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[Suma Urbana] “La planificación sobre los recursos ambientales es lo urgente”

[Suma Urbana] “La planificación sobre los recursos ambientales es lo urgente”



Gastón D. Bozzano


La deforestación de las islas frente a las costas de Rosario, provocada por incendios deliberados, modificó sensiblemente la agenda de trabajo de los urbanistas rosarinos. Para la arquitecta Maira Cimolini, directora de Ordenamiento Territorial del Ente de Coordinación Metropolitana Rosario, “la planificación sobre los recursos ambientales es lo urgente” y, en esa dirección, sostiene que urge “precipitarse con todos los recursos de las políticas públicas para minimizar el impacto negativo de los actores económicos sobre el medioambiente”.

Cimolini, con una profusa participación en instancias del planeamiento municipal desde hace más de veinte años, afirma que “son muchos y asertivos” los logros que se verifican en la ciudad en esa área, al tiempo que puntualiza que uno de los desafíos actuales radica en “una planificación del uso del suelo, pero el suelo como recurso —aclara—, como bien productivo en sentido amplio”.

En el marco de las conversaciones de Suma Política con protagonistas de la planificación urbanística de Rosario, Maira Cimolini, en este reportaje, opina que cualquier plan urbano metropolitano debe estar sustentado en la solidaridad, se muestra optimista respecto del regreso de los trenes a la ciudad y piensa que las cuentas a saldar se centran en “el déficit de vivienda y los problemas socio culturales devenidos de la precarización habitacional y la falta de servicios”. Si bien al respecto investigaciones y propuestas no han faltado desde la planificación, “es una problemática —apunta la arquitecta— que exige un financiamiento que excede las políticas locales”.


Ideas para un sistema ferroviario y tranviario en el área metropolitana (Gentileza ECOM)

¿Qué implica que Rosario asuma definitivamente una identidad metropolitana? ¿La tiene asumida o aún no?

—Tengo mis reservas respecto de tomar una ciudad como sujeto de acción; en todo caso Rosario y las ciudades en general son objeto de planificación, de reflexión y, por supuesto, de acción colectiva. Eso que se entiende como identidad metropolitana a mí me gusta pensarlo de forma orgánica y aplicar el concepto para definir a una persona que tiene un sentido de pertenencia a otros lugares, por fuera de la jurisdicción donde vive. Es la idea del “ciudadano metropolitano”.

¿Cómo sería eso?

—Este ciudadano usa un hospital de alta complejidad en un municipio cercano al de su residencia, recorre largos trayectos para llegar a su lugar de trabajo y pasea por un parque de gran superficie, al que frecuenta sólo en ocasiones especiales. Todas actividades que suponen desplazarse una distancia lo suficientemente corta, como para volver a su casa en el día. En este sentido, asumir esa identidad es un proceso que está en pleno desarrollo. No es lo mismo ser residente de Rosario que de una pequeña comuna. Hay como una suerte de alter ego expectante por apropiarse de sus derechos y obligaciones…

¿Y cómo hacen las localidades aledañas a Rosario para pensarse, también, desde una perspectiva metropolitana?

—De alguna manera, es lo que te decía antes: la clave reside en imaginar un nuevo territorio, como si la división interjurisdiccional no existiera. Un área donde se identifican problemáticas y potencialidades comunes, y donde la posibilidad de ser abordadas en forma conjunta aparece como una buena oportunidad. Un proyecto de esa magnitud toma relevancia únicamente gracias a la convicción de los gobernantes locales que apuestan a un plan basado en la solidaridad.

¿Qué querés decir con eso?

—Que se necesita asumir roles complementarios para armar un mecanismo de orden superior, donde cada pieza es única e irremplazable. Tenés una institucionalidad novedosa, pero sobre una estructura espacial antigua, y entonces las grietas empezarán a aparecer sin estos valores.

¿Pensás que la planificación estratégica logra su cometido en Rosario? Sus frutos se verifican a muy largo plazo…

—No tengo ninguna duda en cuanto a los logros, son muchos y asertivos. Desde el Ente de Coordinación Metropolitana hemos desarrollado instrumentos que conjugan la planificación estratégica con la territorial, obteniendo unos planes de nueva generación muy útiles y funcionales a los plazos de las gestiones de los gobiernos locales. Un Plan Urbano Local tiene un planteo con una perspectiva a quince años y contiene proyectos estructurales de largo plazo, pero también otros posibles de ser ejecutados en el corto. Tanto unos como otros plantean transformaciones dirigidas a sectores sociales diversos, que serán protagonistas o testigos de esos cambios.

¿Cuáles son los indicadores para saber, cabalmente, si una planificación urbanística fue exitosa o no?

—Pienso que una planificación urbanística es exitosa cuando se concreta espacialmente, cuando tiene claramente identificado a quién se dirige con objetivos concretos y es, además, lo menos burocrática posible.



La ciudad tiene una historia de planificación estratégica, planes reguladores que se redactaron hace casi un siglo, otros más recientes, ¿cuáles te parece a vos que son las asignaturas pendientes?

—En realidad, no tiene que ver con el anacronismo de uno u otro instrumento lo que mantiene deudas pendientes, sino que los cambios sociales son tan vertiginosos que hay temas que conviene abordarlos con soluciones ad hoc. Por ejemplo, el déficit de vivienda y los problemas socio culturales devenidos de la precarización habitacional y la falta de servicios. Este es un tema que se aborda permanentemente en los planes y sin embargo es la mayor deuda en materia urbanística. Sería injusto no reconocer todas las investigaciones y propuestas al respecto, pero es una problemática que exige un financiamiento que excede las políticas locales.

