que ver con los tributos que cobramos”, sostuvo Pullaro. 

“Hemos puesto todo lo que teníamos para poner. Nos comprometimos a que todo lo que recaudemos por el inmobiliario rural vaya a un fondo de infraestructura productiva. Bajamos a cero la presión impositiva y desde ese lugar seguimos apostando al campo en la Argentina”, finalizó. 

Los mandatarios anunciaron que las tres provincias de la Región Centro volcarán la totalidad de los recursos provenientes del campo en infraestructura rural. 



Otros conflictos


Es cierto que, en escala, las retenciones al campo son quizás la mayor preocupación de Santa Fe. Pero lejos está de ser el único motivo de reclamo en la relación con el gobierno nacional. Otros dos temas muy complejos son los fondos que dejó de enviar para la Caja previsional y la falta de obras públicas en las rutas nacionales. Nación incumple absolutamente con sus obligaciones establecidas por ley.

La deuda de Nación con la Caja previsional de Santa Fe es de unos 800 mil millones de pesos, de acuerdo a las estimaciones formuladas por distintos funcionarios provinciales. En agosto del año pasado, la provincia demandó ante la Corte Suprema de Justicia que la Nación restablezca los anticipos mensuales automáticos que establece la ley y reclamó la inconstitucionalidad de los decretos que determinaron el cese de esos pagos de “manera inconsulta e intempestiva”. 

Si bien la deuda no corresponde en su totalidad a la gestión de Milei, lo cierto es que desde que asumió el presidente libertario Nación dejó de girar absolutamente todos los fondos que le corresponden. 

Otro tema que ha llevado a los funcionarios santafesinos a peregrinar por los despachos oficiales en Ciudad de Buenos Aires es la falta de inversión en las rutas nacionales. El deterioro es alarmante y conlleva, obviamente, riesgos para quienes circulen por las mismas. 

El 16 de diciembre pasado, el ministro de Obras Públicas, Lisandro Enrico, describió la situación. “Para el Gobierno central las rutas nacionales no existen, no les importa, no les interesan. La situación es insostenible”, advirtió. 

El ministro denunció que “no cortan el pasto, no tapan los pozos, no tienen proyectos, cambian las cosas todo el tiempo, y políticamente nadie pone la cara. La Nación cobra impuestos al IVA, Ganancias, no saca las retenciones, pero no pone un peso en las rutas. Esa es la realidad: nadie habla de rutas nacionales porque es un tema que está en el interior y este es un gobierno que tiene una mirada muy porteña, es una porteñocracia, y la verdad es que no les importa”. También recordó que “el gobernador pide que si no reparan las rutas, se las pasen a la Provincia”. 

Santa Fe está atravesada por 2.700 kilómetros de rutas nacionales cuyo deterioro se agrava día a día; las rutas 11, 33 y A012 son algunas de las que están en peor estado.

Sobre fines de año, Nación anunció partidas para comenzar con las  reparaciones. El grueso de esos fondos llegará en 2026, mientras que porcentajes menores comenzarán a ejecutarse este año.


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