¿Y qué ha sido lo más meritorio, lo más celebrado?

—La apertura al río: la sucesión de proyectos y programas desarrollados a lo largo de la ribera del río Paraná, incluso de los arroyos Ludueña y Saladillo. En este sentido, Rosario es pionera en el área, pero el resto de las localidades presenta un idéntico potencial, especialmente hacia el sur, aunque el corredor norte también ofrece parcelas con un magnífico potencial. En el marco de la gestión de esos proyectos se diseñaron nuevos mecanismos de compensación para lograr un mayor equilibrio entre los que más ventajas obtienen y los que menos se favorecen. Este es otro hecho meritorio.


Ideas para la protección de las riberas y una trama de parque regionales (Gentileza ECOM)

Te pregunto por el nivel de participación colectiva que tiene actualmente la planificación urbanística en la ciudad, ¿se ha retrotraído a una instancia más tecnocrática?

—Puedo contarte mi experiencia… pienso que no. Por el contrario, en los últimos planes desarrollados, los equipos técnicos conformamos más bien una especie de órgano consultivo conjunto con la ciudadanía, representada en sus instituciones, con un alto grado de participación. La gente quiere ver que su opinión es tenida en cuenta y entonces participa. Organizar la instancia participativa requiere un gran compromiso; nosotros lo abordamos con una metodología específica en talleres en los que expusimos propuestas y la gente intervino a partir de ahí, es decir, a partir de un diagnóstico. La idea es acotar ese universo para iniciar un proceso bottom-up, o desde abajo hacia arriba, que termina en la propuesta del plan.

¿Quiénes deberían participar de esa planificación? ¿Cuánto de interdisciplinaria debería ser?

—Nosotros consultamos profesionales de las ciencias políticas, la estadística, las ciencias económicas, agentes de áreas productivas, sociólogos, ingenieros ambientales. En fin, todos aquellos que tengan algún aporte para el desarrollo de políticas urbanas. Lamentablemente, esta confluencia de saberes no garantiza el éxito de una buena planificación, porque, en definitiva, en la medida en que no sean consultados los ciudadanos se hace cada vez más difícil demostrar la eficacia de los nuevos instrumentos.

¿Qué tópicos nuevos, innovadores o urgentes, debería contemplar una planificación urbanística hoy? Pienso en el medio ambiente, pienso en el fuego en las islas…

—La planificación sobre los recursos ambientales es lo urgente. Por un lado, una planificación del uso del suelo, pero el suelo como recurso, como bien productivo en sentido amplio, y por otro, y más urgente, precipitarse con todos los recursos de las políticas públicas para minimizar el impacto negativo de los actores económicos sobre el medio ambiente.



¿Y los trenes? ¿Habrá trenes de cercanía en la ciudad en el corto plazo? ¿Es posible?

—Es totalmente posible y no me refiero exclusivamente a lo técnico. En la dirigencia política vemos convicción. Todavía no puedo identificar dónde está enraizada esta falta de iniciativa, pero supongo que los tiempos de ejecución de una obra de esa magnitud trascienden los tiempos de los mandatos. Existe una infraestructura posible de ser adecuada, los costos para la ejecución total serían más o menos razonables, la localización de las estaciones estaría definida prácticamente. Soy optimista al respecto.

Se discute mucho por estos días, cada tanto florece lo mismo, sobre si se debe o no construir en algunos lugares, si más o menos pisos en los edificios, ¿qué opinás al respecto?

—No creo que se discuta tanto el tema, me parece que lo que sucede es que se cuestionan permanentemente las leyes aprobadas por una gestión anterior, como algo cíclico, a lo largo de décadas. Subyace una vocación reformista constante que a veces debilita la capacidad de nuestras normas, además de generar dudas respecto de su transparencia. No quiero decir con esto que el Código Urbano sea un instrumento que no admita revisión, pero creo que esa revisión debería tener por objeto pensar la ciudad a la luz de una necesidad social legítima. El crecimiento poblacional no es lo suficientemente vertiginoso como para necesitar cada vez más metros cuadrados, eso está claro.

Pero cada vez se construye más…

—Como te decía antes, un plan urbanístico exitoso está destinado a favorecer a un sector específico de la sociedad y eso está bien, pero no se resuelve el problema de acceso a la vivienda con el incremento de la construcción. Los metros cuadrados que se incorporan no son metros vacíos; son casas y departamentos, generalmente de valores altos en relación a la superficie y comodidades que ofrecen. Esto es poco seductor para un núcleo familiar estándar, a punto tal que estas personas siguen optando por lotes amplios con pocas condiciones de urbanidad ubicados en alguna localidad no tan lejana.

Si el objetivo es evitar la expulsión de la gente de áreas centrales, no queda claro cómo se hará para evitar su expulsión de la ciudad de Rosario.

¿El capitalismo llega antes que la política?

—El capitalismo es la economía contemporánea y está ya en los orígenes de los problemas urbanos y ambientales. Sin los recursos de capitales privados no se puede “hacer ciudad”, pero en la ética estatal la obligación es liderar esos quehaceres definiendo de antemano un modelo.

¿Ciudad expandida o ciudad compacta?

—La ciudad compacta es más fácil de abordar. Se ha convertido en una prioridad política tratando de contrarrestar los conflictos surgidos con el advenimiento de la metrópolis, que tiende a lo difuso e implica mayores costos de servicios.

¿Qué es para vos una buena planificación urbanística?

—Es el desarrollo dinámico de una serie de objetivos posibles, dirigido explícitamente a una comunidad. Sin esas dos condiciones, sería sólo un deseo.


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